En ocasiones sientes la culpa por ir a trabajar mientras tus peques se quedan en casa

Son muchas las mujeres a las que le cae todo el peso de la culpa cuando llega su maternidad. Y es que no hay que confundir responsabilidad, con culpa. Desde la responsabilidad podemos construir, mientras que desde la culpa se apela a la sensación de insuficiencia, de no poder resarcir un error, o de limitar la capacidad de reparar. Como si todo estuviera ya hecho y fuera inamovible.
Eso a los hombres no les pasa
Y es que solo las mujeres sufren ese exceso de responsabilidad por este motivo que deriva en culpa. Pocos son los hombres (por no decir ninguno) que se sienten culpables por ir a trabajar mientras sus hijos se quedan al cuidado de otras personas ¿Te imaginas? «Hoy no tenía ganas de ir a desayunar con mis compañeros porque estaba pensando en mi bebé, en si estaría bien o si tendría hambre» Definitivamente, esa no es una frase que pase por el pensamiento de un hombre. Y es que esa es nuestra cultura, en la que se ha elegido utilizar la culpa como medida de control sobre todo el mundo, y en particular, con las mujeres en referencia al cuidado de los peques.
¿Has tenido esa sensación de que estás perdiendo tu tiempo vital mientras estás en el trabajo porque no estás al cuidado de tu bebé?
Recuerda que la cultura de los cuidados está dirigida hacia las mujeres y, si no le pasa a los hombres ¿realmente es natural sentir culpa? La respuesta es no. Es un constructo cultural, por lo tanto aprendido y susceptible de ser desaprendido.
Un ejemplo. Cuando buscaba imágenes para ilustrar esta entrada, aparecían las subcategorías de «niños» y «mujer». Incluso venía «personas». Los «hombres» ni estaban ni se les esperaba.
Debes tener la oportunidad de sentirte bien, desarrollándote profesionalmente, y también te mereces poder conciliar, sin por ello ser menos buena en tu trabajo. Y si aún así el sentimiento de culpa aflora recuerda que preocuparte por tu familia no te hace menos profesional y tienes derecho a estar presente como madre y poder conciliar.
No solo, no eres la peor madre del mundo por ir a trabajar mientras tus hijos se quedan en casa o el cole, sino que es natural que tu mundo cambie y tu punto de vista también.

De ahí surge la necesidad de muchas mujeres por reinventarse como camino para poder conciliar. Y es que ¿tan difícil es entender que hay muchas personas que entienden el desarrollo profesional como un camino para desarrollarse personalmente y no al contrario? Del mismo modo que cuando eras joven tu propósito era uno, y más adelante, decidiste cambiarlo por otro; es muy normal que con la maternidad muchas cosas cambien, entre otras, tu propósito.
En una ocasión tuve un maestro que me decía que era muy importante distinguir la “CULPA”con mayúsculas de la “culpa” con minúsculas. Éste definía, la CULPA como algo que te aleja y entra en discrepancia con tus valores fundamentales, tus principios. Mientras la culpa es solo el resquicio de nuestra cultura judeocristiana que sirve para sacar el látigo y fustigarnos.
Así que no seas masoquista, que a nada productivo conduce. Responsabilízate solo de aquello que está verdaderamente bajo el poder de tu influencia.
Yo prefiero simplificarlo en distinguir entre culpa, y responsabilidad.
Si con todo esto sigues sintiendo que tu sitio no está en tu trabajo actual, quizás debas plantearte la posibilidad de reinventarte. Porque un trabajo no puede ser una cárcel. Más bien debería ser una fuente de enriquecimiento personal. Un lugar para desarrollarte. Y si tu trabajo no es ese lugar ¿por qué no crearlo?
Puedes empezar por leer mi guía de 30 pasos para definir tu Estrategia Profesional, el primer paso para tu reinvención.
Deja una respuesta