Debes entregar contenido de valor antes de recibir.

Tienes todo lo necesario para trabajar en lo que te gusta y sabes mucho más de lo que imaginas. Y además hay mucha gente interesada en lo que puedes ofrecer. Hace unos días una clienta reflexionaba sobre la cantidad de contenido de valor que entregaba gratuitamente. – ¡Miguel Ángel si entrego tantas cosas gratis me voy a quedar sin nada que ofrecer a mis clientes! – Me decía.
Y es que a veces olvidamos que vivimos en un mundo tremendamente abundante. En Creada así lo vivimos y sabemos que todo lo que entregues hoy te será devuelto exponencialmente más adelante. Y quizás ese sea el problema. Pensamos que si no se nos devuelve de inmediato, es que no lo vamos a recibir, situándonos en el pensamiento de escasez. ¿Cuándo ocurrirá? no lo sabemos, pero ocurrir, ocurre.
Existen dos paradigmas a este respecto bien diferenciados. El paradigma de la abundancia y el paradigma de la escasez, y sé que es algo difícil de entender (mucho más de llevar a la práctica) hasta que se practica, porque nos han enseñado que cuanto más damos más nos vaciamos, como si los recursos fueran limitados, finitos. A mi clienta le tuve que ayudar a ver que en realidad tiene mucho más que ofrecer que lo que entrega a través de los posts de redes sociales, pero que debe entregar su valor de manera gratuita para poder ser conocida, y que así poco a poco le vayan llegando las referencias.
Es un trabajo de hormigas, es cierto, pero la constancia es un valor que se practica con la acción.
Asistimos a un momento único en la historia de la humanidad en la que nunca se ha podido hacer tanto, con tan poco. Hoy con tu smartphone tienes al alcance de la mano más conocimiento que la que tenía el presidente de la potencia más poderosa hace solo 25 años. Con un ordenador portátil se puede montar un negocio. Y si te da vértigo, es normal, recuerda que no tienes que ser perfecta.
Existen muchas maneras de entregar contenido de valor, desde los mencionados posts a videos, guías o ebooks. Pero, aunque no te salga el altruismo de manera natural, hazlo por puro egoísmo. La madre Teresa de Calcuta reconocía que su entrega a los demás nacía de su propio egoísmo ya que así conseguía realizarse a sí misma. Es precioso, sin duda, aunque la mayoría no vamos a llegar nunca a ese nivel de entrega, ni siquiera es necesario.
Lo que debemos entender es que los motivos por los que entreguemos valor a los demás son irrelevantes, lo importante es entregarlo porque así no estaremos entregando a nosotros mismos. Cosa que, por otra parte, es inevitable. En cada acto va una parte de cada persona.

Recordemos que siempre que alguien compra algo, lo hace con la creencia implícita de que vale más que lo que paga. Es decir, siempre que tenemos a alguien que está dispuesto o dispuesta a pagar por nuestros servicios o productos, lo hace porque en su interior piensa que el valor económico que paga es justo por el valor que entregamos. Por eso es tan importante que demostremos que podemos entregar valor, más allá del valor económico.
Pongo un ejemplo para ilustrarlo más fácilmente. Hay un autor que sigo desde hace tiempo. He leído artículos que ha escrito, he visto algunas conferencias y he escuchado sus podcasts. Cuando compré y leí su libro, me pareció un paso más, sin embargo, fue la primera vez que consumí alguno de sus productos y pagué por ello.
Cuando más adelante hice una de sus formaciones, no me custioné ni regateé el precio porque sabía que iba a quedar satisfecho, tal y como estaba desde hacía tiempo. Este autor se había currado un embudo de ventas que, en mi caso, dio resultado cuando había pasado más de un año desde que disfruté su primera conferencia. Y próximamente realizaré otra de sus formaciones en cuanto el tiempo me lo permita.
Claro que como yo, habrá otras tantas personas que hayan visto y consumido sus contenidos y no se hayan gastado ni un euro en el valor que entrega, sin embargo forman parte de una comunidad de gente que lo conoce y que en algún momento, pueden recomendarlo o hacer una referencia que se traduzca en que alguien más se beneficie y pague por ello.
Así que amiga mía o amigo mío, no escatimes en entregar valor de manera gratuita porque la vida o el universo (llámalo como quieras) es enormemente abundante, y sin saber cuándo ni cómo, te llegará devuelto. Haz la prueba.
Deja una respuesta