MI EX ES NARCISISTA

Si un proceso de separación suele ser difícil a nivel emocional, cuando la ex pareja es narcisista este se vuelve mucho más complejo.

El trastorno de personalidad narcisista es cada vez más conocido, lo que facilita que quienes conviven o han convivido con estas personas, puedan identificarlo con más facilidad y así salir de esa relación y protegerse.

Pues una de las primeras dificultades para quien mantienen una relación con una persona de este perfil, es que desconoce que tiene este trastorno y se cree culpable y responsable de las deficiencias de la relación.

Antes de avanzar en este tema, es importante clarificar qué identifica a una persona con trastorno de personalidad narcisista, y estos son a grandes rasgos: pensamiento grandioso acerca de sí mismo/a, se sienten más especiales e importantes que el resto de su entorno, cuentan con una falta de empatía absoluta, consideran a las personas como medios para lograr lo que desean…

La manera en que esto se da no suele ser descarada y por eso cuesta reconocerlo en multitud de ocasiones, pues las formas suelen ser sutiles y muy diferentes, no existe un único patrón.

La sutiliza con la que se dan importancia y utilizan a otras personas, así como las formas tan dispares de manifestarse, es lo que suscita tantas dudas para reconocer que una persona del entorno responde a esta personalidad.

Sobre todo, porque para la mayoría de seres es difícil entender que una persona pueda utilizar a otras para su propio beneficio y que, además, carezca de empatía, y mucho más complejo es, cuando te das cuenta de que es tu pareja.

Hay hombres narcisistas y mujeres narcisistas, esto no va de género, lo que sí es una cuestión de género es la forma en la que se manifiestan los rasgos en un sexo y en otro.

Fruto de la sociedad patriarcal en la que vivimos, los rasgos de ellos tienen que ver más con la violencia visible y más agresiva: insultos, humillaciones, el control, violencia económica, violencia vicaria…

Ellas suelen manifestar los rasgos desde un lugar más sutil que tiene que ver con posicionarse en el rol de víctima, se identifica con el “pobrecita de mí”, desde darse y entregarse en un exceso de ser cuidadoras para así sentirse valiosas al tiempo que hacen sentir culpable a la otra persona (u otras) si no valora sus cuidados como ella considera que merecen ser reconocidos.

En ambos casos hay agresividad, en el caso de ellos suele está descubierta y en el de ellas suele darse de forma encubierta y ambas son muy perjudiciales, pues en todos los casos hay una manipulación detrás que hace difícil que quien está sometido a la misma, pueda identificar lo que está viviendo.

Debería haberme dado cuenta antes

Es muy habitual que, con el tiempo, la persona que toma conciencia de haber estado con una pareja narcisista, se culpe también por no haberse dado cuenta antes y haber tomado decisiones al respecto.

Sin embargo, es importante entender que venimos de historias de infancia en las que se nos ha enseñado a complacer, a creer que todas las personas son buenas y muchas otras cuestiones que crean puntos ciegos en la adultez y en las relaciones interpersonales.

Con este historial se hace muy difícil reconocer a una persona con esta personalidad, pues no van de frente, sino que su manipulación suele ser muy sutil y no es mantenida en el tiempo.

Hay etapas en las que su violencia disminuye e incluso puede desaparecer, lo que lleva a la persona que la sufre a pensar que eran exageraciones propias o culpa suya lo que sucediera con anterioridad.

Además, este comportamiento no se desarrolla desde el inicio de la relación, sino que suele emerger en una segunda etapa de la misma, cuando ya está consolidad la relación. Al inicio, en la primera etapa, suele ser todo adulaciones hacia la pareja.

Porque no se ve venir desde el inicio y porque existen muchos puntos ciegos que justifiquen no reconocerlo después, si tu pareja o tu ex tiene personalidad narcisista, no mereces culparte por no haberlo detectado antes. Es normal que no te dieras cuenta. Repetimos: es normal que no te dieras cuenta antes.

¿Cómo reconocer que mi pareja es narcisista?

Son personalidades que en una primera etapa de noviazgo solían ceder mucho para hacer sentir muy especial a la otra persona, y en una segunda etapa la situación cambia considerablemente, tanto que la otra persona se siente obligada a complacer hasta el punto de sentirse ansiosa por lograrlo.

Estas personalidades reciben muy mal los noes. No tienen por qué ser negaciones explícitas, sino cualquier atisbo de negación les produce rechazo y logran darle la vuelta a la tortilla de tal manera que hacen sentir culpable a la otra persona por no pensar lo suficiente en ella.

La no aceptación de los noes no tiene por qué ser de forma directa, puede ser con cara de pena, con una broma, con el silencio como castigo… cuestiones muy sutiles que realmente impactan y pueden dañar.

Recibir mal una negativa no tiene por qué ser condición inexorable de personalidad narcisista, ahora bien, recibirlo negativamente de forma sistemática haciendo sentir culpable a la otra persona por no pensar lo suficiente en ella, probablemente sí.

A fin de cuentas, de lo que se trata es de dañar de alguna forma a la otra persona para así lograr que termine cediendo la próxima ocasión, pues no empatiza en absoluto y solo piensa en sí mismo, sintiéndose muy especial e importante, tanto que necesita dejar claro que los demás están por debajo.

Algo que puede hacer con mucha seducción, tanta que pasa desapercibido tanto dentro como fuera de casa, y solo quien convive puede llegar a darse cuenta en algún momento de lo que realmente está viviendo, que lejos de ser un cuento de hadas, es una pesadilla.

Pues en muchas ocasiones la violencia no es un insulto directo, sino que es a través de las relaciones y de hacer sentir culpable con mucha sutilidad.

De hecho, cuando se intenta actuar desde un lugar de relación asertiva y empática, la persona se está exponiendo, pues el narcisista fácilmente utilizará eso en su contra. No va a cambiar dialogando, hablando ni explicándole cómo te sientes, sino más bien al contrario, puede utilizarlo para hacerte más daño.

Estar con una persona así es como si te miraras en el espejo con una imagen deformada, terminas pensando que el problema lo tienes tú. Pues si para que la otra persona se sienta más importante, poderosa, valiosa y especial necesita utilizarte, tú te sentirás menos valiosa, menos importante, menos especial, desequilibrado…

“Yo pensé que era la loca”, es la frase más habitual de quien ha estado con una persona narcisista, y en absoluto era la culpable ni la loca, simplemente fue víctima del despliegue que tienen estas personalidades para lograr una posición de la que se puedan aprovechar.

¿Egocentrismo o personalidad narcisista?

Las etiquetas sirven para dar un sentido a una experiencia vivida que generaba malestar y que no se entendía el porqué. Ponerle la etiqueta ofrece la tranquilidad de saberse cuerda y no loca, de saber que eso que está pasando o ha pasado, existe y tiene nombre. 

Por eso es importante y ha ayudado mucho que de un tiempo a esta parte se haya popularizado el término, pues ha permitido a muchas personas entenderse a sí mismas y saber que ni eran el problema ni tenían un problema, sino que convivían con una persona con un trastorno peligroso para sí mismas.

Ahora bien, se debe tener cuidado y no confundir un ego muy grande con un trastorno de personalidad narcisista, pues pueden llegar a parecerse, pero no son lo mismo.

Una persona con un ego muy grande puede comportarse de forma muy egoísta y poco empática, tanto que no mire ni cuide las necesidades y deseos de la otra persona anteponiendo a menudo los suyos, pero en ningún caso se alimentará del daño que hace a la otra persona para sentirse importante, poderoso y valioso.

Si bien es verdad, lo importante no debe ser el diagnóstico, llegados a un momento de cansancio emocional, sino el cómo te sientes con esa persona: si habitualmente no escucha, si no se hace cargo nunca de lo que le dices, si a cada respuesta que te da es un intento de etiquetarte o darle la vuelta a lo que vives… sea lo que sea, tienes derecho a poner distancia.

A veces la etiqueta ayuda, pero también a veces no la vas a saber, así que es importante que con ella o sin ella, te fíes de la sensación interna y te des el derecho de alejarte cuando tienes delante a una persona que no se hace cargo de nada de su parte de la relación.

¿Cómo protegerse de un ex narcisista y proteger a los hijos?

Por desgracia no existe una protección institucional real, pues desde dentro del sistema no existen los medios (aunque podría haberlos), para poder reconocer el maltrato psicológico y la violencia sutil.

No hay un interés real para lograrlo. Por ello el sistema pide a las víctimas que se protejan a sí mismas, lo cual es verdaderamente difícil.

Así que lo primero que debes tener claro es que lo que viviste no fue tu culpa y que a lo que no llegas a proteger, tampoco es tu culpa.

• Con una ex pareja narcisista es especialmente importante establecer límites por escrito en mediación o acuerdos legales, para al menos tener un documento al que recurrir para exponer el límite.

Aun así, difícilmente respetará dichos límites, pues se los suelen saltar como medida de control hacia ti, pues se nutre de estar controlando aún partes de tu vida y sintiendo que tiene un papel activo sobre ti haciéndote reaccionar.

Entender que es una realidad que ocurre, que hay quien ve a los demás como objetos para sentirse más importante, valiosos, para sentirse más poderosos… puede dar la fortaleza necesaria para sentirte en el derecho de poner límites.

Entre la falta de apoyo, o más bien, abandono institucional y el no respeto de los límites de estas personalidades, se hace muy difícil mantener la salud mental, pues es realmente complejo ejercer la protección sola.

• Por eso es muy importante desculpabilizar y buscar apoyo.

Además de poner los límites y hacerlos respetar, es muy conveniente hacer un trabajo personal para evitar reaccionar a sus provocaciones, pues se alimenta de estas. Contar con un espacio seguro en el que poder desahogarte y soltar es realmente importante para no entrar en todo este tipo de intento de control, pues lo que hace es reforzarlo más aún.

Cuando existen hijos es muy difícil no entrar en determinadas provocaciones y reaccionar, sin embargo de eso se nutre. Por ello contar con ayuda profesional y una red de apoyo es trascendental, para así en el momento de intercambio, por ejemplo, aunque lleve a los niños con la ropa sucia y tarde, lograr no reaccionar ni decir nada.

Con este tipo de personas cuanto menos se exprese, mejor, y ya después en la intimidad en un entorno seguro, hacer lo que buenamente se pueda.

• Encontrar sostén emocional que te ayuden a ver que lo que estás viviendo y sintiendo es real, es clave también para no dudar de ti pensando que no es para tanto o que estás exagerando, pues es muy fácil caer en pensamientos del tipo: “el problema soy yo”.

Por eso tener gente que te separa recordar en los momentos clave lo que está pasando y que lo haga sin juicio, es importante para mantenerte lo más segura y firme en la decisión de distancia.

• Algo menos visible y sin embargo clave en todo esto, es elaborar un duelo muy grande que sucede en estos casos: el duelo acerca de lo que creías que iba a ser la vida de tus hijos y lo que es.

Así como entender que esta situación les va a afectar de alguna manera y que, si la ley no protege, les tocará adaptarse al funcionamiento de su madre o padre cuando no están contigo, pues no tienes control sobre eso.

Te tocará muchas veces escuchar que eres el malo o la mala y que la otra persona le deja hacer eso que tanto le gusta y tú no… Sostener ese enfado y lo que este tipo de situaciones genera, es muy difícil y súper importante.

Requiere mucha entereza y es fácil derrumbarse, por eso el apoyo es clave en estos casos y confiar. Confiar en que con el tiempo tus hijos podrán elaborar lo vivido gracias a que te tienen a ti y todo el amor que les das.

• Y muy IMPORTANTE: No rescates a la persona narcisista.

Haber tenido hijos con una persona así suele provocar mucha culpa, tan grande que a los hijos se les suele presentar una realidad muy edulcorada: “es que papá/mamá a veces se enfada un poquito y…”  “a lo mejor es que está trabajando y…”

Se hace tratando de evitar que los hijos sufran y no es ese el camino. Se trata de, sin hablar mal de la otra persona, nombrar lo que el niño o la niña está viviendo: “Habías quedado con papá y no viene, ¿cómo te sientes?”.

Es probable que en la primera ocasión no diga nada o conteste que no lo sabe, pero después de tres o cuatro ocasiones similares ya podrá empezar a hacerse a la idea de que no puede confiar en esa persona o en su palabra.

Esto es muy importante para que viva la situación con menos desorden y con el tiempo, le sea más fácil elaborar el discurso sobre lo que ha vivido en su infancia.

Aunque la persona narcisista lance a los niños mensajes de que tú lo estás haciendo mal, que estás loca o lo que sea, es muy importante que no entres al trapo ni juzgues a la otra persona, sino que a tus hijos le nombres la realidad que están viviendo para ayudarles a poner palabras a su realidad actual.

Para una persona narcisista, los niños también son objetos para lograr sentirse valiosos, importantes y especiales o para hacerte daño (violencia vicaria). Una situación grave de maltrato que nuestro sistema no reconoce por falta de interés.  

Es importante que entiendas que tú ni has buscado esto ni lo has generado, que tú no tienes la culpa. Si necesitas perdonarte hazlo, aunque realmente no hay nada de lo que debes perdonarte, pues no has hecho nada malo.

Esta realidad no la has elegido tú ni la has creado tú para tus hijos. Es una realidad que estáis transitando y para ayudarles a ellos es importante que sueltes el control de tratar de que la situación sea otra en el comportamiento de tu ex, pues no va a cambiar, al menos no a través de ti y lo que le digas.

Lo que puedes hacer por tus pequeños es:

• Estar presente y disponible para ellos
• Nombrar la realidad que están viviendo
• Mantener los límites
• Enseñarles a identificar los chantajes
• Tratarles bien, tal y como se merecen

Así les será más fácil identificar lo que les está pasando o les ha pasado y podrán elaborar un discurso con más orden.

Hacer todo esto no es nada fácil, lo sabemos, el dolor y sufrimiento es inmenso, así como la sensación de incomprensión y la carga de culpa. Por eso es importante que sepas que no es necesario que andes este camino en soledad, que nos tienes a nosotros al otro lado para ayudarte y repartir la carga que ahora sostienes.

Pincha aquí y reserva tu cita para que hablemos tranquilamente.