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familia reconstituida

LA FAMILIA NO SE ROMPE, CAMBIA DE MOLDE

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Pensar que la familia se rompe al terminar la relación de pareja, es añadirle una carga tan pesada a la separación como insoportable su dolor. 

“He destruido nuestra familia”, “ha roto la familia”, “no le puedo dar a mis hijas la familia que se merecen” … Si te identificas con algunas de estas afirmaciones te animo a que sigas leyendo. Pues quiero ofrecerte otra visión. No una para convencerte, sino una que he adquirido con mi propia experiencia personal y que mi experiencia profesional ha alimentado. 

Para llegar hasta esta visión que hoy comparto contigo, necesité deshacerme de cada uno de mis juicios y creencias limitantes en torno a la separación. Y es que estas nos dañan mucho más de lo que nos podamos imaginar. 

Piensa que las creencias siempre son limitantes o potenciadoras. Por lo tanto, no se trata de sentenciar qué creencia es la verdadera y cuál es la falsa, sino de que tú te preguntes si creer algo de una determinada manera te hace bien o te hace mal, si te da paz o te la quita. 

¿Qué está bien y qué está mal? Pues dependerá de a quién le preguntes y con el prisma que lo mire. Por ello, yo más que preguntarme qué está bien y qué está mal me pregunto qué me da paz y qué me quita paz. Y trato de decidir en base a ello. 

Por eso decidí quedarme con esta idea que yo vivo como mi verdad, una verdad alineada a mis tripas, a mi esencia. Esa que no entiende de normas sociales y sí de amor, del amor de verdad, ese que es libre y no entiende de formas ni estructuras culturales ni sociales. 

Y me refiero a la idea de que cuando la relación de pareja se termina, la familia no se rompe, sino que cambia de molde. Y es que, al poner fin a vuestra relación de pareja permitís que vuestro vínculo, vuestra forma de relación se transforme a una nueva en la que seguís siendo familia, pero en un molde diferente. Y en la medida en la que tengáis nuevas relaciones de pareja, vuestro molde familiar se irá agrandando dando cabida así a nuevos vínculos. Porque el amor, cuanto más se da, más se recibe y así va creciendo. Recuerda, el amor se multiplica, no divide. 

No te hablo de algo utópico, sino real como lo es la vida misma.

Hollywood, Disney y el peso de la tradición judeo cristiana nos han hecho creer que solo existen un modelo de familia. Como si todo lo demás si se denomina familia, perteneciera a una categoría inferior. Sin embargo, por mi propia experiencia personal y profesional, donde desde Creada acompañamos a otras familias a cambiar de molde, puedo afirmar fehacientemente que cuando una relación de pareja se termina la familia no se rompe, sino que cambia de molde. Pudiendo crecer y ganar mucho en amor. 

Para poder integrar esta idea uno de los caminos que ayudan a ello es desaprender lo aprendido, vaciarnos de aquellos aprendizajes que ahora no nos valen, que nos encorsetan robándonos paz. Y para ello a mí me gusta mirar atrás y ver de dónde venimos para entender el porqué y cómo hoy estamos y pensamos tal y como lo hacemos. 

Venimos de una tradición judeocristiana muy grande y al margen de profesar la religión católica o no, el peso de sus creencias está muy arraigada en el inconsciente colectivo. De esta tradición nace el estándar de familia como madre, padre e hijos, y todo lo que se saliera de este molde no solo estaba mal visto, sino que era malo. Es más, quien no cumpliera con ella debía sentirse culpable. 

Además, se entendía que un hombre y una mujer que se quisieran tenían que ser pareja, como si el amor tuviera una única forma y estructura en esas circunstancias. Y si eran pareja, tenían que tener hijos, pues si no ¿para qué estaban juntos?

Y esa pareja era para siempre, “hasta que la muerte los separe”. Obviando así la idea de que las relaciones humanas son cíclicas, como lo es todo en la naturaleza.  

Quien se saliera de lo correcto, que no era más que el estándar social y culturalmente establecido, debía sentir el peso de la culpa. Que no es más que un invento para mantenernos en el camino que se supone correcto.

Una madre me decía que le dolía ir a la playa con su hijo y ver a familias completas, en ese momento sentía pena por su hijo porque su familia no era completa, se había roto. Yo entiendo el dolor de esa madre, lo sentí en su día, sin embargo, es una mentira social que nos hemos creído y desmontarla es necesario. 

¿Qué es una familia completa? Parece que en esta sociedad la familia formada por un padre, una madre e hijos son una familia de verdad y quienes nos salimos de ese molde si somos familia, lo somos, pero de una categoría inferior. Pareciera que tenemos menos valía. 

Piensa un momento en familias que responden al estándar, si las vemos en un escenario como la playa, de ruta de senderismos en familia o yendo juntas al colegio, vemos el ideal. Una familia perfecta unida. ¿Sí? ¿Unida? Pueden que estén juntos, pero no tienen porqué estar unidos. ¿Conoces personas que mantienen una relación de pareja amable en la calle, pero de puertas para dentro son una cosa bien distinta? Pues lo mismo sucede con las familias. 

Lo que ocurre es que cuando nos sentimos inferiores, cuando sentimos el peso de nuestros propios juicios ante las separaciones, al ver a otras familias como desearíamos que fuera la nuestra, estamos proyectando nuestros propios ideales y expectativas sobre la familia. 

No vemos lo que hay en ese conjunto de personas, vemos lo que desearíamos tener. Lo que esa familia representa para nosotras. 

Esto se agrava y vuelve más difícil cuando tiempo anterior a nuestra separación hemos juzgado las separaciones y divorcios. Vernos en la posición que previamente hemos criticado y denostado nos lo pone aún más difícil. 

Reconocer esos juicios y creencias limitantes, nuestros ideales y expectativas sobre la familia y la culpa que nos despierta nuestra situación, es el primer paso para ir deshaciendo cada nudo. Para vaciar nuestra mente de todo ese ruido y conectar así con nuestra esencia, con nuestro ser. 

También conocer otras experiencias de familias que han cambiado de molde puede que te ayude. En el Congreso Creando Nuevas Familias tienes multitud de testimonios de madres y profesionales que cuentan su visión y experiencia personal como madre separada. Además en el congreso encontrarás muchísima información acerca de las separaciones. Échale un vistazo aquí por si crees que puede ayudarte conocer las experiencias y adquirir el contenido de valor tan útil que las profesionales han regalado con el congreso en formato de cursos, ebooks y guías. 

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijos, divorcio sano, familia, familia enlazada, familia reconstituida, familia rota, madre separada, madres separadas, padres separados, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones, separaciones conscientes

REINVENCIÓN PARA CONCILIAR

Escrito por Miguel Ángel Corrales Chulián Deja un comentario

Cómo gestionar la Reinvención para poder conciliar

¡Qué suerte tienes Miguel Ángel! ¡ojalá yo tuviera tanto tiempo para disfrutar de los niños como tú! ¡¿Y este fin de semana estás sin niños?!

¿Has escuchado algo parecido en tu vida? Para mí siempre tiene algo de cómico, como si la vida que tengo me hubiese caído del cielo, como por arte de magia. Y es que la separación y el divorcio tienen muy mala prensa todavía en nuestros días, no obstante ofrece algunas ventajas, pero de eso si quieres hablamos es otra ocasión, porque hoy vengo a hablarte sobre cómo nos reinventamos para poder conciliar .

En mi trabajo diario encuentro muchos casos de reinvención profesional que parten de motivos muy diferentes. Hay quien se ha cansado de su trabajo anterior, personas que están hartas de las condiciones que ofrecen en su sector, o los más atrevidos que deciden apostar por su propósito o Ikigai dejándolo todo para poder conciliar. Entre otras, están las mujeres que se cansan de que su trabajo sea un obstáculo para su vida familiar. Y digo mujeres porque en su mayoría, las valientes, son ellas.

Te voy a contar algo que no todo el mundo sabe. El origen de Creada es una historia de reinvención profesional y personal, que vino de la apuesta por encontrar un modelo de conciliación que parecía imposible en un trabajo por cuenta ajena.

Rocío trabajaba en una empresa que a grandes rasgos, ofrecía bastantes posibilidades de conciliación. Sin embargo, cuando tienes una familia reconstituida como la nuestra, no siempre las medidas estándar se ajustan a tu caso. Cuando tu necesidad personal coincide en el camino con tu vocación o propósito el resultado es la reinvención profesional para conciliar. Así fue como Creada comenzó a pasar del mundo de las ideas, a materializarse en el proyecto con el que ayudamos a tantas personas.

Te cuento esto, como un perfecto ejemplo de que, en ocasiones, la mejor opción para encontrar un trabajo que se ajuste a tus necesidades es precisamente, crearlo. Y no lo digo como algo baladí, sino como la prueba de que se puede hacer en primera persona.

Ahora bien, no te estoy proponiendo que te tires de un avión sin paracaídas, más bien todo lo contrario. Fue Antoine de Saint Exupéry, el autor de El principito, quien dijo que “un objetivo sin un plan es solamente un deseo”. Puede ser una locura pretender reinventarse dejando tu empleo nutricional (aquel que te da de comer) actual, aunque hay a quien le sale bien. Cada vez son más las personas que al trabajar conmigo quieren crear un plan alternativo a su trabajo actual. Es decir un plan B mientras continúan en su trabajo actual.

A groso modo debes tener en cuenta los tres elementos principales:

  • Objetivo 
  • Perfil profesional 
  • Mercado 

Es decir, debes definir nítidamente tu propósito, qué es lo que te gusta o te gustaría hacer, eso que harías incluso gratis, porque te encanta

Una vez seleccionado el objetivo continua mejorando tu perfil a través de la formación, la lectura, o algún mentor; siempre se puede mejorar y lo suyo es aspirar a la excelencia. No basta con ser del montón, sino destacar.

Y sobre todo no olvides que debe ser algo que beneficien al mayor número de personas posible, es decir, que sea útil para otras personas. De esto ya te hablé en otro post de mi blog. Debe interesar a mucha gente y solucionar un problema real, así no te faltarán clientes.

Ahora bien para poner todo esto en marcha es necesario desarrollar un plan de acción, diseñar y llevar a cabo una estrategia paso a paso. Lo más recomendable es buscar a alguien que te ayude y te acompañe. Un/a mentor/a . Alguien con quien sintonices y que tenga experiencia en el acompañamiento de procesos de reinvención.

Todo esto son claves, pero no olvides por qué lo haces. Por eso lo más inteligente y práctico es decidirte a reinventarte profesionalmente por un buen motivo, y qué mejor motivo existe que pasar más tiempo con las personas que más quieres y conciliar. Eso al menos es lo que pienso, y por eso es por lo que yo mismo me reinventé.

¡Muchas gracias por leer y compartir este post!

Publicado en: Reinvención Profesional Etiquetado como: Conciliación, familia reconstituida, reinvención profesional

LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte II)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

En la primera parte de este post te contaba cómo favorecer una buena relación entre hermanos. Y digo favorecer, porque puedes ayudar a crear un ambiente de conexión entre ellos, pero no van a tener la relación que tú deseas. Su relación depende en gran medida de ellos/as. Ahora bien, la forma en la que tú les acompañes en su día a día va a ayudarles en su crecimiento y relación en un sentido u otro.

Especialmente en los conflictos, pues es en esos momentos cuando las personas más aprendemos. Y es fácil que si tomas partido por uno de los implicados en un momento de tensión, surgen rivalidades y celos. Por ello considero importante que como madres y padres cuidemos mucho la forma en la que les acompañamos en estos momentos. Y especialmente cuando se trata de hermanastros.

Y es que en una separación con hijos, si después se crea una familia reconstituida, la relación entre los peques de la casa no nace, sino que se crea. Y como te contaba al final de la primera parte de este post, es habitual que surgan rivalidades o celos por miedo a perder su lugar como hijo/a tuyo.

En los conflictos que surjan entre hermanos o hermanastros no hagas de juez.

Ten en cuenta que cada conflicto es una oportunidad de aprendizaje. Sí, lo sé, es muyyyyy cansado cuando tienen un conflicto tras otro, pero es que criar con consciencia es cansado. Antes de darte claves para acompañarles respetuosamente en sus conflictos, me parece importante recalcar, que integran los aprendizajes a partir de las situaciones que viven. Es decir, que cada experiencia vivida en primera persona les permite integrar el aprendizaje mucho más y mejor que cuando les decimos cómo tienen que hacer las cosas, por ejemplo. 

Por lo que la forma en la que aprendan a resolver los conflictos durante su infancia, va a ser una gran herramienta para más adelante. Así que merece que inviertas tiempo y energía en ello. 

Y es que muchas veces puede resultarte difícil, y es normal, pues a la mayoría de las personas adultas no nos enseñaron en nuestra infancia a resolver conflictos. Es más, tal vez aún te cueste trabajo resolver los tuyos y trates de eviatarlos.

Tus peques tienen la suerte de que tú quieres hacerlo de una forma diferente a como lo hicieron contigo y yo quiero ayudarte a que así lo puedas hacer. Por eso te cuento algunas cuestiones que puedes tener en cuenta para esos momentos.

Cambia tu mirada. 

Teniendo en cuenta que los niños y niñas son puro amor, en mi mente les veo como corazones con patas, cuando hay alguna conducta que se sale de esa imagen, no es más que la expresión de algún malestar que está sintiendo. Por lo que no veas a víctima y verdugo en el conflicto, mira más allá y entiende que hay dos (o más) peques con necesidades distintas. 

Quien aparentemente ha agredido, siente algún malestar interno que le ha hecho reaccionar así y quien ha recibido la agresión, física o verbal, tiene un malestar fruto de esa agresión. Por lo que ambos necesitan tu atención. 

No se trata de que pretendas resolver el conflicto, sino de que les acompañes en la resolución del mismo. Lo que viven en casa es un entrenamiento para el exterior, por lo que cada situación así es una oportunidad para aprender a gestionar los conflictos fuera del núcleo familiar.

A veces generan los conflictos de forma inconsciente buscando la atención de mamá, porque saben que ante una pelea o similar mamá va a acudir corriendo y van a tener tu presencial al 100%. Por lo que si detectas que últimamente hay muchos, para y revisa tu presencia con ellos, pues tal vez necesiten más tiempo de ti. Pero no solo estando de cuerpo presente, sino de cuerpo y mente, ya que muchas veces estamos físicamente pero no nos sienten presente porque nuestra mente está muy lejos. 

Escucha y valida todas las partes

Es importante que ambas partes, o tantas personas como haya implicadas en el conflicto, se sientan escuchadas y atendidas. Para ello no acudas como juez ni sentencies. 

Da voz a cada parte, escúchale y valida lo que esté sintiendo. Esto no quiere decir que valides el comportamiento que haya tenido, sino su sentir. Porque eso que siente, enfado, tristeza, frustración, arrepentimiento… es real y válido haya hecho lo que haya hecho, y necesita ser vista su emoción. 

Además, al darle voz a cada uno, estás permitiendo que se escuchen, que sepan cómo se ha sentido la otra persona y es una oportunidad para desarrollar empatía. 

Si estás ahí disponible, escuchando cada parte, probablemente encuentres el origen del conflicto y ellos terminen encontrando la solución. No te adelantes en ofrecerla tú, espera porque pueden encontrarla ellos de forma natural, y de no ser así pregúntales qué quieren hacer o qué solución se les ocurre. Te sorprenderán más de una vez, ya verás 😉

No te enganches en sus enfados ni que cunda el pánico dentro de ti. No temas que se enfaden entre sí, como te decía al inicio, esto no determina el tipo de relación del mañana. Céntrate en lo que Aquí y Ahora puedes hacer, que es ayudarle a sentirse visto, escuchado, atendido. Así puedes ayudarle a transitar esa emoción, a escuchar y conectar más contigo, con su hermano y entre vosotros como familia. 

Y en los casos de conflicto entre hermanastros todo lo que te acabo de contar es aún más importante, porque es fácil que sientan que te pones del lugar de tu peque. O justo lo contrario, que tú por miedo a ello, te posiciones a favor de tu hijastro/a para evitar caer en favoritismos.

Por eso mejor no te posiciones, escucha sin juicio, da lugar a que hable cada parte, valida todas las emociones que afloren y permite que encuentren la solución que consideren. Si a priori no se les ocurre puedes proponer ideas que se te ocurran y de ahí seguro que se les ocurre otra a su medida o les vale alguna de tus propuestas.

De verdad que cada conflicto es una oportunidad de crecimiento para vosotros. Sí, lo sé, en el día a día es agotador y en la teoría es genial pero en la práctica es mucho más difícil. Soy madre y por eso lo sé, pero si queremos acompañarlos mejor, necesitamos cambiar nuestra mirada en los conflictos. 

¿Cómo?

Con todo lo que te he comentado y sin dramatizar ni enjuiciarles. Esto a veces no es fácil porque lo podemos vivir como una injusticia que el mayor hace al pequeño, y eso puede despertar nuestra propia rabia. Pero ponlo en el lugar que corresponde: es algo muy habitual entre hermanos, debido a celos y a molestar del mayor, que nos está pidiendo atención y ayuda.

Por ello una clave que puede funcionarte muy bien es dedicarle, como te decía, tiempo de exclusividad diaria a cada uno. Es fundamental en sus vidas y esto puede ponértelo mucho más fácil el día a día de su relación.  

Y aquí es donde te digo algo fundamental y muy necesario… Cuídate. Date espacios de silencio y conexión contigo misma para poder cuidarte. Porque si tú no te cuidas, si tú no te atiendes, ¿cómo vas a cuidar a otros? Si tú no te escuchas ni atiendes, ¿cómo va a ser la calidad de atención y escucha a otros? 

Ya sabemos que criar con conciencia es cansado porque requiere cuestionarte muchas cosas, mirarte tú a ti continuamente para criar desde el manual y no desde el patrón automático que sale sin medida. Para paliar ese cansancio no queda otra opción que el hecho de que te cuides, te atiendas para así detectar qué necesitas tú. Y así después podrás dártelo o pedirlo en caso necesario. 

Pedir ayuda es de valiente, recuérdalo 😉 Acompañar de esta forma requiere tiempo, ir más despacio. Y eso pasa por priorizar entre todas las cosas que tienes en tu lista de “tareas pendientes”. 

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LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte I)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

¿Quieres que tus peques tengan una buena relación entre sí? ¿Quieres que se cuiden y protejan y puedan contar el uno con el otro/a? Estoy casi segura de que tus respuestas son afirmativas, especialmente si estáis separados, pero ¿sabes qué? Que no depende de ti ni de su padre/madre nada más. 

El tipo de relación que tengan va a depender en gran medida de tus peques. Tú podrás favorecer un tipo de relación u otra, pero solo eso, y en este post te cuento algunas cosas que pueden ayudarte. 

Pero antes te cuento lo que a mí me sirve recordarme, para así soltar el control y las ganas de intervenir a cada momento:  

  • La relación entre tus peques es algo que gestan entre ell@s. Que, como tú, se van a pasar la vida aprendiendo y necesitan aprender de sus relaciones. Puede que desconozcas qué aprendizajes necesitan adquirir, lo que está claro es que la relación con su hermano/a le da muchas y continuas oportunidades de aprendizaje. Lecciones necesarias para su vida, por lo que deja que tengan la relación que necesitan tener.  
  • La relación que tienen hoy no tiene por qué ser la relación del mañana. Muchas veces las relaciones entre hermanos son más estrechas en la etapa adulta. La vida da muchísimas vueltas y nunca sabemos qué hay detrás del siguiente día, y mucho menos de la siguiente etapa. 
  • Descarga la mochila de expectativas y de lo que concierne a tu historia con tus hermanos o con los que no tuviste por ser hija única. Muchas veces antes de ser madre, pero con el deseo de serlo, soñamos con una vida para nuestro retoño y sus hermanos. Nos los imaginamos jugando, cuidándose como nos pasó en nuestra infancia o justamente al contrario, soñamos imaginando lo que nosotras no tuvimos y queremos que tengan. 

Eso son expectativas basadas en deseos o anhelos tuyos, pero no se tienen por qué ajustar a la realidad de tus peques. Esas expectativas se pueden convertir en carga con mucha facilidad, pues hace que vivas los momentos de conflicto o tensión con mucha más ansiedad y frustración. Estas emociones son fruto del miedo que puedes sentir porque su relación vaya a ser tan mala como fue la tuya o como lo es ahora, o por miedo a que sea justo lo contrario a lo que deseas. En cualquier caso son expectativas tuyas.

Lo importante es que sepas que esas expectativas añaden tensión a la forma en que les acompañas, en el día a día de su relación. Por lo que, lo más conveniente es que sueltes esas piedras de tu mochila para poder mirar la relación entre ellos como lo que es: su relación, no la tuya. Y que los protagonistas de esa relación son ell@s, por lo que tú lo único que puedes hacer es favorecer la conexión emocional entre sí y una relación basada en el respeto, pero “solo” eso.

¿Y cómo favorezco ese ambiente de conexión emocional entre hermanos?

  • Cada niño y niña necesita sentirse visto y querido, por lo que en la medida en la que sienta que está lleno de mamá/papá no sentirá la necesidad de rivalizar por tu amor. 
  • Que cada peque tenga tiempo de exclusividad contigo va a ayudar mucho también. Necesitan ese tiempo a solas contigo tanto como el alimento del día a día y el aire que respiran. Organiza tu día para que puedan tener un rato a solas contigo. Pero no lo sientas como algo más que añadir a la lista de tareas, pues siempre puedes incluirle, es decir, ese tiempo dedicado solo para él o ella puede ser jugando o yendo juntos a comprar el pan o cocinando, por ejemplo. 
  • Evita las comparaciones. Todas ellas, ya sean las evidentes o las más sutiles como “mira qué bien lo hace tu hermano/a”, “mira tu hermano/a, ¿no puedes aprender de él/ella?”. Cada peque merece ser visto tal y como es, y además, lo necesitan. Lo contrario alimenta la rivalidad. 
  • Jugar y reír son dos grandes acciones que suponen muy poco esfuerzo y nos conecta mucho a las personas. Puedes desde echar un rato jugando a juegos de mesa, jugar a la pelota, salir de excursión, salir en bici… Todas las actividades que nos permiten estar presentes y conectar desde el disfrute, favorece mucho la conexión entre todas las personas implicadas, y entonces también entre los peques. 

Tenemos tanto miedo a que no se lleven bien o tantas expectativas, que, si se pelean, nos incomodamos muchísimo. Esto sucede también porque a veces, no sabemos gestionar nuestros propios conflictos, por lo que nos resulta muchas veces difícil acompañar los suyos. En la segunda parte de este post, te cuento cómo puedes acompañarles en la resolución de sus conflictos de una forma respetuosa contigo y con su relación.

Se consciente de qué viviste tú para que no proyectes tu experiencia en la relación de tus hijos entre ellos. Y también es muy útil si aprendes tú a acompañar sus momentos de tensión. En este post te cuento cómo puedes acompañarles en sus conflictos de una forma más respetuosa y constructiva.

El vínculo entre hermanos con madre/padre separados

Cuando mamá y papá viven en casas diferentes, es fácil que los hermanos encuentran entre ellos el refugio que necesitan. A veces crean un vínculo entre sí más fuerte, de una conexión mayor precisamente porque son los que permanecen juntos en todo momento. 

Y es que en su día a día a veces están con mamá y a veces con papá, pero entre ell@s lo habitual es que siempre están juntos, por lo que su relación puede convertirse en un lugar de mayor seguridad y una conexión especial. 

Cada uno puede vivir la separación de un modo muy distinto, pues cada cual tiene su propio temperamento y forma de interpretar los hechos. Aún así, favorecer la conexión emocional en su relación de hermanos es muy positivo, especialmente en estos casos, porque les ayudamos así a que cuenten con una persona de confianza en todo momento. Se enfadarán y tendrán sus conflictos, por supuesto, ¿y quién no?, pero podrán sentir que se tienen el uno al otro. 

Aunque como te decía al inicio, la relación que tengan no depende solo de ti ni de su padre/madre. Lo que está en tu mano es evitar las comparaciones, darle tiempos de exclusividad cada día que están contigo y reíros, jugar y hacer actividades que favorezca que estés presente de cuerpo y mente. 

La alegría es de las emociones que más nos conectan a las personas. Ríete con ell@s y disfrutad juntos, eso une mucho. Y al mismo tiempo estás creando recuerdos bonitos 😉

Y si existen hermanastros todo esto que te he contado es aún más importante que lo tengas en cuenta: favorecer la conexión emocional a través de espacios de encuentro y la risa, en casos de conflicto escuchar sin juzgar y validar todas las partes, así como transmitirles que ninguno va a quitarle el lugar al otro. A veces no solo surgen celos en estos casos, sino miedo a que el otro o la otra le vaya a quitar su lugar como hijo.

Me explico: en casos de familia reconstituida en los que ambos miembros de la pareja aporta hijos de la relación anterior, es muy conveniente cuidar todo lo anterior. Pues cuando va a nacer un hermano biológico, por poca preparación que haya, el hermano/a mayor va viendo cómo crece la barriga de mamá y va siendo testigos de los cambios que se van produciendo en el hogar para recibir al nuevo miembro de la familia.

Sin embargo cuando se trata de familias reconstituidas, quien ha ocupado el rol de hermano mayor ahora puede ser mediano en esa nueva familia y eso supone un cambio importante para él o ella. Igual con el que haya sido hasta el momento tu pequeño de la familia, a lo mejor deja de ser el más peque. Son cambios que a priori pueden parecerte nimios, pero no lo son en su vida. Están cambiando su rol de hermano en vuestra nueva familia y es importante tenerlo en cuenta porque son cambios que pueden generarles inseguridad, y de esta viene entonces la emoción del miedo.

Otro de los miedos que puede aparecer es el de que algunas de esas personitas le quiten su lugar frente a ti. Vaya, el miedo a que si quieres a sus hermanastros, le quieras menos o dejes de quererle. Este miedo es muy común en estos casos y es muy importante que le hagas saber que aunque quieras a los hijos de tu pareja, su lugar como hijo/a tuyo es irremplazable y tu amor por él o por ella es insustituible.

Saber y entender que aunque tú quieras mucho a su hermanastro/a, su lugar como hijo tuyo no peligra, evita que surjan posibles rivalidades.

Recuerda que el mal comportamiento es fruto de necesidades no satisfechas y que entre ell@s pueden estar a gusto jugando solos 15, 20, 40 minutos pero todo tiene un límite y la capacidad de sostén propio es limitada. A partir de un momento necesitan de nuestra presencia, cambio actividad, cambio energía…

Te sugiero un cuento que a nuestros peques les gusta mucho y nos demandan su lectura de vez en cuando: Tú y yo hermanos. Y si hay hermanastros, el cuento Tengo 3 de 5 puedes ser una gran opción.  Si conoces algún otro que te guste déjamelo en comentarios y le echo un vistazo 😉

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SOMOS FAMILIA ENLAZADA. TE CUENTO CÓMO FUE EL PROCESO (Parte II)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Soltar expectativas, observar y escuchar con los oídos y el corazón, fueron claves para llegar al momento de convivir los 6 y para la adaptación en la convivencia como familia enlazada o familia reconstituida.

Los primeros días fueron muy fáciles. Habíamos visto con ellos algunas casas hasta que encontramos la nuestra. A todos nos encantó (con jardín y piscina es fácil que les guste) y estaba VACÍA. Así que iniciamos el proceso de crear nuestro hogar en lo material, que de alguna manera simbolizaba lo que estaba sucediendo en lo emocional. 

Gran parte de la mudanza la hicimos en familia, fueron testigos de todo el proceso y estamos convencidos de que aquello ayudó mucho. De alguna forma con manos estaban palpando lo que también estaba sucediendo en lo que es invisible a los ojos. 

Las cajas fueron un tesoro que les entretuvo muchas horas durante muchos días, mientras Miguel Ángel y yo poníamos orden en cada habitación.

Los primeros días de convivencia se parecieron mucho a una fiesta. Hasta que empezaban a darse cuenta de que aquella nueva normalidad comenzaba a formar parte de su día a día de forma permanente. Entonces surgieron los primeros miedos y conflictos internos. 

Miedo a perder mi sitio. Cada peque llegaba a esta nueva familia con su hermano y su papá o mamá. Habían crecido siendo el hermano mayor o el pequeño, pero ahora de repente eran 4 y su lugar en la familia era otro… La emoción que más se mueve ante esta situación es el miedo, generado por la inseguridad que viven ante el cambio. 

La estructura familiar cambia y el modelo de familia que habían conocido hasta ese  momento era uno determinado. Por ello es muy importante que antes de que llegue una familia enlazada o reconstituida, tengan bien integrada la separación de sus progenitores. 

Cuando este miedo surgió en algunos de ellos, les ayudó muchísimo hacerles saber que su lugar en el corazón de su mamá y en el corazón de su papá no lo iba a ocupar ninguna otra persona. Que su lugar en el mundo y en nuestro mundo es único e insustituible. 

Este tipo de miedos son similares a cuando llega un hermanito o hermanita, pero la circunstancia es bien distinta. 

Miedo a querer menos a mamá o papá. Este miedo surge por el conflicto de lealtades que pueden sentir al convivir con otra figura materna o paterna, que no es uno de sus progenitores. Es habitual que sientan miedo a que si quieren a la madrastra, entonces quieren menos a mamá, por ejemplo. 

Este miedo se dio en nuestro caso en 3 de los 4 peques y en distintos momentos de la adaptación. Entonces siempre recurrimos a explicar lo mismo de diferentes maneras: y es que el lugar que ocupa su mamá y su papá en su corazón es también insustituible y que nadie lo puede ocupar porque es un amor distinto y único en el mundo. También les hicimos saber que es normal que no quieran que nadie ocupe el lugar de su mamá ni de su papá, y que nadie lo iba a ocupar. Esto es clave a tener en cuenta en cualquier familia enlazada.

Para ayudarles a entenderlo les decíamos que como habían salido del cuerpo de su madre, ese amor es único porque son las únicas personas del mundo mundial que habían salido de su cuerpo, por lo que ese amor es único. Y aquello les ayudó mucho a verlo claro.

Además les contábamos siempre que el corazón es como un globo, que cuanto más soplas más crece, pues el corazón a cuantas más personas amamos, más crece y lo mejor que tiene el globo del corazón es que nunca explota, es infinito. 

Esa explicación les encantaba y dio mucho juego (lo digo en pasado porque ya hace tiempo que no hemos necesitado recurrir a ella), hasta hubo par de ocasiones que lo simbolizamos con globos de verdad y jugamos con los globos y este concepto. 

Y también les ayudamos a gestionar este miedo, con uno de los cuentos imprescindibles en nuestra casa y en la de cualquier familia enlazada, Hay amor para todos. Una delicia de cuento que explica a las mil maravillas cómo es una familia reconstituida y habla de este miedo precisamente y de la culpa que les surge a los hijos/as de progenitores separados, por pasárselo bien cuando no están con mamá o con papá. Pero ese es otro tema, el conflicto de lealtades, del que hablaré más adelante. 

En Hay amor para todos, “el cuento del amor” es como lo llaman los súper 4, habla justamente de cómo la familia crece, de cómo el número de personas a las que amar y que te amen, crece. Esto segundo les encanta especialmente ☺️

A veces la dificultad está en que es la madre o el padre quien teme que, al haber una nueva pareja, su lugar en el corazón de su hijo o hija se disipe o sea usurpado. Para estos casos me parece clave tener en cuenta: 

  • Para un niño/a su sistema familiar es fundamental y es muy importante mantener el orden en este mismo. Es decir, que el lugar de la madre y del padre esté bien claro y definido. Aunque sea un padre o una madre ausente, pero el lugar de su papá y de su mamá es el que es y nadie puede ocupar su lugar. Es un lugar sagrado que es importante respetar.

Otra cosa es que se creen vínculos y lazos muy estrechos, por supuesto, eso es enriquecedor y quien más gana es el niño o niña, que puede sumar más figuras de referencia en su vida. 

En cualquier caso es importante respetar el lugar del otro progenitor. Respetarlo en tu interior y transmitir ese respeto hacia él o ella para que tu peque lo sienta así. 

  • Nos toca ocupar nuestro papel de adulta y no de niña o niño, y como personas adultas que somos, tenemos a nuestro alcance muchos más recursos para lidiar con este miedo que nos puede surgir. Respetar el lugar del otro y hacerte cargo de los miedos que te surjan me parecen claves.

Ya no solo por ti, sino por tu peque, que se merece sentir libertad para amar y ser amado. Si es el otro progenitor quien siente ese miedo y toma algunas decisiones desde el ego, lo único que puedes hacer es lo que está en tu mano, que es cuidar que desde dentro de ti respetas su lugar como padre o madre que es de tu peque y transmitirle a tu hijo/a que el lugar de su padre o madre no lo va a ocupar ninguna otra persona.

Y si eres tú quien sientes este miedo, no lo tapes, déjatelo sentir, míralo, siéntelo y ve hacia qué momento de tu vida te lleva. Llora ese miedo y escríbele, haz lo que necesites para que pueda salir de ti. Para que puedas hablarle al miedo desde la adulta que eres y sabiendo que tu lugar en el corazón de tu peque no lo puede ocupar ninguna otra persona.

Que si la vida es abundante, mucho más lo es el amor. Y cuanto más amor damos, más recibimos. Atrévete a soltar y dejar que tus peques sean amados por más personas y que puedan amar a muchas más. Así les estarás haciendo un gran regalo.

Además en el proceso nos ayudó mucho la naturaleza. Explicar a los niños y niñas, especialmente menores de 7 años, las cosas de forma abstracta les cuesta mucho más entenderlas e integrarlas. Por ello si nos ayudamos de lo que los ojos pueden ver y tocar, como algunos elementos de la naturaleza, les puede resultar mucho más fácil comprender lo que les queremos transmitir.

Esa ha sido nuestra experiencia y nos la han mostrado nuestros 4 pequeños grandes maestros, quienes una vez transitado sus miedos, una vez resueltos sus conflictos internos, fueron quienes nos mostraron esta gran verdad.

Ganaron en número de abuelos/as, de tíos y tías, de primos y primas y de hermanos… Al poco de la convivencia comenzaron a llamarse entre ellos y ella «casi hermanos», y después con el tiempo se llaman hermanos. En esa, como en tantas otras cosas, no hemos intervenido, simplemente hemos observado y escuchado, y es cuando más hemos aprendido Miguel Ángel y yo.

A los progenitores nos ha tocado hacernos cargo de nuestros miedos, transitarlos cada uno a su ritmo y hacerlo desde el respeto y amor propio y hacia los demás. El motor, sin duda, ha sido el amor hacia nuestros hijos, que nos permite cada día crecer más para ser mejores personas y entonces mejores madres y padres.

Sé que cada circunstancia es un mundo y que este tema da para mucho. He querido contar cómo fue nuestro proceso porque me lo han pedido y por si puede ayudar, pero este es solo el inicio, voy a escribir mucho más sobre ello. Si tienes alguna duda o interés porque hable de algo en especial, déjamelo dicho en comentarios que, además de contestarte, me apuntaré el tema para hablar sobre ello en otro artículo.

Edito: De familia reconstituida a familia enlazada. Cuando escribí este artículo nos reconocíamos con el término establecido desde corrientes psicológicas, sin embargo no nos sentíamos identificados Miguel Ángel y yo como familia reconstituida, pues este último término se refiere a algo que previamente se ha roto. Nosotros no sentimos que algo se haya roto, más bien que nuestra familia ha cambiado de molde. En el molde actual caben muchas más personas, por eso creemos que Familia enlazada nos define mucho más y de ahí que sea el término que ahora utilizamos cuando queremos definirnos de alguna manera.

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, familia reconstituida, madres separadas, padres separados, Separación, separación con hijos, separación consciente, ser madrastra

SOMOS FAMILIA RECONSTITUIDA. TE CUENTO CÓMO FUE EL PROCESO (Parte I)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 4 comentarios

“Pero ¿eso qué es?”, fue lo que pensé la primera vez que escuché el término familia reconstituida, claro que para entonces aquello aún me quedaba lejos. Por si tú tampoco sabes qué es una familia reconstituida, decirte que es aquella pareja en la que una de las dos personas adultas aporta hijo/s de una relación anterior. 

Así que Miguel Ángel y yo hemos creado nuestra familia reconstituida. En ella él ha aportado dos peques y yo otros dos, y por eso en casa somos una familia de seis. Sí, familia numerosa. 

Cuando ya teníamos muy claro que apostábamos por una vida de pareja, decidimos que había llegado el momento de formar esa familia reconstituida. 

Reconozco que nos daba miedo el momento de que nuestros hijos se conocieran. Como pareja era todo muy fácil y los dos sabíamos lo que supone para una relación de pareja la crianza de los hijos. Así que íbamos con un poco de miedo, pues no sabíamos qué pasaría a partir de que nuestros peques se conocieran (entonces tenían 7 y 4 años y 5 y 2 años). 

Había algo que teníamos totalmente claro, una premisa que mantuvimos desde el principio: no forzar la situación, soltar las expectativas para dejar que las cosas fluyeran a su propio ritmo.  

Ya en nuestra forma de criar la observación y el respeto por el ritmo de cada peque prevalece, por lo que la crianza consciente nos facilitó mucho los inicios como familia reconstituida. Aquello nos llevó a que el tiempo de irnos a convivir los 6 se acortara muchísimo en relación a nuestros planes, pues pensábamos que desde que se conocieran hasta que conviviéramos, pasaría al menos un año. 

Pero no, con los niños y niñas es mejor no hacer planes de tiempo, soltar expectativas y escuchar con los oídos y el corazón. 

Y eso fue lo que hicimos. Nos llevamos uno de los aprendizajes más grandes: el amor crece cuanto más se da. Pero el amor de verdad.

Antes de que se conocieran entre sí nuestros hijos, yo les había hablado a los míos de Miguel Ángel y él les habló a los suyos de mí. El primer día que quedamos los 6, todos sabían a lo que íbamos, no había verdades a medias. Esa es otra de las claves fundamentales para nosotros, pues los niños y niñas tienen un radar de autenticidad muy bien pulido, por lo que, aunque no les contemos lo que está sucediendo, pueden olerse que algo pasa, y si les concierne de forma directa a ellos, mejor contárselo (cuida el lenguaje y la cantidad de información en función de su edad y desarrollo). Cuando les contamos les estamos haciendo partícipes y les hacemos saber que les tenemos en cuenta, que les vemos. Eso favorece mucho la conexión emocional entre peques y madres y padres.

Nuestro primer encuentro 

Para nuestra primera quedada habíamos decidido pasar el día en un parque neutral para todos, así todos nos sentíamos en terreno nuevo a explorar. Era un 30 de diciembre con un sol espléndido de Sevilla que nos permitió hacer picnic. 

Cada adulto llevábamos nuestro coche, así nos iríamos cada uno por su lado cuando viéramos el momento para ello. No queríamos forzar nada, iríamos al ritmo que nos marcaran ellos y ella y si había que irse a las dos horas de vernos, así haríamos. Recuerda, íbamos sin expectativas ni exigencias. A fluir con lo que sucediera.

Pero no nos fuimos pronto, el final del día lo marcó el tiempo, porque a las 19:15 ya se había hecho de noche desde hacía rato y el frío era cada vez mayor, así que nos fuimos por eso, pese a las quejas de los súper 4, que no querían que ese magnífico día terminara. 

Escribo esto y se me llenan los ojos de lágrimas porque nosotros llegamos con un pellizco de miedo a aquel momento, a aquel día. No teníamos ni idea de lo que pasaría, y sin embargo ellos y ella lo pusieron tan fácil… Hicieron de algo tan nuevo y cargado de juicios y creencias limitantes, algo TAN natural, que fue asombroso, emocionante y muy bonito. 

Al despedirnos no sabíamos cuándo volveríamos a quedar los 6. No teníamos prisa. Pero ya sabemos cómo son los peques cuando algo les gusta mucho, quieren más. 

Y eso era lo que demandaban, tanto mis hijos a mí, que querían estar más con los hijos de Miguel Ángel y viceversa. Así que nos lanzamos a quedar el siguiente fin de semana que estábamos con ellos. En aquella ocasión fuimos a un museo y después otra vez de picnic al parque. Soy de la opinión de que si queremos estar todos y todas cómodas, mejor ir a lugares donde los niños y niñas también se sientas a gusto cubriendo sus necesidades de juego libre. 

En esta ocasión volvió a ser el frío y la noche lo que nos echara con las quejas de los súper 4 de fondo, porque no querían despedirse.

Así fue como comenzamos a quedar cada vez más y más veces, ya no solo en fines de semana, también entre semana querían jugar los cuatro juntos. Probamos a pasar fines de semana completos (por petición de ellos y ella, que se quejaban de que siempre terminaba el día y por eso había que despedirse) y esas convivencias cortas iban como la seda.  

Al observarles tan compenetrados y que todo fluía con una naturalidad pasmosa, decidimos que nos íbamos a vivir juntos, siendo entonces mucho antes de lo previsto por nosotros dos.

Buscamos una casa para los 6 y les implicamos en la búsqueda, iba a ser una casa como nuestra familia, que empezaba de cero, iba a ser la casa de todos y considerábamos muy importante eso mismo: que desde el inicio sintieran que la casa era de todos, en nuestro caso no se trataba de que una de las partes se acoplaba a la otra. Tratábamos de inculcarles desde el inicio que todos y todas tenemos el mismo valor, que cada uno en la familia tiene su sitio tan importante como el del resto. 

Cuidamos muchísimo eso y otras muchas cuestiones que te cuento en el próximo post. Pues en la convivencia surgieron detalles que cuidamos con mucho mimo y conciencia, para favorecer una adaptación sana como familia nueva que nacía. 

Te adelanto que los súper 4 nos han dado una gran lección a este respecto, y que surgieron miedos por parte de algunos de ellos que atendimos y pudieron transitar y aprender de lo que vivieron.  

Y tú, ¿sabías qué era eso de «familia reconstituida » antes de leerme? Si hay algo que te genere dudas pregúntamelo en comentarios y te cuento más sobre ello 😉

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, familia reconstituida, separación con hijos, separación consciente

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