Nuestras creencias limitantes se pueden superar para reinventarnos

¿Te ha ocurrido que cuando disfrutas demasiado tiendes a parar porque piensas que algo malo te va a suceder? ¿Crees que el dinero se gana con el sudor de tu frente? ¿Piensas que todo en la vida cuesta esfuerzo y que nadie te regala nada? Pues todo eso, son creencias limitantes que hemos asumido como verdad y sin embargo, no lo son. Es como eso de que “la profesionalidad exige seriedad” o que “todo lo bueno se acaba”.
Las creencias limitantes pueden venir de orígenes diferentes; por educación, por alguna herida de la infancia, o simplemente por repetición. Ahora bien, la mayoría las adquirimos en nuestra primera infancia, hasta los seis años de edad, que es cuando nuestro cerebro es más plástico y moldeable. Esto explica el porqué resultan difíciles de cambiar, pero no es imposible y esa es la buena noticia si quieres modificar algunas de tus creencias, esas que no te hacen bien a día de hoy, sino más bien lo contrario.
Para ello lo primero que puedes hacer es identificar la creencia y ponerla en cuestión. Debes cuestionarte si está activa en ti y si te limita de algún modo. Porque quizás todavía no te has dado cuenta, pero estas creencias te separan y alejan de lo que quieres, o incluso de lo que tú eres, de tu Ser. Porque recuerda, una cosa es tu personaje, tu disfraz del día a día con el que aprendiste a moverte en el mundo en tu infancia, y otra muy diferente tu Ser que alberga tu esencia.

Una creencia es verdad para quien la asume pero puede ser totalmente falsa para otra persona y ambas tendrán razón. Aquellas personas que sienten que tienen “mala suerte”, no se liberarán de ella hasta que tomen consciencia de que es una creencia limitante, que condiciona e incluso dirige su vida.
Así que si eres una de ellas, sigue leyendo porque puedes liberarte de ella.
Puedes dedicar tu vida a una profesión que en realidad no te gusta a causa de una creencia limitante. Piensa en esa afición que te encantaba y que dejaste de lado porque pensabas que no se puede vivir del deporte o del arte, por ejemplo. Mientras, hay miles de personas que se ganan la vida estupendamente disfrutando de su pasión, que no se resignan a vivir una vida carente de sentido haciendo cosas por las que no sienten motivación ni vocación.

Caso parecido son las creencias sobre el dinero. Si piensas que el dinero no trae la felicidad, o que para ser rico es obligatorio que haya pobres, ¿de verdad piensas que va a llegarte el dinero en abundancia? Tu subconsciente actuará para alejarte del dinero en lugar de acercarte.
No se puede actuar ni vivir en contra de las creencias que tenemos. No obstante, recuerda la buena noticia: puedes cambiarlas.
Si te pregunto sobre si prefieres un coche nuevo o de segunda mano, no dudarás en elegir el primero. Pues lo que te propongo es lo mismo con las creencias, elige tus propias creencias nuevas y no las usadas por otros. Del mismo modo que el coche de segunda mano te ha llevado hasta donde estás, las creencias las has tenido porque te han resultado útiles durante un tiempo pero puede que ya no te sirvan y ahora puedes elegir otras.

Una vez has detectado cuál es la creencia o las creencias que te limitan date cuenta de que llevas mucho tiempo identificándote con ellas. En la medida en que tomes consciencia de ello, comenzará el proceso de transformación. No es posible vivir sin creencias, pero sí puedes elegir con cuáles te quieres identificar.
Presta atención a tu diálogo interno, lo que nos decimos forja lo que creemos y creamos. Y aquí entra el poder del lenguaje. Puedes empezar redactando nuevas creencias eliminando aquellas viejas que empezaban con frases del tipo: “sí pero…”, “es que…”, “no se puede porque…”. Y sustituyéndolas por otras que empiecen por: “Puedo…”, “Elijo…”, “Decido…”
Además, con frases como las anteriores estarás responsabilizándote y dejando de poner el foco en los demás. Así que voy a regalarte nuevas creencias para ayudarte a reinventarte.
- Elijo a lo que me quiero dedicar aunque eso no satisfaga las expectativas de los demás
- Puedo atraer la abundancia haciendo lo que me gusta.
- Decido tener lo que deseo sin necesidad de esforzarme.
- Ayudaré a los demás sin condicionar mi bienestar.
Espero que hayas disfrutado con la lectura de este Post y que te haya arrojado más luz sobre las creencias limitantes, tanto como yo escribiéndolo. Y recuerda las palabras de Henry Ford: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estarás en lo cierto”.
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