La separación puede ser emocionalmente desafiante, especialmente para las madres, pues cuando en nuestra sociedad una mujer se convierte en madre, pierde su identidad como mujer y pasa a ser reconocida como “la madre de…”.
Al haber recaído sobre los hombros de las mujeres el peso de los cuidados, es normal sentir que si no estamos cuidando somos egoístas, menos madres o menos válidas.
Pareciera que el placer debe estar justificado o al menos merecido, como si no nos mereciéramos cuidarnos y gozar por el mero hecho de existir. Aún coletea la idea de “me cuido para poder cuidar”. Este es el paso previo a “me cuido porque me lo merezco y punto”.
Ante esta forma abnegada de existir a través de los cuidados, la separación supone un reto enorme en la vida de muchas madres, pues al separarnos también de los hijos, dejamos de estar al 100% en los cuidados y comenzamos a existir como mujer más allá de madre.
Y ante esta situación se da una gran pregunta, “¿quién soy?”.
Ante el nacimiento de nuestros hijos parece que solo existen sus deseos y necesidades y nos olvidamos así de lo que nos gustaba a nosotras. Con la separación nos enfrentamos a un gran reto y al mismo tiempo una gran oportunidad: encontrarnos con nosotras mismas.
Volver a existir por nosotras, no a través de la atención y cuidados a los otros.
Por eso quiero decirte que es natural que te preocupes por el bienestar de tus hijos y te concentres en su cuidado durante esta etapa. Sin embargo, en medio de todas las responsabilidades y preocupaciones, es fundamental recordar que también necesitas cuidar de ti misma.
La autocompasión juega un papel crucial en tu bienestar emocional y en tu capacidad para enfrentar los desafíos de la separación de manera saludable.
La autocompasión en la separación
No confundas lástima con compasión porque no tiene nada que ver. La autocompasión es el acto de tratarte a ti misma con amabilidad, aceptación y comprensión en momentos de dificultad. A menudo, nos resulta más fácil mostrar compasión hacia los demás que hacia nosotras mismas. Sin embargo, es importante que entiendas que el hecho de ser autocompasivas nos permite enfrentar la separación desde un lugar de fortaleza y resiliencia.
En primer lugar, la autocompasión implica ser conscientes de nuestras propias necesidades emocionales y físicas. Y es que durante el proceso de separación, es común que te sientas agotada, emocionalmente vulnerable y abrumada.
Por ello es especialmente importante que prestes atención a tus propios sentimientos y asegúrate de tomarte el tiempo necesario para cuidarte. Esto puede incluir actividades que te brinden alegría y relajación, como practicar ejercicio, meditar, leer un buen libro o pasar tiempo con familiares y/o amistades que sepan ayudarte y apoyarte como necesitas.
El acto de la autocompasión también implica reconocer y aceptar tus propias limitaciones. La separación es un momento de grandes cambios y ajustes en tu vida. Permítete sentir y expresar tus emociones, pues por dolorosas o difíciles de manejar que sean, reprimirlas te impedirá avanzar. Lo que sientes no te define como persona, atrévete a sentir.
No te juzgues si sientes que estás en una montaña rusa emocional, es normal que te sientas así y recuerda que esto también pasará. Por eso acepta tus emociones como parte del proceso y recuerda que es normal experimentar una amplia gama de sentimientos durante esta etapa.
Sé amable contigo misma en lugar de criticarte por tus errores o por no estar a la altura de tus propias expectativas, entiéndete, háblate con cariño y sé amable contigo misma, no te exijas ni castigues.
Recuerda que la separación es un proceso complejo en muchas ocasiones y que lo estás haciendo lo mejor que puedes con las circunstancias que tienes. Trátate a ti misma con el mismo amor y respeto con el que tratarías a una amiga que está pasando por tu misma situación.
La autocompasión también implica establecer límites saludables. Durante la separación, es posible que te encuentres ante demandas y expectativas externas que pueden ser abrumadoras. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y establece límites claros en tus relaciones, no es momento de mantener los compromisos.
Recuerda que priorizarte a ti misma no es egoísta, sino esencial para tu bienestar y tu capacidad para cuidar de tus hijos de manera efectiva.
En la medida en la que te sea posible tómate el tiempo para reflexionar sobre tus valores, prioridades y metas personales. En medio de la separación es fácil perder de vista quién eres y qué deseas en la vida, sin embargo este proceso puede ser la oportunidad para dar un giro de 180º a tu vida y la autocompasión es la mejor herramienta para reconstruir tu identidad y establecer nuevos objetivos para el futuro.
Cultivarla puede marcar la diferencia en tu capacidad para enfrentar los desafíos emocionales que surgen durante esta etapa. Al cuidarte a ti misma y mostrar autocompasión estarás fortaleciendo tu bienestar emocional y físico, lo que a su vez te permitirá cuidar mejor de tus hijos.
No es un acto egoísta, sino una herramienta poderosa para tu propio crecimiento y sanación.
Si te sientes perdida y no sabes por dónde comenzar a practicar la autocompasión, aquí van algunas pautas básicas:
- Observa cómo te hablas y lo que te dices para modificar el tono y tratarte como tratarías a una amiga que está pasando por un mal momento.
- No te dejes para el final y ocúpate también de ti. Tus necesidades también son importantes, no solo las de tus hijos, así que escúchate para detectar qué necesitas y atenderte.
- ¿Juzgas lo que sientes? Mejor no lo hagas, porque ese juicio te lleva directamente al sufrimiento. Las emociones que sientes merecen ser reconocidas. Pueden ser desagradables e incómodas, pero es que estas forman parte de la vida también. Cada emoción tiene una misión: viene a darte una información. Si en lugar de pararte a escucharla te dedicas a juzgarla, va a persistir durante más tiempo.
Si te cuesta sentir estas emociones recuerda que no tienes por qué vivirlas en soledad, puedes buscar el apoyo y sostén de quienes sepan ayudarte tal y como necesitas. Y sobre todo, no te juzgues ni critiques.
- Pon límites. No deberías pasar por encima de ti nunca, pero mucho menos ahora. Conocer tus necesidades es básico para que puedas poner límites a cualquier persona que no te haga bien ahora mismo. Debes ser tu prioridad, así que no trates de satisfacer a otras personas ni cumplir con compromisos.
- Y si sientes que estás muy lejos de poder escuchar tus necesidades y no sabes qué necesitas, ríndete a lo que te pide el cuerpo. Para cada día a respirar al menos 5 minutos. Solo 5 minutos para poner toda tu atención en tu respiración.
En este sentido también puede ayudarte mucho que dediques al menos una hora a la semana, aunque sea solo una horita, a hacer aquella cosa que te encantaba hacer en tu niñez o de adolescente.
Aquello en lo que te podías perder durante horas sin darte cuenta de que el tiempo pasaba y que te llenaba el alma.
Puede que fuera cantar, bailar, dibujar, colorear, correr, escribir, hacer fotos, caminar… fuera lo que fuera aquello que te encantaba, recupéralo.
Hacer aquello que te llenaba por dentro es volver a conectar contigo y es lo que más necesitas ahora, volver a encontrarte contigo desde tu esencia.
No debes guardar ningún luto por separarte, no hay ninguna forma correcta de estar ahora en tu vida. Estás como estás y es la forma real y perfecta, no te juzgues ni critiques por ello.
La vida no es un parque de atracciones donde las risas y la alegría predominan sobre todo lo demás. La vida es más bien un laberinto precioso y al mismo tiempo una incógnita permanente donde abunda la alegría y también el dolor y la tristeza.
Porque existe la luz, existe la sombra. La sombra no es posible sin la luz y viceversa.
Pues así es la vida misma, así que no tengas prisa por dejar de sentir lo que sientes, entrégate a lo que es y ya vendrá después todo lo demás.
A la vida hemos venido a aprender, disfrutar y amar. Ábrete a lo que la vida viene a enseñarte en este momento de tu vida, no lo juzgues, siéntelo y el camino será mucho más fácil.
Y es que aunque la separación puede ser un camino desagradable, también es una oportunidad para una vida mejor.
Por ello busca apoyo en tus seres queridos o en profesionales especializados que puedan acompañarte en este proceso. Bien acompañada podrás superar los desafíos y construir una vida nueva llena de oportunidades y crecimiento personal.
Recuerda, sé amable contigo misma y date permiso para sanar. Eres fuerte y capaz y mereces vivir una vida plena y feliz, incluso en medio de los desafíos de la separación.
Yolanda dice
Sois maravillosos!
Tengo el libro «Separada», me llegan vuestros emails, os sigo en Instagram, y ahora, acabo de leer por primera vez en vuestro blog. Cada vez que leo algo vuestro, es como si de la súper mochila que cargo se me cayeran unos kilos de ella, me descargo de muchos malos pensamientos y sentimientos, entre ellos la culpa.
Ojalá pudiera abrazaros algún día!
Gracias, gracias y gracias.
Me estaís ayudando mucho.
Un gran abrazo
ZMY
Rocío y Miguel Ángel dice
Qué bien que te esté sirviendo lo que compartimos Yolanda, muchas gracias por tu mensaje y cariño. Un abrazo muy grande.