Cuando un comentario tan sencillo, duele tanto
Recién separada no entendía cuando uno de mis hijos acababa de llegar de estar con su padre y me decía: “Mamá, echo de menos a papá” , cuando solo llevaba conmigo apenas unos minutos u horas.
No era solo que no lo entendiera, sino lo que esa frase despertaba en mí.
Es algo que me mataba por dentro porque me venían preguntas del tipo, ¿es que no soy suficiente? ¿Es que no me quiere? Y entonces tanto la culpa, que ya era abrumadora, como la angustia surgían en mi interior como un volcán.
Era horrible, sin embargo tenía la claridad suficiente para saber que no se trataba de que no me quisiera o de ser insuficiente, sino que había algo que se me estaba escapando en ese momento, que necesitaba bucear más allá de las palabras para conocer el mensaje que había tras estas.
En aquella época yo andaba en pleno revuelo emocional y duelo, por lo que era consciente de que estaba en medio del bosque y me faltaba perspectiva para poder entender a mi hijo.
Sabía que en el momento en el que saliera del bosque y me subiera al monte, podría verlo con distancia y perspectiva y así poder reconocer la raíz del mensaje que había tras las palabras de mi hijo.
Y es que si alguna vez haz escuchado estas palabras y te han dolido, debes saber que es normal, no es fácil escucharlas cuando andas en un momento tan vulnerable como estamos muchas veces durante el proceso de separación.
Ahora bien, cuidado con quedarte en el lamento, la culpa o lamiéndote las heridas. No es momento para ello, no te quedes atrapada en la niña interior pues tus hijos necesitan que asumas tu rol de adulta para sostenerles desde ahí y así sentir el espacio de seguridad y confianza que requieren de ti.
Esto es algo que no va a suceder de la noche a la mañana, tú te estás adaptando también a todos los cambios, por lo que sé compasiva contigo en lugar de exigente.
Puede ayudarte en estos momentos tener activo un doble foco: uno que esté puesto en ti para que si niña interior se despierta no tome el mando de la situación y otro en tu peque para poder atenderlo lo mejor que en ese momento puedas, recordándote que lo que te está expresando: “Mamá, echo de menos a papá” no tiene que ver contigo, no habla mal de ti, sino que te está hablando de sí mismo y lo que siente.
Para poder escucharlo con esta perspectiva es importante que vayas ocupándote poco a poco de ti, de ir desenredando los nudos internos que generan los miedos, la inseguridad, la sensación de fracaso y la culpa, y así atender también esas heridas que se han abierto en el proceso de separación.
Hacer esto en soledad es realmente difícil, por ello debes saber que no tienes por qué andar este camino a solas, puedes buscar apoyo para que la red te sostenga y te sea más fácil.
Ocupándote de lo que está en tu mano: atender todo lo que se te mueve cada que escuchas esta frase, podrás tomar perspectiva y entender qué le está pasando a tu hijo.
Para ello es fundamental sanar a tu niña interior y crearte una autoestima fuerte y elevada.
Así podrás ir tomando perspectiva y dándote cuenta de que lo que te dice tu hijo no habla mal de ti, sino que te está expresando algo que tiene que ver consigo mismo y con la relación con su padre.
Ten cuidado con la voz castigadora que puede que viva dentro tuya y que trata de machacarte haciéndote sentir insuficiente , mala madre y mil cosas más.
Cuando te dicen que le echa de menos puede ser porque:
- Simplemente le echa de menos, siente añoranza y es NORMAL. No te está diciendo que tú seas insuficiente o que te quiera menos. Te está diciendo, sencillamente, que echa de menos a su otra mitad y esto no habla mal de ti y tampoco es malo que sienta añoranza. Es una emoción más y forma parte de la vida sentir tanto lo agradable y cómodo como lo desagradable e incómodo.
- Si acaba de regresar cuando te lo dice, puede ser porque precisamente muchos niños y niñas el momento en el que más echan de menos al otro es a las pocas horas del intercambio.
Una de nuestras criaturas ya roza la adolescencia y nos explica con mucha claridad que cuando ya ha pasado un día no echa de menos al otro, pero ese mismo día, desde que es pequeña, es el que más le costaba y le sigue costando aunque ya se ha acostumbrado y la sensación no le genera malestar.
- Puede ser te diga que le echa de menos porque físicamente el progenitor pasara poco tiempo, por trabajo u otros motivos, y entonces sienta que no ha estado tanto tiempo con él y regresar contigo sin haberse llenado de él no es fácil, porque sabe que le quedan unos cuantos días hasta volver a verlo.
- O tal vez sí han estado juntos físicamente pero la otra persona está ausente emocionalmente, por lo que no se ha podido llenar de la presencia de su otro progenitor.
En cualquier caso, cuando te dice «le echo de menos» NO está hablando de ti, sino está contándote como puede y sabe, lo que siente y ha vivido.
En estos casos tus hijos necesitan que escuches el mensaje de su malestar, no que te lo tomes como algo personal y te quedes en el lamento.
Sé que es difícil, para mí era de los momentos más duros de mi separación. Cuando me pillaba en momentos débiles, era desgarrador escuchar aquellas palabras. Por eso me ocupaba de repetirme como un mantra: «Me está hablando de él, no de mí».
No puedes cambiar las situaciones desagradables o incómodas que viven tus y tampoco las puedes evitar, pero sí las puedes a utilizar a tu favor.
Pues con lo que se van a quedar cada uno de tus hijos PARA SIEMPRE, también después de tu muerte, es con cómo les hacías sentir.
Si aprendes a ocuparte de todo lo que se te mueve dentro tuya para poder escucharle sin juicio y sin hacerles sentir que lo que te dicen es una carga pesada para ti, te convertirás fácilmente en su lugar seguro y acudirán a ti, a su cueva, cada vez que lo necesiten.
Necesitas hacer el duelo por la vida que habías soñado para tus hijos y así aceptar la vida que realmente es, solo así podrás escucharles desde tu centro, desde tu yo adulta.
Y créeme, la recompensa es enorme. La confianza y complicidad que surge a partir de ahí es enorme y es un regalo que les haces y te haces para toda la vida.
La vida no es perfecta, pero, ¿qué es realmente una vida perfecta? ¿Una vida cómoda sin emociones desagradables? Eso no existe, no eres el salvavidas de tus hijos, no necesitan además que les salves, pues han venido a vivir su propia experiencia de vida.
Necesitan sentir que estás presente y disponible para poder apoyarse en ti y dejarse sostener por ti.
De hecho en ocasiones ese: “Mamá, echo de menos a papá” lo que esconde es un SOS a mamá, es decir, a veces mamá está ausente porque no puede más, porque está lidiando con su duelo por la separación, porque siente que no puede con todo ella sola, porque siente que la economía le asfixia… por mil motivos, y entonces la presencia y disponibilidad no es la misma que en otras etapas.
Sin embargo los pequeños se dan cuenta que ante el: “Mamá, echo de menos a papá”, mami rápidamente reacciona y obtienen la mirada que tanto necesitan.
A lo mejor es la forma que han encontrado para satisfacer esa necesidad de mirada.
En cualquier caso no se trata de que te fustigues si esto ha resonado contigo, sino que entiendas que lo importante no es lo que dicen, sino la raíz del mensaje. Tomar perspectiva es lo que te permitirá conocer la necesidad que esconden sus palabras y que te hacen saber de la manera que saben y pueden dada su edad.
No es fácil lidiar con todo el revuelo emocional de la separación y al mismo tiempo atender a los hijos y acompañarlos en su propio revuelo. En Creada cada persona del equipo hemos vivido en primera persona estas situaciones, por ello podemos ayudarte profesionalmente entendiéndote perfectamente, pues somos madres y padres separados.
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