Claves para conciliar

La reinvención profesional llega en muchos casos con la maternidad y paternidad. La crianza es un revuelo a tantos niveles que también nos hace cuestionarnos el modelo de vida que llevamos. Y es que a veces es incoherente lo que queremos enseñarles a nuestros hijos/as y lo que hacemos realmente en nuestro día a día. De ahí la importancia de conciliar.
Por eso muchas veces llega la reinvención, porque queremos que sean felices, que el día de mañana se dediquen a lo que de verdad les apasiona, sin embargo… ¿lo hacemos nosotras, sus personas adultas de referencia?
Muchas veces la respuesta es NO.
En otras muchas ocasiones la necesidad de conciliar nuestra vida personal y profesional, es lo que nos empuja con más fuerza a atrevernos y dar el salto al vacío.
En los últimos post te he facilitado herramientas y claves para que puedas comenzar la andadura profesional que sueñas y hay más recursos que te quiero seguir enseñando. Pero para ser fiel a mí mismo, hay un tema del que quiero reflexionar en “voz alta”.
Y es que desde que comenzáramos nuestro ciclo de entrevistas de Casos Reales de Reinvención Profesional, son muchos los correos que intercambiamos con las mujeres que entrevistamos (y algún hombre). Y hay algo que me llama poderosamente la atención, tanto en estas comunicaciones como en otras que mantenemos con otro tipo de networking: la flexibilidad que necesitamos mostrar ambas partes para cuadrar agendas, no tanto la agenda profesional, como la agenda personal. Me estoy refiriendo a la flexibilidad con la que nos topamos para poder conciliar.
Si pasaras un rato con nosotros en nuestro espacio de trabajo, escucharías a ambos lados del teléfono frases del tipo, “Mejor quedamos por la mañana porque por la tarde tengo a las niñas” o “El jueves no me viene bien porque me ocupo de mis hijos”. Y es una maravilla que nos entendamos, que sea bidireccional la comprensión acerca de la importancia que tiene, también, nuestra vida personal. Y que conciliar es una necesidad urgente, cada vez para más personas.
Para ser completamente honesto, no descubro nada nuevo si digo que esta situación se produce muchísimo más entre mujeres que entre hombres, es verdad. Pero, eh!, que el que escribe estas líneas es un hombre y que poquito a poco la conciencia sobre la importancia de cuidar ambas partes y conciliar los dos, va aumentando.
Aún, por desgracia, recae el mayor peso sobre las mujeres, eso es indudable, y es algo que muchas personas estamos aportando para cambiar. Y aunque me gusta considerarme a mí mismo como un hombre que ejerce una paternidad consciente, he de reconocer que ni siquiera así, pesa sobre mis hombros la falta de conciliación como les pesa a la mayor parte de las mujeres que conozco.

Somos pocos los hombres que anulamos alguna cita o dejamos de hacer alguna tarea profesional por situar a los hijos e hijas en primer plano. Eso sin comentar la carga de las tareas del hogar. Y es que la conciliación es una materia pendiente no solo por parte de las empresas, sino en nuestro día a día por todos y cada uno de nosotros.
Por otro lado, estamos los progenitores separados y las familias reconstituidas. En mi caso descubrí la trascendencia de conciliar en toda su extensión cuando decidí que quería una custodia compartida. Fue en ese momento cuando mi propósito profesional dió un nuevo giro y entendí que en mi vocación, lo más importante era ejercer la paternidad. Y no, no puede estar reñido con ejercer mi profesión. Es triste, lo reconozco, no darte cuenta de lo que supone, o el calibre que tiene la conciliación hasta que eliges poner en valor a tu familia.
Hace un tiempo comentaba con Rocío que en la mayoría de los casos las únicas personas que consiguen conciliar de verdad, son aquellas que han emprendido. Y claro, no todo el mundo está hecho para el emprendimiento. De hecho no se lo recomiendo a todo el mundo.
Me he especializado en reinvención Profesional & Conciliación porque veo la necesidad urgente de nuestra sociedad de aprender a conciliar nuestra faceta familiar y profesional. Y también porque, como decía al inicio de este post, muchas veces la pa/maternidad nos trae cuestionarnos, también, el tipo de trabajo y estilo de vida que llevamos. Y son cada vez más las mujeres que a partir de la maternidad (cada vez somos más hombres pero el grueso siguen siendo mujeres) se remangan para para hacerse un hueco profesional en aquello que realmente les gusta.
Conciliar no es fácil
No lo es, lo sé. Se me viene a la mente un caso que viví muy de cerca. Se trata de una mujer que teniendo un buen trabajo, que le gustaba y en una empresa que es un modelo de conciliación frente a la mayoría, no consiguió la conciliación que estuvo años negociando con su superior. Daba igual los argumentos que el jefe esgrimía, que para cubrir las necesidades de la empresa, ella siempre encontraba una alternativa para que tanto la empresa como ella en su conciliación familiar, cubrieran sus necesidades. Sin embargo el jefe reconoció, finalmente, que no se le daba la medida de conciliación que solicitaba, por lo que podía suponer para el resto de compañeros. A esta breve historia le falta un detalle, esos “compañeros” eran en su totalidad mujeres.

Con esto lo que quiero transmitir es que necesitamos educación primero, entender la necesidad, importancia y urgencia de conciliar y que es algo que, aunque mayoritariamente afecta a las mujeres, es un asunto que nos atañe a todas y a todos.
Conciliar en la empresa privada es más difícil, por ello creo que la Reinvención Profesional y la Conciliación van muy de la mano. El motor principal de Creada fue ese, conciliar nuestra vida familiar y profesional. Y de ahí nace mi especialización, para que también otras personas, como tú, puedan conciliar atendiendo tus necesidades y las de tu familia.
Ahora mismo, ¿cómo es tu conciliación?
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