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Rocío y Miguel Ángel

LA CRIANZA CONSCIENTE EN LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Cuando la idea de la separación fue tomando forma entre el padre de mis hijos y yo y parecía que iba a ser nuestro camino, me preguntaba cómo iba a mantener una crianza consciente si me separaba.

Venía de la idea de que una separación era lo peor que le podíamos hacer a los hijos, que era un acto egoísta de los progenitores que no eran capaces de aguantar por sus hijos y les dañaban por ello.

Tenía tantos juicios y creencias limitantes en torno a la separación que sentía que tenía una soga al cuello ahogándome. Yo no quería dañar a mis pequeños, había puesto muchísima atención y cuidado en la forma de criar. Había leído y asistido a muchísimos cursos y talleres para ser mejor madre y… ¿me iba a separar? ¿Cómo iba a hacerle eso a mis pequeños?

A la idea de fracaso le sumaba este peso y se me hacía insoportable. Por eso necesité investigar y estudiar acerca de las consecuencias psicológicas en los hijos de progenitores separados y me llevé una inmensa sorpresa al comprobar que no existen estudios científicos que avalen el perjuicio emocional en los menores por la separación de sus padres.

Pues lo perjudicial no es una separación en sí, sino una mala gestión de la separación, de la misma manera que puede perjudicar y dañar a los menores una mala gestión de la relación de pareja.

Así que no es la forma de la relación, es decir, estar juntos o separados, lo que beneficia o perjudica a los hijos, sino la atención a sus necesidades. Es esto último lo que conviene cuidar y atender.

¿Cuáles son las necesidades auténticas de cualquier hijo e hija?

Lo que tus criaturas necesitan para crecer con salud mental es: 

  • Sentirse amados
  • Sentir que pertenecen 
  • Sentir seguridad y confianza para poder ser ellos mismos
  • Sentirse vistos, escuchados y tenidos en cuenta
  • Sentirse importantes y válidos

La idea de que los hijos nos necesitan juntos, en pareja, no responde a una necesidad auténtica, sino a la creencia cultural forjada durante siglos por nuestra tradición judeocristiana y por intereses sociales. 

Las necesidades auténticas se pueden cubrir estés o no en pareja y es, precisamente la atención a éstas, lo que va a permitir que sean adultos con una buena base de autoestima y resiliencia. Cuestiones fundamentales a la hora a de poder adaptarse y enfrentarse a los cambios y situaciones que la vida les ponga por delante.

Me preocupan mis hijos

La preocupación por los hijos es la mayor inquietud que surge ante un proceso de separación. El miedo a si estarán bien o no, la inquietud a ser suficiente para ellos, la incertidumbre acerca de cómo abordar en soledad todo lo que conlleva la crianza y llevar un hogar…

Teniendo en cuenta que en esta etapa no solo atraviesas el duelo por la pareja que dejáis de ser, sino también por el molde familiar que deja de existir, por el proyecto de vida que se esfuma y por unas expectativas en el rol de madre (o padre) que desaparecen.

Es importante que también te atiendas a ti. Encontrar el equilibrio entre tu cuidado personal y el cuidado de los hijos es un gran desafío durante el proceso de separación, sobre todo porque desde la exigencia es fácil que caigas en la culpa «por no estar tan presente como debería». Precisamente sobre este motivo de culpa y muchos otros que surgen con la separación, hablamos en este directo de Instagram que aún puedes ver.

Es normal que surjan preocupaciones acerca de los hijos y cómo lo van a llevar, sin embargo debes saber que esta etapa es solo un paréntesis en tu vida y en la de ellos. Que en sus vidas cuenta muchísimo todo lo que has sembrado hasta ahora y todo lo que sembrarás una vez atravesado todo el proceso de la separación. 

Ni tu vida ni la de tus hijos depende de esto que ahora estáis viviendo. 

Vivimos en una época en la que todo está cambiando y la forma de criar también. El viejo paradigma de la crianza se basa en el miedo, es una crianza donde el autoritarismo se pone por delante y se entiende que los adultos saben y los niños y niñas no.

Utilizando de una forma más o menos consciente el chantaje, las amenazas, la manipulación y los castigos como medio para lograr la obediencia como si eso fuera lo más importante y lo que define la valía de ese pequeño o pequeña.  

La crianza consciente es un nuevo paradigma en el que se trata de reflexionar antes de actuar con los menores, pues el automático llevará a hacerlo de la misma manera que lo hicieron contigo, cuando probablemente no lo quieras hacer así. 

Para hacerlo diferente es muy importante poner mucha atención, intención y práctica, práctica y más práctica, pues no es nada fácil integrar una nueva forma de hacer y hablar cuando no tenemos registro en la infancia de una forma respetuosa de educar y escasas referentes. 

La crianza consciente aboga por entender que el comportamiento de los niños responde al malestar que sienten en cada momento. En este otro artículo te contamos precisamente cuáles son las conductas más habituales en los menores durante el proceso de separación. 

Los niños y niñas no hacen las cosas por llamar nuestra atención para fastidiarnos, en absoluto, si llaman nuestra atención es precisamente porque nos necesitan, porque necesitan nuestra mirada y en muchos casos ayuda para gestionar el malestar que sienten en su interior.  

Por eso precisamente la crianza consciente puede ayudar y sumar tanto en vuestra relación y en un momento de cambios para todos y por ello especialmente sensible.

En primer lugar porque te permite a ti conocer las necesidades auténticas de tus hijos y así poder atenderlas hasta donde te es posible, pues desde la crianza tradicional te estarás basando no en las necesidades reales de los menores según la neurociencia, sino en creencias sociales y culturales.

Y en segundo lugar porque podrás entender mejor a tus hijos y entonces atenderles según lo que necesitan en cada etapa. Algo que sin duda os puede acercar y fortalecer vuestro vínculo.

Esto solo podrás hacerlo si aprovechas cada desafío como una oportunidad para ello, pues desde el lamento, el victimismo o la culpa no será posible.

Y en todo momento recuerda que tú también eres importante. Que la crianza no solo va de atender las necesidades de los menores, también va de ti, de que te cuides y atiendas primero porque tú también eres importante y segundo porque sin atenderte a ti misma difícilmente vas a poder conectar con tus hijos para vislumbrar qué hay detrás de cada comportamiento, es decir, cuál es la raíz de sus conductas.

Mientras atraviesas el duelo por la separación es normal que te sientas vulnerable, por ello no es momento para exigirte. Entiende que este es un paréntesis en vuestra vida y que tal vez sea un buen momento para pararte a reflexionar acerca de qué madre (o padre) deseas ser para tus hijos.

Pues ahora que sabes que no os necesitan juntos, sino otras cuestiones muy accesible, puedas atenderlas para así estrechar y fortalecer vuestra vínculo. Este es precisamente uno de los muchos beneficios de la crianza consciente.

Una de las máximas de la crianza consciente es cultivar la presencia con los hijos, precisamente porque lo que necesitan en mayor medida es sentir tu mirada. Sentir que les ves, pero no por lo que hacen, sino por ser quienes son: seres únicos en este planeta. 

Cuando estamos atravesando la montaña rusa de la separación es muy difícil ofrecerles esta mirada porque estamos en modo supervivencia. Sin embargo el que lo sepas puede ayudarte a comprender a tus hijos y en los ratitos que puedas apagar todos los pilotos automáticos de los “tengo que” para echarte en el suelo a mirarles mientras juegan, leerles un cuento o lo que te sea posible que, poniéndotelo fácil, te respete a ti y cubra su necesidad de mirada. 

Pues no se trata ahora de ser una súper mamá o súper papá, sino de entender qué necesitan y utilizar la crianza consciente no para exigirte, sino a tu favor para coger los pellizcos de esta según puedas implementarlos. 

Y después, según vayas avanzando en tu proceso podrás así ir implementando más cuestiones, pues sin duda este nuevo paradigma de crianza juega a nuestro favor en los procesos de separación. 

Es más, vemos con mucha frecuencia cómo familias que ya llevaban a cabo en su día a día la crianza consciente y después una separación consciente, los hijos e hijas se adaptan con una naturalidad pasmosa a los cambios derivados del divorcio. 

Su capacidad de adaptación y resiliencia es sin duda mayor. Y es que los beneficios de la crianza consciente son muchísimos. Por eso en la medida en la que vayas pudiendo, poquito a poquito, ve incorporando lo que esté emocionalmente a tu alcance.

Cuestiones prácticas de la crianza consciente

  • Los menores necesitan orden y estructura, por ello las rutinas pueden ser de gran ayuda en un momento de cambio como es el proceso de separación.

Esto les proporciona confianza y seguridad que son algunas de las necesidades auténticas que te enumeramos al inicio de este texto.

Esto no significa que haya que ser inflexible, sino más bien tener la capacidad de adaptarse a los pequeños cambios del día a día, manteniendo una base sólida de estructura y previsibilidad. Especialmente cuando más pequeños sean, más necesitan esto. 

  • Es muy beneficioso mantener una comunicación abierta y honesta con tus hijos acerca de la separación. Esto en ningún caso debe pasar por contar detalles o cuestiones que no necesitan saber y que precisamente les puede generar inseguridad y desconfianza, algo contrario a lo que necesitan. 

Se trata más bien de crear un espacio de confianza en el que sientan que pueden expresarse y preguntar lo que necesiten porque les escucharás y responderás. Si sienten que te enfadas o pones triste por lo que preguntan o cuentan, aprenderán a callar para cuidarte.

A veces puede dolerte o escocerte lo que te dicen o preguntan, sin embargo la expresión libera y sana, así que es muy beneficioso que al menos contigo puedan expresarse libremente. 

  • Porque por el mero hecho de existir te lo mereces y porque es una situación muy sensible para ti, es imprescindible que te atiendas y ocupes de cuidarte física y mentalmente. 

El cuidado físico pasa por comenzar durmiendo las horas que necesitas y cuidando tu alimentación, ese es el mínimo y después incorporar ejercicio, que ahora que pasas tiempo sin tus hijos tienes más espacio para ello. 

Y por supuesto atiende también lo emocional (que se ve afectado por las horas de sueño y tipo de alimentación, así como el ejercicio) haciéndote con una red de apoyo, ya sea familiar, de amistades o profesional que te sostenga y ayude como necesitas, pues no es fácil estar presente y disponible para tus hijos en un momento en el que te invaden los miedos, la culpa y puede que también la tristeza o la rabia. 

Tú también eres importante. 

Cuidar de ti y priorizarte no es un acto egoísta ni un lujo, sino una responsabilidad que tienes primero contigo, porque tú también importas y después con tus hijos. 

Date permiso también para disfrutar cuando estés sin ellos, pues muchas veces la culpa acecha por la falsa creencia de que al estar sin ellos por haberte separado, deberías estar de luto. 

Estar bien cuando estás sin ellos no define tu valía como madre ni tu grado de dolor. Sentir más o menos dolor no te convierte en mejor o peor madre. El amor no se mide, se siente. 

  • Los límites es algo que suele faltar en esta etapa por el sentimiento de pena por los hijos o por la culpa, cuando realmente los límites les ayudan a sentirse importantes y les da orden y estructura, lo que proporciona confianza y seguridad. Vaya, que esta es una de las patas fundamentales. Todo ello responde a las necesidades auténticas de los menores, por lo que lejos de perjudicarles, les beneficia y cuida mucho.

Un límite es un acto de amor y es normal que se enfaden cuando se los pongas y no entiendan su sentido ni les guste. No les toca entender que lo haces por su bien, te toca a ti reflexionar acerca de qué limites quieres poner para informar con claridad sobre ellos y ponerlos con firmeza, no pidiendo permiso.

Lo que marca la diferencia de la crianza consciente y la tradicional, como de la separación consciente y la tradicional es la reflexión previa para tomar las decisiones con conciencia, el reconocimiento, la atención a las necesidad, la presencia y conexión. Y nada de todo esto lo puedes ofrecer sin ocuparte de ti primero, pues tú también importas.

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijos, madre separada, madres separadas, padres separados, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones

CUSTODIA COMPARTIDA Y PATRIA POTESTAD

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

En numerosas ocasiones vemos cómo se confunde el término de custodia compartida y patria potestad, pues hay quien solicita la primera opción para evitar que la otra parte de la pareja pueda tomar decisiones sin contar con su aprobación. Si bien, en la mayoría de los casos, estas cuestiones son relativas a la patria potestad (que en la inmensa mayoría de los casos es de ambos progenitores) y no a la guardia y custodia compartida. 

Es decir, que es frecuente que desde el inicio de muchos procesos familares ambas partes se posicionen en el proceso desde su temor a perder, en lugar de poner el foco en qué necesito como padre o madre y para qué.

Desde Creada abogamos por la separación consciente y esta consta de un pilar fundamental: poner en el centro de todas y cada una de las decisiones las necesidades de los hijos e hijas. 

No hablamos de separaciones idílicas en las que llegar a acuerdos es pan comido, hablamos de separaciones reales en las que desde el escenario que cada familia tenga se tomen las decisiones pertinentes, cuidando que lo que se pone en el centro de cada una de ellas son las necesidades de las criaturas y no los miedos o deseos adultos. 

Esto requiere conocer las necesidades de los hijos e hijas según la etapa evolutiva en la que se encuentren e informarse sobre todo lo que concierne al ámbito del convenio regulador. 

Asimismo, es fundamental analizar cuáles son las circunstancias laborales y personales de cada padre o madre, ya que la verdadera utilidad de un convenio regulador estriba en ser una respuesta realista y adaptada a la realidad de cada familia

En este otro artículo te contamos todo lo que debes saber sobre el convenio regulador  y sobre los distintos tipos de custodia te hablamos en este otro artículo.

Dada la confusión que generan los conceptos de custodia compartida y patria potestad, los desglosamos a continuación para evitar que se solicite un modelo de custodia compartida esperando que este salvaguarde decisiones que realmente regula la patria potestad. 

La Patria Potestad: Responsabilidad legal

La patria potestad es un término legal que se refiere a los derechos y responsabilidades que las figuras parentales tienen en relación con sus hijos. 

Esta responsabilidad abarca aspectos importantes de la vida de los niños, como la elección del centro educativo, viajes al extranjero, la toma de decisiones médicas y religiosas. Es importante que sepas que, en la gran mayoría de los casos, la patria potestad se comparte entre ambos padres, incluso después de una separación o divorcio.

En situaciones en las que los padres no pueden ponerse de acuerdo en una decisión importante, la única manera para desbloquear esta situación será a través de una resolución judicial en la cual se valorará los argumentos de ambos progenitores y se adoptará una decisión con la que se procurará priorizar el beneficio de los menores.

Y es que la patria potestad implica la representación de los progenitores respecto a los menores.

La Guardia y Custodia: La vida diaria

Mientras que la guardia y custodia hace referencia a qué progenitor atenderá a las cuestiones relacionadas con la crianza y atención del día a día. Hace referencia a cuestiones cotidianas que tiene que ver con los cuidados, la alimentación, tareas…

La guardia y custodia puede ser otorgada a uno o ambos progenitores, dependiendo de lo que se considere mejor para los niños.

Existen dos modalidades habituales de guardia y custodia, la custodia única o exclusiva o la custodia compartida. 

No existe un ideal de custodia genérica, lo ideal es que cada familia cree su propio modelo de custodia en base a salvaguardar el bienestar emocional de los menores. Por ello cuando son muy pequeños la modalidad de custodia compartida progresiva suele ser muy beneficiosa, y a pesar de que aun es poco conocida, es plenamente viable jurídicamente.   

Los menores necesitan a ambas figuras parentales, cada una aporta una realidad que debe tener espacio en la vida de los más pequeños, siempre y cuando no haya negligencia. 

La custodia compartida progresiva ofrece la tranquilidad al padre de que terminará estando con sus hijos el 50% del tiempo, a la misma vez que se cuida y respeta el ritmo de los menores haciendo una transición emocionalmente abarcable para ellos. 

En este otro artículo de nuestro blog te hablamos más extensamente sobre este tema, pues el éxito del ejercicio de cualquier modalidad de guardia y custodia estriba en la individualización de cada caso.

Para tomar la decisión es muy importante conocer las necesidades emocionales de los menores, observar cuál ha sido la implicación y trayectoria de crianza hasta el momento, así como las circunstancias familiares y laborales que existen en el momento de la separación, para así poder concretar la modalidad de Guardia y custodia más cuidadosa para los pequeños.

Antes de tomar una decisión párate

  • Antes de tomar una decisión en estos aspectos, es muy importante hacer un ejercicio de reflexión y sobre todo de atender los miedos que esta situación te despiertan, pues pueden ser muchos. 

Desde el dolor, la culpa o el rencor, es fácil dejarse llevar por el miedo y tomar decisiones que no ponen verdaderamente en el centro de las mismas las necesidades de los hijos e hijas. 

  • En este mismo sentido es importante que cuides a quién escuchas, pues en un momento vulnerable como este es muy fácil que te dejes llevar por quienes alientan precisamente el miedo.

Cada persona habla desde su propia experiencia y/ o desde sus miedos, por lo que puede avivar una lucha de poder o una guerra innecesaria en la que finalmente quienes perdéis es la familia al completo, pues nadie gana en una batalla de este tipo. 

Es por ello, fundamental entender que si bien la motivación de las las voces ajenas sea la de ayudar, es súper importante detectar si realmente están alimentando el conflicto y tus propios miedos. 

Desde que el divorcio se legalizara en España solo han pasado poco más de 40 años y desde el inicio se trató como una lucha de poder. Ya la jerga jurídica predispone a la lucha, pues habla de ganar y perder, de la parte defendida y la parte contraria… Y como en aquella época no se contemplaban los aspectos emocionales, los hijos e hijas se quedaban en medio de una batalla en la que no se les veía. 

Ahora esto ya no tiene por qué ser así.

Hace unos meses nos dijo una jueza, «la justicia no es la solución» y como nos contaba hace poco una abogada, “en la carrera de derecho nos preparan para la beligerancia, para ganar y evitar perder, no para llegar a acuerdos”. 

En este sentido las familias y la salud mental y psicológica de sus miembros queda totalmente al margen, por eso es crucial que te informes bien para no dejar estas decisiones a la inercia, a las recomendaciones basadas en el conflicto ni a decisiones inspiradas en tus propios miedos. 

  • Pide ayuda. No tienes por qué hacer este camino en soledad, búscate un buen asesoramiento legal, pues cada vez hay más profesionales del ámbito legal sensibilizados con los aspectos emocionales de las familias y que son capaces de atenderlas desde la particularidad de cada una. 

Y si tu dolor, miedo, rencor o sensación de culpa es muy grande y te impide ver con claridad qué decisiones tomar, tal vez sea mejor opción pedir primero ayuda emocional para asentar todo el revuelo que sientes y poder después tomar las decisiones que conllevan la organización de vuestra familia. 

  • Mantén tu foco en las necesidades de tus hijos. Si no cuentas con la colaboración y entendimiento con tu ex, no entres en sus batallas, mantén un doble foco: uno en ti para atender todo lo que este proceso y su actitud te remueve y otros en tus hijos para no perder de vista que os necesitan a ambos (siempre y cuando no haya negligencia por ninguna de las partes). 

Aquí no se trata de que cada uno ejerza el 50%, sino de que tu compromiso contigo y tus hijos sea del 100%. Atiende tu ciento por cien y deja que tu ex se ocupe de su ciento por cien o no. Pues que se responsabilice o no de su parte no está en tu mano. 

Tu responsabilidad con tus hijos debe ser del ciento por cien. Asume esta parte que es lo que puedes controlar y suelta lo demás. Llegarás hasta donde puedas y siempre te quedará la tranquilidad de que hiciste lo que estaba en tus manos. 

Lo demás suéltalo, no puedes hacer nada más. Si pones energía allí donde no tienes poder de acción, perderás fuerza para ponerla allí donde sí tienes capacidad de control y te generará sufrimiento al ver que la situación no cambia o que las cosas no son como te gustaría o como piensas que deberían ser. 

  • Suelta expectativas y ábrete a la posibilidad de que las cosas puedan ser de otra manera a como pensabas. Llegar a acuerdos requiere de cesión y tolerancia. Llegados a este punto no es fácil llegar a acuerdos al estar ambos, o al menos uno de los dos, en carne viva emocional. 

Es un momento tremendamente sensible que requiere de apertura y escucha. No se trata de que “él o ella entienda que…”, sino de que ambos, o al menos tú, os abráis a que las cosas puedan ser de otra manera. 

Desde la cerrazón del querer llevar la razón es muy fácil acabar en los tribunales innecesariamente. 

Hay casos en los que ante la postura de una de las partes no quedará otra opción. Si este es tu caso es muy importante que te apoyes en amistades, familiares o profesionales que te sepan ayudar como necesitas. 

Una separación encierra innumerables duelos, el más sencillo de elaborar tiene que ver con la pareja que se deja de ser y de los más difíciles guardan relación con la idea de familia que se esfuma con la ruptura y con el ideal de madre o padre que se tenía. 

Tomar decisiones desde las ideas que se tenían de qué era ser familia y ser madre o padre, es realmente difícil y duro. Para que pueda resultarte más sencillo es importante que te abras a que tal vez la vida y la familia no era lo que creías. 

Deconstruir tus creencias al respecto para abrirte a nuevas posibilidades es un paso fundamental para que este proceso te resulte algo más sencillo.  

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CÓMO MEJORAR TU AUTOESTIMA

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Autoestima es una palabra que se escucha mucho y sin embargo no siempre se tiene claro de lo que se está hablando, por ello antes de contarte cómo puedes mejorar tu autoestima, déjanos contarte a qué nos referimos con este término. 

La autoestima es la percepción subjetiva de nuestro propio valor y se convierte en una brújula esencial a partir de la separación. Es como un espejo que nos devuelve nuestras propias reflexiones, creencias, emociones y pensamientos dando así forma a la percepción que tenemos de nosotras mismas. 

En el contexto de la separación esta imagen se suele tambalear y oscurecer, pues separarse, especialmente cuando hay hijos en común, desencadena un torbellino de emociones y desafíos que afectan profundamente a la forma de vernos y entendernos, es decir, a nuestra autoestima. Desde Creada decimos que uno de los daños colaterales del divorcio es que arrasa con la autoestima, pues la tumba hasta dejarla k.o. 

Sin embargo, en medio de esta tormenta, hay una oportunidad de crecimiento y transformación. Pues si nos haces nada para recuperar tu autoestima o incluso mejorarla por encima de cómo estaba antes de separarte, fácilmente te quedarás en el sufrimiento. 

Y porque mereces una vida plena sin sufrimiento te alentamos a reconstruir la percepción que tienes de ti misma: la autoestima. Por ello en este artículo vamos a explorar las tres claves fundamentales y así encontrar la anhelada tranquilidad tras separarte. 

Pues gracias a que la autoestima no es una cualidad fija, sino que está en constante evolución puedes lograrlo.

Clave 1: El Arte de la Autocompasión

Comenzaremos nuestro viaje hacia una autoestima fuerte adentrándonos en el delicado arte de la autocompasión. Autocompasión significa tratarnos a nosotras mismas con la misma gentileza y amor que ofreceríamos a una buena amiga. Aquí te presento algunas maneras de nutrir esta autocompasión:

  1. Palabras Amables: En lugar de dirigirte a ti con juicios implacables, ¿qué tal si te hablas con amabilidad? Reconoce que todos cometemos errores y que estás haciendo lo mejor que puedes en medio de este desafío. La autoestima florece cuando nos permitimos ser imperfectas y nos hablamos con comprensión.
  2. Acepta tus Emociones: No te reprimas. Es completamente natural sentir una vorágine de emociones durante una separación. La autocompasión implica validar estos sentimientos sin emitir juicios. Permítete sentir tristeza, rabia, miedo o lo que sea que sientas sin culparte por ello.
  3. El Cuidado de Ti Misma: Prioriza tu bienestar físico y emocional. Come sano, haz ejercicio y busca apoyo cuando lo necesites. Autocompasión significa cuidar de ti misma como lo harías con un tesoro preciado. Cuando te cuidas estás nutriendo tu autoestima y tu bienestar en general.

Clave 2: Reconectando con tu Esencia

La separación puede hacerte cuestionar tu propia identidad. La segunda clave para restaurar tu autoestima es reconectar con tu esencia, redescubriendo quién eres en realidad. Y es que las mujeres al convertirnos en madres perdemos nuestra identidad como mujeres y pasamos a ser “la madre de…”, como si nuestra existencia sucediera a través de la vida de nuestros hijos.

Esta cuestión no es baladí, pues encierra muchas dificultades a la hora de separarte y afrontar los tiempos a solas. Por ello esta segunda clave es fundamental que la lleves a cabo, pues en la medida en la que te reconozcas y des valía a través de tu rol como madre, estarás poniendo el poder fuera y no lograrás recuperar tu autoestima y sentirte así en paz con la situación actual. 

La separación te ofrece múltiples desafíos que son oportunidades para crecer, si no las tomas corres el riesgo de quedarte anclada en el sufrimiento. Si asumes la responsabilidad de tu bienestar podrás salir de hí. 

Tienes ahora la oportunidad de encontrarte con la mujer que realmente eres en lugar de seguir siendo la mujer que se supone que debes ser. 

Te contamos algunas cuestiones que puedes tener en cuenta para reencontrarte contigo:

  1. Retoma tus Pasiones: ¿Recuerdas aquellas pasiones que te hacían sentir viva antes de la relación? Vuelve a explorarlas. Esto te ayudará a recuperar una parte fundamental de tu identidad y propósito. La autoestima se nutre cuando te dedicas a actividades que te apasionan.
  2. Establece Metas Personales: Define objetivos personales que te entusiasmen. Ya sea aprender algo nuevo, viajar o avanzar en tu carrera profesional. Establecer metas personales te brindará un sentido renovado de dirección y logro. La autoestima crece cuando te desafías a ti misma y alcanzas metas significativas. Pero cuidado con esto y la exigencia, no comiences con grandes metas, ve de menos a más, pues lo importante no es la meta en sí, sino la sensación de satisfacción y logro cuando lo consigues. 

Una meta puedes ser, por ejemplo, cambiar la decoración de tu casa y hacerlo tú sola y a gusto con lo que te apetece. O comprar ese mueble que tantas veces has pensado que querías y montarlo tú sola. O irte a comer o hacer un picnic tú sola con tus pequeños. 

  • Cuida tu Bienestar: Pon tu bienestar emocional, mental y físico en el centro de tu vida. Esto no solo te hará sentir mejor contigo misma, sino que también te permitirá ser una madre más fuerte y presente para tus hijos. La autoestima se fortalece cuando te cuidas y te valoras.

Clave 3: Límites y Comunicación Consciente

Uno de los desafíos más intrincados en una separación es gestionar la relación con tu expareja. La tercera clave para empoderar tu autoestima es aprender a establecer límites y comunicarte de forma efectiva.

  1. Límites con Claridad: Establece límites definidos y comunícalos con tacto pero con firmeza. Esto preservará tu integridad personal y disminuirá la tensión en las interacciones conflictivas. La autoestima se fortalece cuando te defiendes a ti misma y te proteges de situaciones dañinas.
  2. Comunicación enriquecedora: Aprende a expresar tus necesidades y emociones de manera asertiva y respetuosa. Escuchar también es una habilidad clave. Una comunicación abierta y honesta puede prevenir malentendidos y conflictos innecesarios. La autoestima crece cuando te sientes escuchada y valorada en tus relaciones.
  3. Profesionalidad en el Apoyo: Si consideras que la comunicación con tu expareja es abrumadoramente complicada o tóxica, no dudes en buscar la ayuda profesional para que cuentes con herramientas adicionales que te ayuden a lidiar con situaciones desafiantes. La autoestima se fortalece cuando buscas apoyo y cuidado profesional.

Ojalá que estas claves te ayuden a hacer este viaje apasionante de encuentro contigo misma para que en medio del revuelo que supone la separación, te encuentres contigo y tu esencia y así recuperes la confianza y seguridad en ti misma.

Aunque desafiante, es una oportunidad dorada para crecer, sanar y volver a encontrarte con su valía y fortaleza interior. 

No estás sola en este periplo y el apoyo está a tu alcance. Con paciencia y determinación, ya tienes información suficiente para transformar esta etapa en un capítulo de tu vida de empoderamiento personal. 

Y si quieres ponértelo fácil y lograr darle un giro de 180 grados a cómo te sientes, vente conmigo a la III edición del Grupo de Autoestima para Madres Separadas.

Harás un viaje transformador de mi mano y junto a otras 14 mujeres que están atravesando lo mismo que tú. Aquí tienes toda la información para apuntarte.

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EL CONVENIO REGULADOR

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 1 comentario

El convenio regulador es como el libro de instrucciones de la familia. 

Una instrucciones que para que realmente sean de utilidad, deben de haber sido  previamente consensuadas por cada familia, es decir, que no deben de seguir “instrucciones” externas, sino deseñadas a partir de la realidad de cada cual.

El éxito de un buen libro de instrucciones propio radica en que no sea necesario consultarlo continuamente. Ello sólo ocurrirá si durante su propio proceso de creación, ambos progenitores se han implicado en buscar respuestas adaptadas a las necesidades de sus hijos, y por tanto, su aplicación tras el divorcio, no es más que una consecuencia lógica.

Ante una separación hay muchas cuestiones que atender, siendo una de las más importantes la organización de tiempos de cuidados de los hijos, y este es uno de los aspectos principales que recoge el convenio regulador. 

 En consulta escuchamos muchas veces “es que queremos hacerlo por las buenas y no queremos hacerlo con papeles, no lo necesitamos” y otras frases similares. 

A nuestro entender, dicha afirmación nace de la interpretación errónea de que “concretar” implica “perder flexibilidad y libertad” en las tomas de decisiones tras el divorcio.

En numerosas ocasiones esta postura encierra miedo y/o desconocimiento de lo que realmente es un convenio regulador y sus funciones, por ello hoy queremos explicarte con detalle en qué consiste, para que puedas tener las nociones básicas que te permitan tomar una decisión más consciente y libre al contar con la información necesaria. 

Pues un convenio regulador no es sinónimo de hostilidad ni de desacuerdo.

Qué es un convenio regulador

Es el documento que regula un contenido específico que tiene que ver con los hijos en común a parir de la separación.

El contenido mínimo que recoge versa sobre: 

  • El uso de la vivienda familiar
  • La modalidad de guardia y custodia
  • El régimen de visitas
  • La contribución económica en relación a los hijos (pensión de alimentos) 

La elaboración del mismo es independiente a vuestro estado civil, pues el objetivo de este no es regular vuestra situación de pareja, sino la que mantenéis por tener hijos en común, es decir, la de figuras parentales de las mismas criaturas. 

Aunque al inicio puedas pensar que es innecesario y que no lo necesitáis, debes saber que sí es necesario para acreditar vuestra situación personal, familiar y económica frente a la administración, lo cual puede suponer un problema si no está debidamente acreditada. 

Por ejemplo, a la hora de solicitar cualquier tipo de ayudas económicas o subsidios, así como para  hacer la declaración de la renta, empadronamiento de los hijos, etc. En todas estas situaciones, necesitarás una resolución judicial que acredite la situación de la unidad familiar. 

Una resolución judicial no requiere pasar por un juicio, basta con que fiscalía y un juez o jueza ratifique el convenio regulador. Más adelante te explicamos esto con más detalle.

Y es que en caso de no contar con este documento, si estáis casados, sois pareja de hecho o estáis empadronados en la misma vivienda, a falta de regulación, la administración va a computar también los ingresos de tu expareja.

Por lo que si estás en una situación desfavorecida, documentalmente no quedará reflejado y no percibirás la ayuda que solicitas o que te pertenece. 

Una situación que se repite a menudo es cuando se matricula a algún hijo en una escuela infantil. En ese caso, si la guardia y custodia la asume en el día a día uno de los progenitores, si no hay convenio regulador que regule dicha situación, se contabilizarán como ingresos de la familia los ingresos de ambos. Ante esto es posible que en muchos casos no haya reducción en el pago de la matrícula escolar, pues no se puede optar a las ayudas al superar los ingresos máximos establecidos. 

Esta situación se resuelve contando con un convenio regulador, homologado judicialmente, donde queda reflejada la situación económica real de la familia.

La homologación judicial es fundamental en los procesos en los que existen menores de edad, ya que debe de contar con el visto bueno del ministerio fiscal (operador jurídico encargado de velar por los intereses de los menores). Por ello, aunque haya mutuo acuerdo para que el documento tenga validez legal, deberá estar ratificado por fiscalía y un juez o jueza. 

Esto no quiere decir que paséis por un juicio, sino que una vez elaborado y firmado por ambos y un abogado/a, deberá entregarse el documento en el juzgado para que las figuras anteriormente citadas lo firmen. Más adelante te hablamos con detalle sobre esto.

Es importante que entiendas que el convenio regulador tiene realmente una función de desbloqueo, no de generador de conflictos. 

En este sentido, es también importante tener unas expectativas realistas y normalizar los momentos de tensión o desacuerdo durante el proceso. Lo que cada uno exprese no conlleva que se vaya a hacer de forma irrevocable, sin embargo es importante que cada uno se exprese libremente desde el respeto para terminar consensuado las decisiones.

Es normal que se den conflictos, pues estáis en un momento muy sensible de vuestra relación y también a nivel individual, pues os encontráis en carne viva emocional. 

Por ello es muy importante que os cuidéis en este proceso y una de las formas tiene que ver con pedir ayuda si vuestra comunicación no es tolerante y respetuosa.  

Hace muy pocos meses, una jueza de familia de Valencia nos comentaba cómo ve que muchas personas firman convenios que estando centradas no firmarían, pero movidas por la culpa, el rencor, el reproche, el sometimiento… aceptan o deciden cuestiones que sa salen de sus principios y valores. 

Ella recalcaba que la justicia no es la solución y por ello entiende, al igual que nosotros, que acudir a un abogado/a no debe ser la primera opción, sino que conviene atender primer lo emocional para calmar el revuelo emocional y así tomar decisiones más coherentes con uno mismo y una misma y con la familia que se es. 

Así sin duda, las necesidades de las criaturas podrán ser más tenidas en cuenta y puestas en el centro de cada decisión, uno de los pilares principales de una Separación Consciente.

¿Podemos hacer el convenio regulador por nuestra cuenta?

Sí, existen plantillas en internet que os permiten elaborarlo entre vosotros dos. 

¿Desde nuestra experiencia profesional y personal como madre y padres separados os recomendamos esta opción? No, en ningún caso. 

Para la firma final del convenio regulador es imprescindible la figura del abogado/a y procurador/a, por lo que aunque os descarguéis una plantilla de internet y lo hagáis vosotros, necesitáis después a un abogado/a que firme el documento y un procurador/a que haga sus funciones de tramitar el documento en los juzgados. 

Esto último es un mero trámite imprescindible para que fiscalía y posteriormente un juez o jueza ratifique el convenio y así se convierta en un documento oficial con validez legal (necesario para el tema de las ayudas que te comentábamos en el epígrafe anterior). 

Si la reticencia de hacerlo con abogados es el tema económico, debes saber que hay formas de abaratar los costes: 

  • Solicitando derecho de asistencia jurídica gratuita, de esta forma te asignarán profesionales de oficio y no tendrás que abonar honorarios profesionales. Ello dependerá de tu situación económica.

Para saber si puedes optar este derecho,  debes acudir al Servicio de Orientación Jurídica del Colegio de Abogados más cercano a tu localidad.

  • En el caso de que no tengas derecho a asistencia jurídica gratuita, acudiendo ambos al mismo abogado o abogada, el proceso será más económico pues en este caso bastará con un mismo profesional para ambos. 

Vosotros solo debéis elegir el abogado o abogada que os acompañe en el proceso, el procurador suele ser con el que normalmente trabaje el abogado elegido, si bien no hay inconveniente en que sea también elegido por vosotros en el caso de que tengáis algún profesional de confianza. Su labor será la de recibir todas las notificaciones y tener el seguimiento de los trámites judiciales y su coordinación con vuestro letrado/a.

Es cierto que si os descargáis una plantilla de internet y lo elaboráis vosotros, el precio se reduce muchísimo, sin embargo el coste emocional y económico posterior es mucho mayor, y por ello no recomendamos para nada que lo hagáis por vuestra cuenta. 

Para conocer el coste económico que os supondrá, si vais de mutuo acuerdo, podéis solicitar a tantos abogados como deseéis una hoja de encargo, que es un presupuesto. Así tenéis claro el coste y podéis valorar mejor. 

En caso de que cada uno escoja un abogado, los precios varían porque dependerá de si llegáis a un mutuo acuerdo o finalmente vais a juicio.

Resumen de las figuras que intervienen en la elaboración del convenio regulador:

Si te has liado con tantos profesionales que intervienen en la elaboración de este documento, es normal, es un mundo desconocido para la mayoría hasta que nos separamos y nos toca aprender. 

Por eso te hacemos esta síntesis rápida: 

Abogado/a: es la figura imprescindible primera para que el convenio regulador tenga validez jurídica, es decir, para que sea legal. Os puede acompañar en el proceso o simplemente firmarlo si lo habéis hecho vosotros, previa verificación de que es correcto. En este caso verificará que es correcto, no si es o no un buen convenio.

Procurador/a: es la segunda figura imprescindible y es la encargada de hacer el seguimiento en el juzgado del proceso. Es la persona puente entre el abogado/a y el juzgado. 

Fiscalía: es la tercera figura imprescindible, es la encargada de corroborar que los intereses de los menores a vuestro cargo están salvaguardados. 

Juez/a: aunque no vayáis a juicio porque de una manera u otra hayáis llegado a un mutuo acuerdo, necesitáis la firma de un juez o jueza que ratifica el convenio regulador. Desde el momento de su firma el documento ya tendrá validez legal. 

Motivos por lo que es positivo elaborar un convenio regulador

El convenio regulador debe recoger la realidad de la organización de la familia, por lo que no se trata de que os adaptéis a un documento estanco, sino que sea 100% personalizado y ajustado a vuestra realidad.

Debe detallar todas las cuestiones prácticas de vuestra familia, eso será lo que lo convierta en un buen convenio, pues debe tener un criterio de desbloqueo. Tal vez en el presente os entendéis, y sea así o no, vuestras circunstancias personales y profesionales son unas determinadas, y podéis funcionar bien de una manera concreta, ¿pero qué pasaría si a uno de los dos le cambian el horario laboral dentro de dos años? 

La vida tiene su propia realidad y circunstancias y para ponéroslo fácil un buen convenio regulará vuestra situación ante dichos cambios, evitando así posibles conflictos y fricciones en el futuro.

No se trata de elaborar un convenio regulador por si el día de mañana hay mal rollo, que también, sino sobre todo para que el hecho de no estar de acuerdo en el futuro no merme vuestra relación. 

Ya que como pareja habéis terminado, pero como madre y padre de los mismos hijos tenéis un vínculo que sí es para siempre. 

Por eso decimos que este documento debe tener un criterio de desbloqueo y no consideramos oportuno conformarse con plantillas estándares, pues estas se quedan muy cortas y no recogen todos los detalles prácticos de la familia. 

Así, a corto plazo puede resolver, pero a largo plazo no cumplirá su función al dejar tantos flecos sueltos como conflictos potenciales. Por lo que os tocará ir llegando a acuerdos en tantas cuestiones como estas no hayan quedado reflejadas en el convenio regulador. 

Por ejemplo, es habitual que en los convenios no quede claro la cuestión del empadronamiento de los menores. En los casos en los que se ha acordado una guardia y custodia compartida, puede suponer un conflicto posterior entre los progenitores ya que ello tiene consecuencias en aspectos concretos como la declaración de la renta, posibles ayudas económicas municipales, respecto a la plaza asignada en el centro de escolarización de los menores…

En caso de desacuerdo con respecto al lugar de empadronamiento de los menores, la única vía para desbloquear dicha situación será entonces sí, la vía judicial.

La solución es muy simple cuando queda recogida en el convenio regulador, por eso es importante que la elección del abogado o abogada sea muy consciente y responsable para escoger a quien está especializado en estos asuntos de familia y así que no se deje detalles atrás. 

Si entre vosotros dos no os ponéis de acuerdo, no demoréis el momento de pedir ayuda. ¿Qué tipo de ayuda? Por desgracia la mayoría cuando se separe acude a un abogado o abogada, sin embargo nosotros vemos cómo la relación de muchas pareja se deteriora muchísimo por acudir al ámbito jurídico sin haber atendido antes lo emocional. 

Ante una separación se afrontan muchos duelos: el de la pareja que deja de existir, el de la familia que ya nunca seremos, el del proyecto de vida que se esfuma… Y además se abren heridas que nada o poco tienen que ver con la relación de pareja y sí con la historia personal (sobre todo la infancia) de cada uno. 

Por ello, en pleno revuelo emocional y estando en carne viva emocional, se hace realmente difícil poder llegar a acuerdos. 

Para no tomar decisiones desde la culpa, el rencor, el reproche, el sometimiento… es importante atender primero lo emocional. 

Así sentaros después y poneros de acuerdo será un proceso mucho más ágil, y entonces sí, el convenio regulador recogerá la organización ideal de vuestra familia. 

Y es que es muy importante que antes de darle forma jurídica a este documento, el mismo refleje vuestra organización con detalle, por ello es importante no tener prisas y hacerlo dándoos el tiempo que necesitéis. 

Eso sí, tampoco dilatarlo en el tiempo durante años como a veces vemos en consulta. 

Para elaborar un buen convenio regulador

Antes de sentarte a elaborar un convenio regulador debes hacer un ejercicio de reflexión para no dejarte llevar por el dolor que sientes.

A continuación te dejamos algunas cuestiones que puedes tener en cuenta para antes y durante la elaboración de este documento:

  1. Recibir asesoramiento para conocer todas las posibilidades.
  2. Separar las cuestiones económicas de las de cuidados de los menores. Así se evita utilizar a los hijos como parte de una negociación. 
  3. Tomar perspectiva de las edades de los menores, su madurez emocional y vínculos actuales para poner sus necesidades en el centro de las decisiones. 

    Para esto último es fundamental no mentirse, es decir, contarse verdades para no excusarse en «es por los niños» cuando realmente lo que hay es exceso de control, violencia vicaria, miedo a a la soledad… Se trata en definitiva de atender las necesidades auténticas de las criaturas. 
  4. Ayuda también recordar que esa fue la persona que elegiste como madre o padre de tus hijos y que ellos son fruto de vuestra relación. 
  5. Y es bueno también tener presente que tus hijos no son de tu propiedad. 

Para lograr tener en cuenta todo esto, desde nuestro punto de vista es fundamental recibir ayuda emocional en primer lugar. Pues de lo contrario es fácil dejarse arrastrar por el miedo y entrar en la lucha contra la otra persona, que es la misma que en su día elegiste como padre o madre de tus hijos.

Una vez atendido todo el revuelo emocional, entonces será mucho más fácil que os sentéis a hablar y acordar vuestra organización familiar para después darle forma jurídica a lo que para vosotros es importante. 

Como dice la abogada Maribel Montero, confiar que el juzgado va a responder a todo lo que una familia necesita durante y tras un divorcio  “ es apoyar la escalera en la pared equivocada” ( frase muy conocida de Stephen Covey y que creemos que ilustra perfectamente lo que queremos compartir contigo).

Es por ello que desde CREADA, consideramos que un asesoramiento jurídico especializado y la posterior homologación judicial son muy necesarios, pero no son suficientes si lo que deseas es la estabilidad de tu familia. 

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EL PODER DE LA AUTOCOMPASIÓN: CUÍDATE DURANTE LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 2 comentarios

La separación puede ser emocionalmente desafiante, especialmente para las madres, pues cuando en nuestra sociedad una mujer se convierte en madre, pierde su identidad como mujer y pasa a ser reconocida como “la madre de…”. 

Al haber recaído sobre los hombros de las mujeres el peso de los cuidados, es normal sentir que si no estamos cuidando somos egoístas, menos madres o menos válidas.

Pareciera que el placer debe estar justificado o al menos merecido, como si no nos mereciéramos cuidarnos y gozar por el mero hecho de existir. Aún coletea la idea de “me cuido para poder cuidar”. Este es el paso previo a “me cuido porque me lo merezco y punto”. 

Ante esta forma abnegada de existir a través de los cuidados, la separación supone un reto enorme en la vida de muchas madres, pues al separarnos también de los hijos, dejamos de estar al 100% en los cuidados y comenzamos a existir como mujer más allá de madre. 

Y ante esta situación se da una gran pregunta, “¿quién soy?”.

Ante el nacimiento de nuestros hijos parece que solo existen sus deseos y necesidades y nos olvidamos así de lo que nos gustaba a nosotras. Con la separación nos enfrentamos a un gran reto y al mismo tiempo una gran oportunidad: encontrarnos con nosotras mismas. 

Volver a existir por nosotras, no a través de la atención y cuidados a los otros.  

Por eso quiero decirte que es natural que te preocupes por el bienestar de tus hijos y te concentres en su cuidado durante esta etapa. Sin embargo, en medio de todas las responsabilidades y preocupaciones, es fundamental recordar que también necesitas cuidar de ti misma. 

La autocompasión juega un papel crucial en tu bienestar emocional y en tu capacidad para enfrentar los desafíos de la separación de manera saludable. 

La autocompasión en la separación

No confundas lástima con compasión porque no tiene nada que ver. La autocompasión es el acto de tratarte a ti misma con amabilidad, aceptación y comprensión en momentos de dificultad. A menudo, nos resulta más fácil mostrar compasión hacia los demás que hacia nosotras mismas. Sin embargo, es importante que entiendas que el hecho de ser autocompasivas nos permite enfrentar la separación desde un lugar de fortaleza y resiliencia.

En primer lugar, la autocompasión implica ser conscientes de nuestras propias necesidades emocionales y físicas. Y es que durante el proceso de separación, es común que te sientas agotada, emocionalmente vulnerable y abrumada. 

Por ello es especialmente importante que prestes atención a tus propios sentimientos y asegúrate de tomarte el tiempo necesario para cuidarte. Esto puede incluir actividades que te brinden alegría y relajación, como practicar ejercicio, meditar, leer un buen libro o pasar tiempo con familiares y/o amistades que sepan ayudarte y apoyarte como necesitas.

El acto de la autocompasión también implica reconocer y aceptar tus propias limitaciones. La separación es un momento de grandes cambios y ajustes en tu vida. Permítete sentir y expresar tus emociones, pues por dolorosas o difíciles de manejar que sean, reprimirlas te impedirá avanzar. Lo que sientes no te define como persona, atrévete a sentir. 

No te juzgues si sientes que estás en una montaña rusa emocional, es normal que te sientas así y recuerda que esto también pasará. Por eso acepta tus emociones como parte del proceso y recuerda que es normal experimentar una amplia gama de sentimientos durante esta etapa.

Sé amable contigo misma en lugar de criticarte por tus errores o por no estar a la altura de tus propias expectativas, entiéndete, háblate con cariño y sé amable contigo misma, no te exijas ni castigues. 

Recuerda que la separación es un proceso complejo en muchas ocasiones y que lo estás haciendo lo mejor que puedes con las circunstancias que tienes. Trátate a ti misma con el mismo amor y respeto con el que tratarías a una amiga que está pasando por tu misma situación.

La autocompasión también implica establecer límites saludables. Durante la separación, es posible que te encuentres ante demandas y expectativas externas que pueden ser abrumadoras. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y establece límites claros en tus relaciones, no es momento de mantener los compromisos. 

Recuerda que priorizarte a ti misma no es egoísta, sino esencial para tu bienestar y tu capacidad para cuidar de tus hijos de manera efectiva.

En la medida en la que te sea posible tómate el tiempo para reflexionar sobre tus valores, prioridades y metas personales. En medio de la separación es fácil perder de vista quién eres y qué deseas en la vida, sin embargo este proceso puede ser la oportunidad para dar un giro de 180º a tu vida y la autocompasión es la mejor herramienta para reconstruir tu identidad y establecer nuevos objetivos para el futuro.

Cultivarla puede marcar la diferencia en tu capacidad para enfrentar los desafíos emocionales que surgen durante esta etapa. Al cuidarte a ti misma y mostrar autocompasión estarás fortaleciendo tu bienestar emocional y físico, lo que a su vez te permitirá cuidar mejor de tus hijos.

No es un acto egoísta, sino una herramienta poderosa para tu propio crecimiento y sanación.

Si te sientes perdida y no sabes por dónde comenzar a practicar la autocompasión, aquí van algunas pautas básicas: 

  • Observa cómo te hablas y lo que te dices para modificar el tono y tratarte como tratarías a una amiga que está pasando por un mal momento. 
  • No te dejes para el final y ocúpate también de ti. Tus necesidades también son importantes, no solo las de tus hijos, así que escúchate para detectar qué necesitas y atenderte.
  • ¿Juzgas lo que sientes? Mejor no lo hagas, porque ese juicio te lleva directamente al sufrimiento. Las emociones que sientes merecen ser reconocidas. Pueden ser desagradables e incómodas, pero es que estas forman parte de la vida también. Cada emoción tiene una misión: viene a darte una información. Si en lugar de pararte a escucharla te dedicas a juzgarla, va a persistir durante más tiempo. 

Si te cuesta sentir estas emociones recuerda que no tienes por qué vivirlas en soledad, puedes buscar el apoyo y sostén de quienes sepan ayudarte tal y como necesitas. Y sobre todo, no te juzgues ni critiques. 

  • Pon límites. No deberías pasar por encima de ti nunca, pero mucho menos ahora. Conocer tus necesidades es básico para que puedas poner límites a cualquier persona que no te haga bien ahora mismo. Debes ser tu prioridad, así que no trates de satisfacer a otras personas ni cumplir con compromisos. 
  • Y si sientes que estás muy lejos de poder escuchar tus necesidades y no sabes qué necesitas, ríndete a lo que te pide el cuerpo. Para cada día a respirar al menos 5 minutos. Solo 5 minutos para poner toda tu atención en tu respiración. 

En este sentido también puede ayudarte mucho que dediques al menos una hora a la semana, aunque sea solo una horita, a hacer aquella cosa que te encantaba hacer en tu niñez o de adolescente. 

Aquello en lo que te podías perder durante horas sin darte cuenta de que el tiempo pasaba y que te llenaba el alma. 

Puede que fuera cantar, bailar, dibujar, colorear, correr, escribir, hacer fotos, caminar… fuera lo que fuera aquello que te encantaba, recupéralo. 

Hacer aquello que te llenaba por dentro es volver a conectar contigo y es lo que más necesitas ahora, volver a encontrarte contigo desde tu esencia. 

No debes guardar ningún luto por separarte, no hay ninguna forma correcta de estar ahora en tu vida. Estás como estás y es la forma real y perfecta, no te juzgues ni critiques por ello.  

La vida no es un parque de atracciones donde las risas y la alegría predominan sobre todo lo demás. La vida es más bien un laberinto precioso y al mismo tiempo una incógnita permanente donde abunda la alegría y también el dolor y la tristeza. 

Porque existe la luz, existe la sombra. La sombra no es posible sin la luz y viceversa. 

Pues así es la vida misma, así que no tengas prisa por dejar de sentir lo que sientes, entrégate a lo que es y ya vendrá después todo lo demás.

A la vida hemos venido a aprender, disfrutar y amar. Ábrete a lo que la vida viene a enseñarte en este momento de tu vida, no lo juzgues, siéntelo y el camino será mucho más fácil. 

Y es que aunque la separación puede ser un camino desagradable, también es una oportunidad para una vida mejor. 

Por ello busca apoyo en tus seres queridos o en profesionales especializados que puedan acompañarte en este proceso. Bien acompañada podrás superar los desafíos y construir una vida nueva llena de oportunidades y crecimiento personal.

Recuerda, sé amable contigo misma y date permiso para sanar. Eres fuerte y capaz y mereces vivir una vida plena y feliz, incluso en medio de los desafíos de la separación.

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LAS VACACIONES DE VERANO COMO PADRES SEPARADOS

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 4 comentarios

Llega el verano y con él las vacaciones de veranos de nuestros hijos e hijas, pero claro, no nuestras vacaciones. Toca hacer malabares para conciliar y toca también gestionar más tiempo sin nuestros hijos, y más tiempo con ellos… 

A veces se hace bola el tiempo sin ellos y también más tiempo con ellos, depende mucho de la realidad de cada persona. 

Queremos ayudarte a que como madre separada y padre separado puedas afrontar mejor el verano y disfrutar, tanto cuando estás sin ellos como cuando están contigo. 

Prepara el terreno a tus hijos

Para que tú estés bien y con más tranquilidad sabemos que necesitas saber que tus peques van a estar bien sin ti, por eso te ofrecemos distintos recursos que puedes llevar a cabo con ellos y ellas: 

  • El hilo invisible y su pulsera. Cuéntales el cuento de El hilo invisible y después coge tres hilos de algodón de tres colores que elija cada peque y mientras le haces una trenza a cada uno y cada una, cuéntales todas las muestras de cariño que metes en ella: los besos, abrazos, te quiero, costillitas… de cada día que van a estar sin ti. 

Al terminar átasela a la muñeca y hazle saber que si se le cae o pierde es porque se ha vaciado de todos los cariñitos y le harás una nueva a su vuelta. 

  • Objeto anclaje. Dale un objeto que identifique contigo como una pulsera, un pañuelo, una felpa… para que se lo lleve y te lo devuelva a su vuelta.

Eso sí, que sea un objeto que no suponga un drama para ti si lo pierde y no vuelve.

Ese objeto no solo le ayudará como la pulsera a que sigues cerca suya aunque no te pueda ver ni tocar, sino que además le recuerda que regresará contigo. Este es un gran recurso cuando son especialmente pequeños y no tienen integrado el concepto del tiempo.

  • Un diario. Ve con él o ella a escoger un cuaderno y estuche específico para esta ocasión y anímale a que cada vez que se acuerde de ti te haga un dibujo. Así podrá darle salida a lo que siente y hacerlo en conexión contigo. Y a su vuelta, si le apetece, que te los enseñe y que te cuente qué es cada dibujo y qué sentía mientras lo hacía.

Si no le apetece dibujar y prefiere escribir es otra gran opción, y ya después elegirá compartirlo o no contigo. Ambas opciones son válidas y deben ser respetadas.

  • Las llamadas. No todos los peques y adolescentes reaccionan bien a las llamadas porque no a todos les resulta agradable. Muchas veces porque están distraídos jugando y no quieren cortar el juego, y en otras ocasiones porque les conecta con la añoranza echarte de menos y prefieren no hablar para evitar la añoranza. 

En caso de que lo lleven bien, hazles saber (si tu ex lo favorece) que pueden llamarte cuando lo necesiten e incluso podéis pactar vídeo llamadas.

Estos son recursos que a ellos sin duda les puede ayudar a estar tantos días sin ti y a ti te dará tranquilidad al saber que les estás ayudando y que, efectivamente, hay algo que puedes hacer para facilitarles este tiempo. 

Aunque es importante que seas consciente que en verano hay muchísimas distracciones con tantos planes y gente alrededor, lo que hace que los días se les pase volando entre tantos estímulos. 

Para el momento de la despedida. 

Es importante que haya una anticipación previa en la que les expliques cuándo comienza el cambio de organización por el fin del curso escolar y cómo será esa organización estival. 

Les ayuda mucho tener un calendario que de forma visual les ayude a integrar la información. Para ello te proponemos que utilices dos colores, uno para los días que estarán con papá y otro para los días que estarán con mamá. De esta forma identificará con facilidad los tiempos con cada uno. 

Anticípale el día antes y unas horas antes de que se vaya lo que va a suceder y trata de hacerlo desde un lugar lo más neutral posible, pues se trata de ejercer de cerebro auxiliar ofreciéndole una información que puede ayudarle a evitar el factor sorpresa. 

Atiende el dolor o desasosiego que esto puede generar en ti pero no lo proyectes en tus hijos. Si ellos muestran tristeza o enfado porque no se quieren ir, valídales su emoción sin añadir tu propia carga emocional. 

Y ten en cuenta que a veces su resistencia no es porque no quieran ir con el otro progenitor, sino porque no se quieren separar de ti. 

Es importante que haya espacio para lo que ellos expresen, sea la emoción que sea pero no es necesario que os quedéis enganchados en estas emociones.

Pues dando cabida a su realidad emocional, también podéis, antes del momento de la despedida, jugar al escondite, al pilla pilla, hacer guerra de cojines, haceros cosquillas… para conectar entre vosotros desde la alegría. 

Tristeza y alegría pueden convivir y es mucho más agradable despediros desde el honrar y celebrar lo vivido juntos los días anteriores.

Y MUY IMPORTANTE, al despedirte no les digas que les echarás de menos, necesitan saber que al irse tú vas a estar bien. Aquí en este post de Instagram explicábamos hace tiempo con más detalle por qué es mejor omitir el “te voy a echar de menos”. 

Diles que les quieres, que les amas, pero no que no estarás bien sin ellos, que es lo que esconde esta frase. 

Y transmíteles, no solo con palabras, sino especialmente desde tu sentir, permiso para disfrutar estando lejos de ti. 

Prepárate tú también

Estar muy presente con ellos los días previos ayuda mucho, por ello te animamos a que reduzcas la inercia de la velocidad del día a día y elimines el ruido de los “tengo que” para postponer lo máximo posible a cuando estés sin ellos. 

Así podrás ocuparte de los importante: de disfrutar de tus criaturas y ellas de ti. 

Por ello reduce mucho la vida social. Especialmente en verano es muy fácil tener mil planes, sin embargo entre tantas actividades y gente, es fácil que al pasarse los días tengas la sensación de no haber estado con tus peques. Y a ellos puede sucederles lo mismo.

Ten presente que menos es más. No necesitan que te conviertas en su animadora, necesitan sentirte disponible y presente. 

En nuestro caso cuando los días antes de su partida hemos disfrutado mucho en familia, notamos que llevamos mucho mejor la ausencia de nuestros hijos, mientras que cuando “nos pilla” el toro y se van habiendo pasado los días previos ajetreados con mil quehaceres y planes, llevamos peor su ausencia y el tiempo sin ellos se nos hace más largo y pesado. 

Y antes de que se vayan, o el primer día de su partida, puedes hacer una lista de todas las cosas que tienes pendientes y que nunca tienes tiempo para hacer. 

Ahora es tu momento, aprovéchalo ya sea descansando y haciendo nada, saliendo o ocupándote de la logística de casa. 

Cuídate y póntelo fácil, no seas exigente contigo y si necesitas estar tirada en el sofá llorando hazlo, pero si lo que te viene bien es salir y distraerte hazlo, decide por ti atendiendo lo que realmente deseas hacer. Porque no haya nada que tengas que hacer realmente, sino que puedes elegir qué quieres hacer. 

Y muy importante también: date permiso para disfrutar, no hay ningún luto que debas guardar y tampoco eres menos madre por disfrutar y divertirte cuando estás sin tus hijos. Más bien todo lo contrario, gracias a que te ocupes de ti y te des lo que necesitas, podrás disfrutar más de ellos cuando regresen, pues le podrás ofrecer una versión de ti aún mejor. 

Cuando regresan de haber estado sin ti 

Es normal que a su vuelta estén como descolocados e irritables, incluso que se muestren enfadados contigo. No te lo tomes como algo personal y entiende que es su forma de decirte «te he echado de menos» y de contarte el revuelo emocional que han vivido. 

Están soltando todo lo que no pudieron expresarte en la distancia física. 

Hasta las 48 horas después de su vuelta, evita llenar vuestra agenda con mil planes y vida social. 

Te necesitan a ti para autorregularse. Si de estar varios días sin ti, rápidamente pasan a estar contigo junto a muchas más personas y actividades, tardarán mucho más en adaptarse al cambio de estar ahora contigo. 

Olvídate de los compromisos, lo importante sois tú y tus hijos, los demás pueden esperar, y si no les gusta esperar ese no es tu problema, tú tienes algo mucho más importante de lo que ocuparte: de la adaptación de tus hijos a volver a estar contigo. 

Con la agenda por delante mira cómo puedes hacer para que los primeros y últimos días contigo os podéis llenar de vuestra presencia, eso os lo pondrá mucho más fácil.

Y si durante las vacaciones vais a estar mucho tiempo con gente, escápate para tener ratitos de exclusividad con cada peque. Eso es lo que más les nutre a ellos y ya verás como a ti también.

Si sientes que separarte de tus hijos te duele demasiado, si sientes que nos has superado la separación y que aún nos disfrutas de los beneficios que esta situación reporta en tu vida y en la de tus hijos, apúntate al webinar gratuito: Descubre las 5 claves para superar la separación y cuidar a tus hijos en el proceso.

Lograrás sentir en paz con la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien y que tus hijos están felices. Nos vemos dentro, apúntate gratis aquí.

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