Navegando las fases del duelo
La preocupación acerca de cuándo superaré la separación es de las más habituales que nos encontramos.
Las personas adultas estamos deseosas de dejar de sentir malestar, somos una población muy analfabeta emocionalmente, lo cual juega en nuestra contra, especialmente en situaciones como es un proceso de separación.
Luchar contra el malestar o tratar de evitarlo lo único que hace es alargarlo en el tiempo, e incluso a ratos, intensificarlo.
Entender de dónde puede venir lo que sientes y tener cierta perspectiva del proceso que estás atravesando, puede ayudarte a comprenderte y así tener más paciencia contigo, porque superar la separación está en tu mano y queremos ayudarte aportando nuestro granito de arena con este conocimiento.
Entender las fases del duelo puede ser el primer paso hacia la superación de la separación y el crecimiento personal, pues una separación consciente no es posible sin una apertura al crecimiento personal.
Ahora bien, no quieras correr, entrégate a lo que sientes en cada momento, no juzgues tus sensaciones y bucea en cada una de estas fases desde la entrega a lo que es en lugar de hacerlo desde la lucha de lo que te gustaría que fuera.
Te contamos las distintas fases que conlleva el duelo para que te hagas una idea genérica y después nos introducimos en los distintos duelos que supone atravesar un proceso de separación.
LAS FASES DEL DUELO
El duelo es un proceso emocional y psicológico natural que experimentamos como respuesta a una pérdida significativa en nuestra vida e implica atravesar una serie de etapas o fases a través de las cuales pasamos mientras intentamos adaptarnos y reconciliarnos con la realidad de la pérdida.
Es importante que tengas en cuenta que el duelo es un proceso individual y único para cada persona, y no todas las personas experimentan todas las fases o en el mismo orden.
Además, el duelo no tiene un período de tiempo definido y puede variar en duración según la naturaleza y la magnitud de la pérdida. Por eso no podemos decirte un tiempo genérico en el que vas a lograr superar la separación.
Queremos darte el mapa genérico de lo que supone atravesar un duelo para que desde ahí, puedas observarte a ti y tu camino recorrido hasta ahora y tener suficiente perspectiva para hacer autoevaluación de tu proceso.
En cualquier caso, es especialmente importante que te permitas sentir todas las emociones que surgen durante el proceso de duelo y busques el apoyo necesario para atravesarlo de manera saludable y constructiva.
Ahora sí, te detallamos las distintas fases y en el orden genérico pero no el único en el que puede darse:
1. Negación y Shock: El Comienzo de la Travesía
En la etapa inicial hay una tendencia a negar la realidad de la pérdida. Surge la resistencia a aceptar lo sucedido.
La noticia de la separación puede caer como un rayo en un día despejado y entonces surgen pensamientos del tipo: «Esto no puede estar sucediendo».
Cualquier atisbo de esperanza es bueno para aferrarse a que se trata solo de una pesadilla pasajera. Es importante permitirse sentir esta negación, pero también reconocer que es solo el comienzo de un viaje emocional complejo.
Cuando la decisión de la separación es propia, la negación sucede de la misma manera pero muchas veces durante la relación de pareja.
Y es que quien toma la decisión de la separación suele elaborar parte del duelo mientras sigue sucediendo la propia relación. Pues ante la idea que siente de dejar la relación, suele negarse a sí misma esta posibilidad.
Y esto sucede hasta que decide dar el paso, por lo que es habitual que una de las partes de la pareja comience a vivir el duelo meses antes que la otra, que lo inicia al recibir la noticia.
“Pero ya lo habíamos hablado en numerosas ocasiones y yo había sido muy clara con mi pareja planteándole la posibilidad de la separación”, puedes pensar.
Sí, aunque haya sido un tema recurrente en los últimos meses, la otra persona puede no haber integrado esta posibilidad por sus resistencias, porque se hallaba en la negación.
2. Ira y Culpa: Navegando las Aguas Revueltas
A medida que la negación cede paso, la ira puede surgir como una reacción natural ante la injusticia percibida de la pérdida. Incluso puede surgir sin que haya habido fase de negación.
En esta fase puedes sentir enojo contigo misma, con los demás o incluso con la persona o situación que consideras responsable de la pérdida.
«¿Por qué me está pasando esto a mí?» «¿Qué hice mal?» Estas preguntas pueden atormentarte mientras intentas encontrar sentido a la situación.
Ya sea una decisión propia o “recibida”, la culpa y la ira suelen estar muy presente.
Una de las dificultades para superar la separación es la falta de reconocimiento de la ira.
Es una emoción con una carga energética muy grande y que por estar mal vista en nuestra sociedad, se suele reprimir con los perjuicios que esto conlleva.
La ira puede expresarse hacia fuera, es decir contra otra persona o situación, o hacia dentro, es decir. contra ti.
En cualquier caso, es importante reconocerla para así poder transitarla desde un espacio de confianza y seguridad para ti y no almacenarla en tu interior, pues de ser así, en el momento más inesperado saldrá a borbotones. Y puede que sea con la persona menos adecuada y entonces de forma desproporcionada.
Dejar la ira camuflada, sin reconocerla, es como guardar en tu interior una bomba de relojería.
3 y 4. Negociación y Depresión: El Valle de las Sombras
En esta etapa, podemos encontrar qué tratamos de negociar con el destino o incluso con nuestra ex pareja. «Si tan solo hubiéramos hecho las cosas de manera diferente…»
Sin embargo, este proceso de negociación eventualmente puede dar paso a la depresión.
Los sentimientos de tristeza y desesperanza pueden abrumarnos, haciéndonos sentir como si estuviéramos atrapados en un pozo sin fondo.
Es importante buscar apoyo durante esta etapa, ya sea a través de amigos, familiares o profesionales de la salud mental.
A medida que la realidad de la pérdida se asienta, puedes experimentar sentimientos de tristeza profunda, desesperanza y desesperación.
Te das cuenta de la magnitud de la pérdida y enfrentas el dolor de lo que ya no está presente en tu vida.
Es fácil que esta fase se solape con la de la ira y llegados a este punto es bueno que sepas que detrás del enfado siempre hay dolor.
No solo dentro del marco del duelo, el enfado es la máscara del dolor. Muchas veces resulta más sencillo conectar con el enfado que con el dolor, pues la tristeza tiene una energía muy baja que inmoviliza, mientras que el enfado y todas las emociones derivadas de este, tienen una carga energética mucho mayor y es la que nos facilita movernos a la acción.
Prueba a observarte en tu día a día cuando te enfadas y pregúntate qué dolor está escondiendo dicho enfado.
5. Aceptación y Renovación: El Amanecer Después de la Tormenta
En la etapa final del duelo, comienzas a aceptar la realidad de la pérdida y a integrarla en tu vida de una manera significativa. Aunque el dolor puede persistir, encuentras una sensación de paz y serenidad al reconocer que la pérdida es parte de la experiencia humana.
Aceptar que la separación es una realidad puede ser liberador.
Te permite liberarte del peso del pasado y mirar hacia el futuro con esperanza renovada.
Es en esta etapa donde puedes comenzar a reconstruir tu vida, no solo para ti, sino también para tus hijos.
Y para poder llegar aquí es fundamental que te deshagas de todas las creencias limitantes sobre la separación, pues no es posible llegar a la aceptación plena desde la creencia de que es algo malo o un fracaso.
En este otro artículo del blog te ayudamos a deshacerte de las creencias limitantes de la separación
6. Agradecimiento
Si dudas acerca de si has superado la separación, pregúntate si puedes agradecer este acontecimiento de tu vida.
Cuando podemos agradecer un acontecimiento de nuestra vida, por muy doloroso e hiriente que haya sido, es el síntoma de que se ha integrado, es decir, que está totalmente superado.
Ha podido no ser agradable, ha podido doler, pero sin duda gracias a él, hemos podido aprender y crecer para llegar a ser quien soy hoy. Sea lo que sea, sea una separación u otra situación.
Si sientes que esto aún te queda lejos, entonces es que aún necesitas llorar, gritar… transitar el revuelo emocional para después ocuparte de poder avanzar.
No tengas prisa, no te exijas. Es tiempo de cuidarte y mimarte. Especialmente porque un proceso de separación con hijos conlleva a travesar no una pérdida, sino muchas.
Son muchos los duelos que atravesar hasta lograr superar la separación, por ello date tu tiempo y respeta tu ritmo.
LOS DIFERENTES DUELOS DE LA SEPARACIÓN
La separación conlleva no solo la pérdida de la relación de pareja, que a veces es la más fácil de elaborar, sino también otras muchas pérdidas, lo que supone atravesar varios duelos en el mismo proceso.
Esto es lo que puede desencadenar en una montaña rusa emocional. Por ello es importante reconocer y procesar cada uno de estos duelos para poder avanzar en el proceso.
1. Duelo por la Pareja que se Deja de Ser: Despidiéndose del Pasado
La separación marca el final de la relación de pareja tal como la conocíamos. Puede llevarnos a confrontar la pérdida de la conexión emocional y física que alguna vez compartimos con nuestra ex pareja.
El duelo por la pareja que se deja de ser implica despedirse de los recuerdos y sueños compartidos y de la identidad como pareja.
A veces es más sencillo elaborar este duelo en la persona que es actualmente la pareja, y a la vez se vuelve muy complejo al pensar en la persona que fue en el pasado y de quién nos enamoramos.
En ese caso es importante hacer la despedida de quien fuimos, para así poder hacer un buen cierre a la relación y terminar honrándola.
2. Duelo por el Proyecto de Vida que se Esfuma: Reconstruyendo el Futuro
La separación no solo afecta la relación de pareja, sino también los planes y sueños compartidos para el futuro.
Puede sentirse como si el suelo se estuviera desmoronando debajo de nosotros mientras vemos cómo nuestros proyectos de vida se desvanecen ante nuestros ojos.
Este duelo implica enfrentar la incertidumbre y la pérdida de la seguridad que una vez tuvimos en nuestro camino conjunto. Sin embargo, también nos brinda la oportunidad de reevaluar nuestros objetivos y prioridades, y de abrirnos a nuevas posibilidades.
3. Duelo por el Molde de Familia que se Deja de Ser: Redefiniendo la Familia
Dejar ir el molde de familia perfecto según los estándares de nuestra sociedad es duro porque pareciera que nuestra familia se rompe o que es menos válida por no responder a dichos estándares.
Sin embargo es importante que entiendas que cuando una relación de pareja se termina, la familia no se rompe, sino que cambia de molde.
Claro que para poder abrirte a ello es necesario que antes llores la pérdida del molde familiar que tenías.
Este duelo implica aceptar que las dinámicas familiares han cambiado y que debemos encontrar nuevas formas de relacionarnos y coexistir como padres separados, pues como parejas ya no tenéis nada que ver pero como familia tenéis un vínculo que os une de por vida el de madre o padre de las mismas criaturas
4. Duelo por la Vida que se Había Soñado para los Hijos: Abrazando la Realidad
Este es el duelo más desconocido y al mismo tiempo el que más suele doler, pues conlleva aceptar que los sueños que teníamos para nuestros hijos no se cumplirán de la manera que imaginábamos.
No tuvimos hijos pensando en la separación. Esta posibilidad jamás entraba en nuestros planes, y sí entraban muchos otros escenarios idílicos. Escenarios que la separación barre de un plumazo.
Aceptar que ya no podremos ofrecerle todo lo que imaginábamos es duro. La sensación de pérdida enorme, y es que hay una pérdida real.
Sin embargo, la vida que es infinitamente abundante y sabe más que tú y que yo, por lo que confía porque puede depararte a ti y a ellos grandes y preciosos regalos.
Claro que para abrirte a lo nuevo y que puede ser muy bueno, es imprescindible que llores, grites, patalees… lo que esta pérdida supone para ti.
De no transitar el revuelo emocional que esta pérdida genera en ti, es fácil que la separación se convierta en un lastre en tu vida.
No algo puntual o aislado que viviste en un momento determinado de tu vida, sino un hecho que te acompaña y condiciona como si fuera una condena. Una condena de sufrimiento que te hace vivir la vida a medias.
Además de estos duelos que suelen ser los más frecuentes y que más duelen, exiten otros como el duelo por el hogar que se deja de tener con el cambio de vivienda, el duelo por la posición económica que deja de gozarse… hay otros micro duelos que es importante reconocer para poder entenderte más y mejor y así desarrollar más autocompasión y menos autoexigencia con aquel: “ya debería estar bien”.
EN DEFINITIVA
La separación con hijos puede desencadenar una serie de duelos emocionales complejos, desde la pérdida de la relación de pareja hasta la reconfiguración de la familia y los sueños para el futuro. Sin embargo, a través de la conciencia, el autocuidado y el apoyo, es posible encontrar la paz y la renovación después de la tormenta.
Al reconocer y procesar cada uno de los duelos que acompañan a la separación, puedes avanzar hacia la sanación y el crecimiento personal.
Es importante que te permitas sentir todas las emociones que surjan durante este proceso y buscar el apoyo de amistades, familiares y/o profesionales, no quieras hacer este camino en soledad.
En la medida en la que te abras a la posibilidad de un nuevo comienzo, puedes reconstruir tu vida de manera significativa y fortalecer tus relaciones, comenzando por la relación contigo misma.
No estás solo ni sola en este camino, somos muchas personas las que ya lo hemos transitado antes que tú y muchas otras las que están transitándolo ahora mismo, igual que tú.
Queremos ayudarte a encontrar la paz y felicidad, tú y tus hijos os merecéis vivir vidas plenas y significativas, y de nuestra mano puedes superar cualquier desafío que se te presente en el camino.
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