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LA SEPARACIÓN CON ADOLESCENTES

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

La separación con adolescentes en casa a suele preocupar mucho por el miedo a sus reacciones principalmente, ya que mientras que cuando son más pequeños parece que se tiene más control sobre los hijos e hojas. A esto se le suma el gran desconocimiento que existe acerca de esta etapa, así como de las necesidades de los adolescentes. 

Con este artículo queremos arrojarte un poco de luz acerca de esta etapa y de qué sucede cuando hay una separación con hijos adolescentes, para ayudarte así a encontrar más serenidad y confianza. 

La adolescencia.

Es importante formarse en torno a esta etapa para no caer en los clichés y falsos mitos que lo único que hacen es alejarnos de nuestros hijos e hijas adolescentes. 

Para empezar, comentarte que esta es bien larga, se inicia en torno a los 12 años y finaliza en torno a los 24 años y no se trata de una época en la que haya que sobrevivir y superar como sea, sino que es una etapa con gran implicación en el desarrollo de la persona y solo necesitamos entenderla para poder entenderles. 

Uno de los mitos más frecuentes sobre la adolescencia es que las hormonas son las responsables de que pierdan la cabeza, pero no son las hormonas las responsables de que hagan según qué cosas, sino que lo que experimentan los adolescentes es el resultado de cambios que se dan en el desarrollo de su cerebro. 

Entender qué sucede desde el punto de vista del neurodesarrollo va a facilitar muchísimo que puedas entender a tu adolescente y así relacionarte desde un lugar de mayor comprensión y entonces más conexión emocional, lo que facilitará la convivencia y estrechar vuestro vínculo. 

Otro de los mitos más extendidos es que se trata de un momento de inmadurez y que lo único que necesitan es tiempo para madurar. Por la desinformación acerca de esta etapa puede asustar y resultar difícil de comprender, ya que son muchas cosas nuevas que se alejan de las vividas en la primera y segunda infancia, sin embargo, esto no quiere decir que sea peor. Los adolescentes se están descubriendo en su propia identidad, por ello necesitan desidentificarse de sus progenitores. No porque sean unos desagradecidos, sino porque están en la búsqueda y encuentro de su propio yo, por eso es vital que puedan vivir sus propias experiencias y dentro del marco de límites necesario, tomar sus propias decisiones.

El último de los mitos que queremos poner de relieve hoy aquí, es que en la adolescencia no se trata de pasar de la dependencia adulta a una total independencia, sino que es una progresión cuyo equilibrio es la interdependencia.

 Con la adolescencia llega una etapa de separación, de desidentificación de sus referentes adultos, especialmente madre y padre para irse encontrando con su propia identidad. Por esto mismo busca salirse del núcleo familiar a todos los niveles y esto es precisamente lo que agita al adulto. Comienza a salirse del engranaje familiar para encontrar e identificarse con el suyo propio y para eso busca otros iguales, quienes pasan a ser sus referentes y con quienes necesita vivir sus propias experiencias de las que aprender y con las que crecer.  

El miedo a sentir el rechazo de los hijos adolescentes y a su juicio es lo que suele suscitar mucho miedo ante la idea de afrontar la separación con hijos/as adolescentes. Sin embargo, no son gremlins mojados, son personas en un momento de cambio que requieren que cambies tu mirada hacia ellos y entiendas qué necesitan.

Sus necesidades.

Necesitan que se les entienda, se les escuche, que no se les interrumpa para sermonearle y decirle joyas del tipo, “tendrías que…”, “yo ya sé lo que te pasa…”, “yo con tu edad…”, de esta forma no se sienten escuchados y requieren mucha escucha activa desde el ser que son. 

No necesitan que nadie se meta en sus historias pero requieren de una guía, un adulto que les pregunte “¿quieres saber mi opinión?”, “¿Quieres que te cuente lo que yo sé sobre esto?” “¿Quieres que te cuente como lo hacía yo cuando…?”. Necesitan de adultos respetuosos y humildes que les permitan ser y les escuche de verdad, sin estar esperando que terminen de hablar para así soltarles el sermón. En esta etapa lo cuestionan todo y también van a cuestionar lo que les digan sus adultos de referencia, por ello necesitan conversaciones en las que puedan hablar, contar y mostrarse sin juicio. 

Por ello pregúntale cómo se siente, pero desde la conexión, no desde el interrogatorio, pues si lo vive como si quisieras sonsacarle todo lo que siente y piensa se cerrará en banda. Además, necesitan una guía, la compañía de quien está a su lado, pero permite que viva sus propias experiencias. 

Ahí está el equilibrio entre libertad y límites que necesitan, pues es una etapa en la que la sensación de libertad es necesaria para dar salida a la necesidad de exploración y de encontrarse en su propia identidad, sin cruzar las líneas rojas que cuidan. Y es que los límites salvaguardan la integridad física, emocional y mental de la persona, por lo cual estos son necesarios. Se trata en definitiva de ser como juncos, bien fuertes en la raíz con la capacidad de ser flexible. Y confiar, confiar tanto en los hijos como en la vida. 

Necesitan también sentir que pertenecen y que son válidos, a fin de cuentas con las mismas necesidades emocionales que en la infancia y adultez, solo que con cambios en la forma, ya que la tribu ya no la buscan en el clan familiar, sino en las amistades. Ahora bien, necesitan saber que estáis ahí, que pueden volver a vosotros cuando lo necesite, aunque muchas veces no lo expresará tal cual, pero le da confianza y seguridad saber que seguiréis ahí cuando quiera volver. 

Lo que necesita de ti.

Por tu parte lo que requiere la adolescencia es que te informes, te formes y cambies tu mirada. 

El mayor reclamo de madres y padres adolescentes es, “es que no reconozco a mi hijo/a”, y claro, esto es lo que más remueve a los adultos porque saca de la zona conocida hasta ahora, porque de repente ya pareciera que desconocemos quien está delante nuestra, sin embargo forma parte del proceso, de la etapa en la que se encuentra y de su desarrollo madurativo, no es algo malo. 

Al juzgarlo como negativo ya estamos perdiendo la conexión con la persona adolescente y eso va a debilitar el vínculo y la comunicación. 

Se trata de un cambio y toda persona adulta solemos ser reacia a estos si no le ponemos conciencia, por ello es importante tener en cuenta que esta etapa requiere un cambio de energía, de forma en la comunicación, de liderazgo, de recursos y herramientas para así mantener la posición adulta entendiendo que el hijo/a se está haciendo mayor, está madurando y es importante para su desarrollo respetar su proceso. 

La separación con adolescentes.

Habiendo entendido ligeramente el momento en el que se encuentran los adolescentes, puede serte más fácil comprender la separación de los progenitores no tiene por qué ser ni mejor ni peor en esta etapa. Lo que requiere, como en la etapa de la primera y segunda infancia, es que conozcas sus necesidades para así poder acompañarles atendiendo sus necesidades emocionales y comprendiéndoles. 

Así que ante la gran duda de ¿cómo le contamos que nos separamos?, ten como referencia este artículo pues es igual para todos los hijos e hojas en sus líneas generales, sólo necesitarás adaptar el lenguaje a la etapa en la que se encuentra. 

Los adolescentes agradecen mucho la claridad y honestidad, por eso cuéntales la verdad omitiendo los detalles que no son necesarios que sepan y que no van a construir. Y como cualquier niño o niña, necesitan saber que quienes se separan son mamá y papá (o mamá-mamá o papá-papá) entre sí, pero que el divorcio no es con ellos, es decir, que vais a seguir cuidándoles y amándoles como habéis hecho hasta ahora. De lo contrario es fácil que puedan sentir conflicto de lealtades.

Y a partir de ahí mantener el orden en la familia, es decir, seguir asumiendo el rol de madre y padre desde la adultez, sin caer en luchas de egos que pueden dejar huérfanos emocionalmente a los adolescentes. Para ello conocer las bases de la separación consciente puede ayudarte, en este vídeo puedes encontrar información al respecto.

Como en el caso de la primera y segunda infancia cuidar mucho que entiendan que no tienen que elegir entre uno de ellos dos, esto es crucial y si tu ex tiende a manipular y a hacerle sentir esto, al menos tú libérale de esta carga. Al menos tú podrás ofrecerle el remanso de paz en el que descansar y sentirse libre de poder amar sin caer en la culpa, y que si tu ex no aboga por una separación consciente tú sí puedes hacer tu parte y que tus hijos se beneficien de ello.  

Sabemos que puede resultar abrumador por los miedos que se despiertan, por ello te animamos a que puedas reconocer cada uno de esos miedos y no luchar contra ellos sino hacerte cargo reconociéndolos para que estos no condicionen ni tus actos ni tus decisiones. Es un cambio en vuestras vidas, pero es solo eso, un cambio más de los muchísimos que os quedan por vivir.

A nosotros nos tienes aquí al otro lado de la pantalla para responderte a lo que necesites o incluso para vernos en una videollamada en la sesión de valoración gratuita para resolver cada una de tus dudas. Puedes reservar aquí el día y hora que mejor te venga.

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RITOS DE PASO, UNA FORMA DE INTEGRAR LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

Ante la separación lo que más preocupa cuando hay hijos comunes es que estos estén bien, que puedan ser felices “pese a la separación” como nos dicen muchas veces en las sesiones y que se adapten a la nueva estructura familiar. 

La separación es un cambio más en la vida y la vida está repleta de estos. En ocasiones un divorcio se hace más difícil por los juicios y etiquetas que les ponemos. Sin embargo, como todo cambio, sí requiere un período de adaptación y es éste el que hay que cuidar especialmente para favorecer la integración de la separación. 

Integrar la separación es lo que permite vivir en el presente, en el Aquí y Ahora en cuerpo y mente. De lo contrario nuestro cuerpo puede estar en el presente pero nuestra mente en el pasado, y a las criaturas esta circunstancia les genera inseguridad, miedo y entonces conductas disfuncionales. 

Hay distintas maneras de integrar la información, como por ejemplo la repetición reiterada de la misma, pero hay otra que puede ser más eficiente, como son los rituales. Los ritos de paso de una etapa a otra permiten que el cerebro lleve al inconsciente la información a través de lo simbólico y es así como puede darse la integración con relativa facilidad. 

En occidente hemos perdido muchos ritos y denostado el valor de los rituales, cuando por tratarse de algo simbólico el valor que tienen es muy grande y favorece, por ejemplo, integrar el momento en el que estamos, la etapa en la que vivimos en este caso, como familia. 

Los rituales son símbolos que marcan un acontecimiento y ayudan a hacer el tránsito de una etapa a otra, especialmente a los niños y niñas, pues entienden mejor el lenguaje simbólico que el verbal, especialmente en la primera y segunda infancia. Aunque es algo que beneficia a todo el mundo, también a adolescentes y personas adultas, así que si estáis en el proceso de separación o ya se consumó pero sientes que la adaptación no está terminada, te recomiendo que lleves a cabo uno. 

El rito lo puedes hacer tú sola con tus hijos o si vuestra relación lo permite, hacerlo de forma conjunta con tu expareja. Puede ser de invención propia y si en la creación del mismo participan tus peques será incluso mejor. La cuestión es hacer algo que simbolice la despedida agradecida a lo vivido hasta el momento para honrar la etapa que ha terminado y darle la bienvenida a la nueva. 

Yo te voy a contar algunas ideas, pero son solo eso, ideas, no tienes que hacerlo tal cual para que funcione, más bien utiliza la siguiente información como inspiración y confía en ti, déjate llevar y hazlo a tu manera o mejor aún, a vuestra manera. Ten en cuenta la edad de tus hijos/as y sus intereses.

Calendarios

Saber cuándo están contigo y cuando con tu ex pareja les da seguridad y confianza, les ofrece la sensación de estabilidad que aportan las estructuras, por ello además de ser un recurso muy bueno para ofrecerles todo esto, podéis utilizarlo como rito de paso en su elaboración. 

Calendario mensual

Podéis hacer un calendario casero que se hace con pinzas de la ropa, pues además de ser muy visual, es una manualidad que podéis hacer conjuntamente. 

Necesitas tantas pinzas de la ropa como días tiene el año, 12 colores de pintura (una por mes) y un cordel en el que ir enganchando cada pinza que esté pintada. 

Las pinzas se pintan solo por un lado porque la idea es que según va pasando cada día, se le dé la vuelta a esta. Así se ve a simple vista qué día es, pues los días ya vividos (pasado) están dados la vuelta por la cara marrón de la pinza y los que están por vivir (futuro) están por la cara de su color. 

Una vez pintadas y colgadas todas las pinzas se señalan los días especiales, como cumpleaños, vacaciones o los días que se pasan con papá o mamá poniendo en las pinzas (días) correspondientes algo que lo señale, como una foto del cumpleañero, el dibujo de un árbol de Navidad… Así tienen la imagen visual de los días que quedan para estar con el otro progenitor.

Los días que están con mamá pueden aparecer con la pegatina de una estrella, y con papá con la pegatina de un círculo (pegatina mejor que pintado para que el calendario te sirva de un año para otro…). 

Calendario semanal

Es más sencillo e igualmente válido. Se hace en material tipo folio o cartulina y con rotuladores o lápices. Se dibujan seis líneas para que queden siete huecos. En cada día, según la edad con palabras y/o dibujos, se señalan las rutinas habituales; por ejemplo, de lunes a viernes el dibujo de una escuela por la mañana, la comida al mediodía y las rutinas habituales de cada día de la semana (si existen, si no, se deja sin señalar). Con colores se diferencian los días que están con mamá y los días que están con papá. 

Se puede hacer un solo calendario semanal o dos para señalar los dos tipos de semana que existen en su vida, pues en los casos en los que pasan la semana completa con uno y después con el otro puede ser más fácil que tengan visible ambos tipos de semana. 

La idea de los calendarios como ritual es que mientras los hacéis, les vayas explicando, puedan ir preguntando, podáis ir agradeciendo la etapa que cerráis, comentando las nuevas aventuras y oportunidades que la etapa nueva puede traer… De esta forma, al estar activos ambos hemisferios integran la información con más facilidad.

Mural

En dos cartulinas grandes, dibujad o plasmad con palabras momentos vividos hasta ahora que agradecéis y según vais dibujando y/o escribiendo, id comentando desde el agradecimiento cada situación. Una vez terminado ese mural, coged otra cartulina del mismo tamaño y le dibujáis un marco a la cartulina, nada más, pues ahí iréis plasmando, como en la anterior, las aventuras de la nueva etapa que vais agradeciendo. 

Al terminar colgáis ambas cartulinas en la pared, la primera queda debajo y la segunda encima para poder plasmar en ella las nuevas aventuras. Las podéis colgar en la vivienda habitual de vuestros hijos o en ambas casas porque dupliquéis el ritual. Esto depende de la situación de cada familia. 

La planta familiar

Otra opción es hacer lo mismo en folios en lugar de en cartulinas y, al terminar, el folio donde queda plasmado el agradecimiento por lo vivido se dobla tantas veces como se pueda para que quede pequeño y encima, envolviéndolo, se dobla el segundo. 

Cogéis una maceta, tierra y el esqueje de una planta que tengáis en casa tipo suculenta o un poto porque son fuertes y difíciles de matar. Ese esqueje lo plantáis en la maceta nueva poniendo en el fondo de la maceta los folios con la conciencia de que la tierra todo lo transforma. Así vais regando y cuidando esta planta que surge de una anterior que ya teníais, como símbolo del cuidado que ponéis a vuestra familia que se está transformando. 

Como ves hay muchas posibilidades de rituales, solo necesitas una pizca de creatividad, no es necesario buscar algo extravagante: menos es más. Lo importante no es lo que hagáis, sino el sentido de lo que vais a hacer y este se lo dais vosotros, es ahí donde está el valor. Se trata de un momento para agradecer la etapa que habéis vivido y cerráis y la que se abre con nuevas oportunidades y aventuras que os quedan por vivir. 

Si vuestra relación como madre y padre lo permite, sería ideal que el ritual lo hicierais conjuntamente. Para tus criaturas esto puede ser muy reparador, pues podrán sentir la tranquilidad que les proporciona saber que mamá y papá sois ese equipo que necesitan que sigáis siendo, y es que podéis dejar de ser pareja, pero siempre seréis su madre y su padre. Pero si no es posible no fuerces la situación, la realidad de cada familia es la que es, no te fustigues por no llegar a lo ideal, céntrate en lo que está en tu mano hacer. 

Recuerda que la separación puede ser una oportunidad para una vida mejor, y que no se trata de que rehagas tu vida, sino de que tu vida está evolucionando y vuestra familia transformándose como en el rito de la planta se puede apreciar visualmente, y es que cuando la relación de pareja termina la familia no se rompe, sino que cambia de molde.

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LA SEXUALIDAD FEMENINA Y LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío López de la Chica 2 comentarios

“Me acuesto con él porque es la forma en la que esté contento y así haga más cosas en la casa y con los niños”.

Esto es lo que me contaba una madre en sesión individual. Pero no es un caso aislado, me encuentro con muchas situaciones en las que las mujeres han mantenido relaciones sexuales cuando no lo deseaban, pero era la forma que encontraban para que su pareja estuviera más receptiva a ejercer su corresponsabilidad tanto en casa como con los hijos.

¿Te suena esta situación?

El sexo y todo lo que tiene que ver con la sexualidad, juegan un papel importante en la separación. Es algo de lo que a priori se habla poco y que, sin embargo, a poco que se rasca, sale a relucir. 

Hay muchísimas mujeres muy dolidas y heridas porque sintieron que entregaron lo más íntimo de sí cuando realmente no querían. Y que, además, lo hicieron a cambio de nada. No a una persona desconocida, sino a su pareja, pero era alguien con quien ya no se entendía ni se encontraba más allá de los quehaceres diarios. Eso hace que después la separación consciente sea más difícil, porque el nivel de reproches aumenta considerablemente.

 Cada situación es distinta, pero hay dos que se repiten con mayor frecuencia: 

  • Mujer que le pide al hombre más conexión entre ambos y más corresponsabilidad con la casa y los hijos y él responde que será así cuando haya sexo porque “yo también tengo mis necesidades”. Ella accede a tener sexo para satisfacerle y así lograr lo que ella le reclama a él. De hecho, obtiene lo lo obtiene durante unos días pero después regresan a sus dinámicas habituales en las que ella se hace cargo de todo. Esto supone que al tiempo vuelva a haber reproches, vuelvan a tener sexo y vuelvan a estar “bien” durante unos días. Así sucesivamente. 
  • Mujer que le pide al hombre más conexión entre ambos y más corresponsabilidad con la casa y los hijos y él responde que será así cuando haya sexo porque “yo también tengo mis necesidades”. Ella no está dispuesta a pasar por encima de sí misma y él no va a ejercer su corresponsabilidad mientras no sea satisfecho sexualmente, así que se quedan en esa dinámica de compañeros de piso años o toda una vida. 

Hay muchas cosas que se podrían hablar en relación a esto, pero no caben todas en un artículo de blog, por eso me centro hoy en una de la que se habla bien poco: la sexualidad femenina.

La educación sexual que hemos recibido la mayoría de nosotras y nosotros es nula o muy mala, siendo el porno el referente de lo que se supone que es el sexo y la sexualidad. 

La sexualidad es un concepto muy amplio que se refiere a la forma que tenemos las personas de relacionarnos con nosotras mismas y con otras personas. No es solo sexo ni es solo coito, es muchísimo más. Además, la sexualidad de los hombres y de las mujeres es biológicamente diferente. En este ámbito hay muchas cosas que nos diferencian, y al contrario de lo que nos han contado, nuestros genitales tienen muchísimas más terminaciones nerviosas que los de ellos, de ahí que nosotras seamos multiorgásmicas. Recuerda que somos nosotras quienes tenemos un órgano cuya función está destinada al 100% al placer: el clítoris.

Cuando hablamos de igualdad entre hombres y mujeres debemos hacerlo entendiendo que somos seres distintos por naturaleza. Que nos merecemos tener los mismos derechos, pero que no podemos pretender ser iguales en todo, pues no es realista, y es ahí donde podemos sufrir la mayor de las desigualdades. 

Por ejemplo, en lo que concierne a la sexualidad. La sexualidad femenina va muchísimo más allá del sexo y del placer. Los últimos estudios científicos (hay muy pocos sobre los genitales femeninos en relación a los que existen sobre los masculinos) afirma que desde un punto de vista neurológico, la vagina y el cerebro son, fundamentalmente, una red, o “un solo sistema”. De hecho, la experiencia vaginal puede incrementar, biológicamente, la confianza de las mujeres en sí mismas, o, por el contrario, puede provocar que pierdan esa confianza, entre otras muchas cuestiones emocionales. 

Cuando entendemos la sexualidad como algo solamente carnal, que tiene que ver con el placer y que es solo coito y “preliminares”, estamos coartando una parte de nosotras mismas que tienen mucho que ver con nuestra autoestima y auto concepto. 

Venimos de haber sido tratadas generaciones anteriores como objetos sexuales y como seres que debían complacer a sus esposos porque era una de nuestras responsabilidades como mujeres: satisfacer las necesidades sexuales de ellos. Cuando, sin embargo, nuestra sexualidad es mucho más compleja y completa que la de ellos. Pero por esa necesidad de complacer y cuidar al otro, unido al desconocimiento de nuestra propia sexualidad, caemos en coartar y bloquear una parte esencial nuestra. 

Aunque esta idea de que es “nuestra responsabilidad satisfacerles” no siga presente de una forma tan explícita en nuestra sociedad, sí que sigue muy arraigada en nuestro inconsciente. Mientras no entendamos nuestra sexualidad corremos el riego de creer que estamos defectuosas, que somos insuficiente o cualquier otra idea dañina, en este caso para ti y que te hará sentir en deuda con él. 

Por regla general las mujeres necesitamos sentirnos seguras y en confianza para tener una relación sexual que nos satisfaga profundamente. Esto tiene que ver con la afirmación de los últimos estudios científicos acerca de que vagina y cerebro pueden entenderse como un único sistema.

 Si te interesa el tema te animo a que leas el libro Vagina, de Naomi Wolf, donde de una forma extensa pero muy sencilla, explica a la perfección cómo funciona la sexualidad femenina, y así podrás encontrar muchas respuestas al por qué sientes lo que sientes o por qué lo sentiste. Para así, lejos de sentirte defectuosa o insuficiente, puedas comprenderte e incluso reconciliarte con tu sexualidad.  

Y es que como podrás leer en su libro “en los primeros momentos de la seducción, los hombres suelen tratar a su pareja femenina de un modo que las relaja profundamente, lo cual es una ayuda para el trabajo que tiene que hacer el sistema nervioso simpático, que activa sus redes neurales pélvicas y desencadena una deliciosa actividad hormonal en el cerebro femenino. Pero una vez asegurada la relación, muchos hombres suelen disminuir las palabras seductoras en las prolongadas y relajantes caricias, o olvidarse de ellos completamente (…) lo que dificulta la excitación en las mujeres.

La excitación sexual precede al orgasmo, eso está claro. Pero para que la red neuronal pélvica pueda llevar a cabo su complicada tarea, primero el sistema nervioso autónomo debe hacer la suya. Es el que prepara el camino a los impulsos neuronales, que viajará desde la vagina, el clítoris y los labios hasta el cerebro, y este fascinante sistema regula las respuestas de las mujeres a la relajación y entonces la estimulación.

(…) El cerebro influye en el sistema nervioso autónomo que a su vez influye en la vagina, pero la vagina también influye en el cerebro, que a su vez influye en el sistema nervioso autónomo. Es un circuito que se retroalimenta constantemente”.

Te explico a grosso modo esta situación fisiológica para que puedas entender que el acto sexual satisfactorio para nosotros tiene que ver con cómo nos sentimos, y a su vez el cómo nos sentimos es lo que va a propiciar que nuestra relación sexual sea o no satisfactoria.

Para que no se quede en un acto sexual meramente carnal y pueda activar todo nuestro potencial creativo y femenino, necesitamos sentirnos seguras y en confianza. En un estad de estrés o de alerta podremos, tal vez, llegar al orgasmo, pero será de una forma superficial y explosiva, no habrá la posibilidad de tener una relación sexual profunda que fortalezca la confianza y seguridad en una misma, como puede suceder cuando en el acto sexual la sexualidad femenina es tenida en cuenta. 

Y es que, desde un punto de vista fisiológico, la vagina sirve para activar la matriz de sustancias químicas que, en el cerbero femenino, hacen sentirnos como “la diosa”, es decir, con la consciencia de la dignidad y de un gran amor propio.

Cuando pasamos por alto esto y tenemos relaciones sexuales por complacer o por el motivo que sea, pero pasando por encima nuestra, corremos el riesgo de estar mermando nuestro auto concepto y autoestima, perdiendo así confianza y seguridad en nosotras, y lo que es peor, sintiéndonos menos dignas. 

Este es uno de los motivos por lo que tras la separación hay mucha sensación de no merecimiento. Tomar conciencia de ello es el primer paso para poder darle la vuelta a la situación y ser compasivas con nosotras mismas. Buscar información sobre cómo funciona realmente la sexualidad femenina es crucial para revertir un estado interno asumido como normal cuando realmente no lo es. 

Si te resuena alguna de estas situaciones te recomiendo mucho que te regales el libro Vagina. Está basado en una experiencia personal y alimentado con numerosos estudios científicos explicados con una gran sencillez. 

Evidentemente esto no es publicidad, es solo una recomendación que te hago de mujer a mujer. Pues la culpa por este tipo de situaciones es terriblemente frecuente, el daño que se sufre enorme e inconsciente en muchos casos y las consecuencias para siguientes relaciones permanecen si no se sana lo anteriormente vivido. Como siempre digo, la separación es una oportunidad para muchas cosas, una de las más importantes, para encontrarnos con nosotras mismas desde el ser y nuestra esencia, no desde lo que se supone que tenemos que ser según mandatos que lejos de beneficiarnos, nos dañan.

La separación puede ser un punto de partida, también, para reconciliarte con tu sexualidad. Claro que no se trata esto de que lo hagas en los primeros meses después de separarte, necesitarás tiempo, pero puedes tenerlo en cuenta para coger las riendas de esta parcela de tu vida cuando así lo sientas y no dejarlo estar eternamente.

Me encantará leerte en los comentarios y que así conversemos sobre ello 😉.

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijo, madres separadas, Sexualidad femenina

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