
¡Me encanta que los planes salgan bien! ¿Recuerdas esa frase? Era de Hannibal Smith, el personaje del equipo A. Aquella serie estadounidense de los 80, en una época mucho antes de Netflix. No obstante a veces los planes no obtienen los resultados que esperas.
La realidad es que los planes no salen bien siempre, como en Hollywood. Cuando se te enciende la bombilla y tienes una idea, te quieres apresurar a ponerla en marcha, de hecho, eso es lo que aconsejan muchos libros, como Lean Startup. Idea-prueba, Idea-prueba, Idea-prueba y así vas testando. La clave es no invertir y no gastar mucho antes de saber si la idea funciona.
Pero ni siquiera así, tienes seguridad de que va a funcionar. Puede ser una cuestión de creencias o haberte formado muchísimo, y sin embargo no dar el resultado que esperas.
¿Y qué hago en este caso?
Primero toca asumir que no hay fórmulas infalibles para el éxito. Para mí personalmente este primer paso de choque con la realidad es como una bofetada con la mano abierta de humildad.
Después siempre me gusta recordarme, que en la vida no existe el fracaso, sino el aprendizaje. Tiendo a preguntarme ¿Qué me falta por aprender de esta situación?
Llega el momento de evaluar. A veces con datos y números y otras de forma más cualitativa. Qué pasos me han faltado por dar, qué me ha faltado por medir, qué responsabilidad tengo en cada parte del proceso…

Toca hacerse otras preguntas ¿puedo hacer algo y salvar algunos restos del naufragio? O directamente ¿es mejor tirarlo todo por la borda y empezar de nuevo? Como dice el refranero, una retirada a tiempo a veces es una victoria.
A mí me funciona muy bien, después de un tiempo de soledad prudencial, rodearme de personas que me ayudan a ver el bosque entre tantos árboles. En ocasiones son personas que nos quieren y cercanas. Sin embargo, otras veces me vale más contar con la ayuda de una persona experta. Es fundamental asumir que no lo sabemos todo y que podemos contar o contratar a quién sabe mucho más que yo, porque en muchas ocasiones los planes no obtienen los resultados que deseas.
Y pasado el tiempo necesario es imprescindible levantarse y seguir caminando, haciendo una nueva muesca en el bastón, enorgullecerse del aprendizaje y seguir mirando al frente
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