Las 5 claves para reincorporarte al ámbito laboral tras la maternidad

Si de algo saben las madres es de culpa… de culpa y de miedos, sobre todo cuando llega la hora de reincorporarte tras la maternidad o crecer en la faceta profesional. Culpa por querer ser mujer además de madre, porque parece que si no hay una dedicación 100% a los retoños se os tachará de malas madres. Pero eso es mentira. Y la buena noticia es que para cuidar primero debes cuidarte a ti y ellos y ellas quieren a una madre que esté presente, es decir, feliz. Porque cuando no nos sentimos felices la frustración y mal humor reina en casa y se contagia.
Que en una decisión así de retomar tu faceta profesional afloren tus miedos es lo más normal, pero no dejes que estos conduzcan tus decisiones. Déjalos en el asiento del copiloto, agarra con fuerza el volante y comienza a dar los primeros pasos. Aquí tienes las claves que debes tener en cuenta antes de dar el primer paso:
Cónocete a ti misma. Lo primero que te proponemos es que, como decía Sócrates te conozcas a ti misma a través de tus ojos y de los demás. Para ello existen muchos ejercicios posibles, yo te propongo 2:
- Hacerte una matriz DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) en la que establezcas cuáles son cada una de ellas en tu persona.
- O piensa en tí y elabora una lista con 5 ó 10 atributos sobre cómo crees que te ven los demás. También puedes preguntar directamente a algunas personas de tu confianza.
Define tu propósito. Es decir cúal es tu objetivo y para qué quieres llegar hasta allí. Debes identificar qué te interesa, qué te apasiona o simplemente qué te atrae. Puedes hacer una lista de intereses y asignarle una puntuación, como una escala que te ayude a evaluar. También puedes completar la siguiente frase. “La principal razón por la que voy a ponerme en marcha es…”.
Te doy dos trucos por si te ayudan a hacer la lista:
- Empezar poniendo aquello que tienes claro que no quieres hacer.
- Pensar en lo que te es fácil hacer, aquello que además de gustarte no te supone un esfuerzo.
Identifica tus creencias. Es decir, tu manera de ver el mundo. Las creencias son pensamientos subjetivos que nos llevan a la acción. Algunas creencias nos ayudan a avanzar y otras por el contrario nos limitan. Así que lo mejor que puedes hacer es detectar las que te están limitando para eliminarlas o transformarlas en beneficio tuyo.
Vé más allá de tu currículum. Es importante que tengas clara tu formación y tu experiencia para detectar posibles carencias. Ahora bien, ya estamos inmersos en la cuarta revolución industrial, o revolución 4.0 y eso pone de relieve la importancia de las competencias. ¿Y eso qué es? Pues son todas aquellas habilidades, actitudes y aptitudes que eres capaz de desarrollar. Piensa en ellas y únelas con la lista de la clave 2.
Diseña una propuesta de valor. Posiblemente aquí esté el quid de la cuestión. Desde Creada no nos cansamos de decirlo, ya no basta con ofrecerte para un trabajo, tienes que diseñar, desarrollar, y sobre todo, ofrecer una propuesta de valor clara para que a quien se la ofrezcas, le resulte atractiva tu propuesta y tú para desarrollarla. No lo olvides, debe ser algo que solucione una dificultad y que sume, que sea algo deseable. Aunque todavía no lo sepan.
Siéntete segura con la decisión que estás tomando, no eres peor madre por querer desarrollarte también como mujer. Ahora lleva a cabo una estrategia para poder conseguir lo que deseas.
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