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CUANDO PAPÁ SE VA DE CASA

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

cuando papá se va de casa

Cuando papá (o mamá) se va de casa puede ser uno de los momentos más difíciles en el proceso de separación, cuando uno de los dos abandona el que hasta ese momento ha sido la vivienda familiar. En una separación consciente es importante tener en cuenta que en muchas ocasiones los niños y niñas es en este momento cuando toman conciencia del cambio que supone la separación de papá y mamá.

Sé que puede ser un momento duro para todas las partes, pero recuerda que quienes menos recursos tienen son tus peques y cuidarles a ellos y ellas en este momento, puede facilitarles el proceso de adaptación a la nueva estructura familiar. 

Según la edad que tengan, en el momento de contarles que os separáis entenderán con mayor o menor precisión los cambios que eso va a suponer en su vida. Este, cuando papá se va de casa es cuando se materializa el primer gran cambio, por ello te propongo preparar y cuidar bien este momento, y de eso es de lo que hoy quiero hablarte.

Soy consciente de que no siempre es así y que a veces quien se va de casa es mamá, incluso en otras ocasiones son los dos, tanto papá como mamá porque quienes se quedan ocupando el domicilio familiar son los hijos e hijas y son la madre y el padre quienes cambian de vivienda. Sin embargo, hasta la fecha la norma general es que es papá el que se va de casa. 

Cuestiones a tener en cuenta: 

  • Prepararles previamente para el momento en el que papá se va de casa puede ayudarles mucho. Por un lado porque van haciéndose a la idea y tienen tiempo para preguntar lo que necesiten según les surjan las dudas, así como compartir contigo las inquietudes ante los cambios que se avecinen. Y por otro lado, al decírselo con tiempo se les puede incluir de alguna manera en la búsqueda de la nueva casa o enseñarles la nueva vivienda cuando la hayan encontrado. E incluso si ellos participan de alguna manera en la decoración haciendo dibujos y manualidades que se puedan poner en sitios oportunos para ello, permite que se vayan familiarizando desde el principio con el que va a ser también su hogar.  Si no es una casa nueva sino la de los abuelos, puede preparar la que durante el tiempo que sea va a ser su habitación.
  • Los rituales son símbolos que marcan un acontecimiento y ayudan a hacer el tránsito de una etapa a otra, especialmente a los niños y niñas, pues entienden mejor el lenguaje simbólico que el verbal. Por ello te propongo que hagas un rito de paso para transitar el cambio de estructura familiar que se estáis viviendo. Eso ayudará a tus peques a cerrar una etapa y abrir la que se inicia. Lo puedes hacer tú sola con tus peques o si vuestra relación lo permite, hacerlo de forma conjunta con tu ex pareja.  
separación consciente

El rito puede ser de invención propia, y si en la creación del mismo participan los niños y niñas será incluso mejor. La cuestión es hacer algo que simbolice el cierre de una etapa desde el agradecimiento y la apertura a la nueva que iniciáis. Puede ser, por ejemplo, una carta escrita por todos (con palabras o dibujos, según las edades) donde dejéis plasmado lo que agradecéis de la etapa que cerráis, la quemáis y dejáis volar las cenizas y cogéis un folio en blanco que simbolice la nueva etapa con sus nuevas aventuras y oportunidades que vais a vivir y lo enterráis en una maceta con una planta que vais a ir regando y cuidando. 

Hay muchas posibilidades de rituales, solo necesitas una pizca de creatividad. No es necesario buscar algo extravagante; menos es más. Lo importante no es lo que hagas, sino el sentido de lo que vais a hacer. El sentido se lo dais vosotros y es ahí donde está el valor, es un momento para agradecer la etapa que habéis vivido y cerráis y la que se abre con nuevas oportunidades y aventuras que os quedan por vivir. 

Si vuestra relación de padre y madre lo permite, sería ideal que el ritual lo hagáis conjuntamente. Para los hijos e hijas esto sería muy reparador, pues por mucho dolor o tristeza que sientan, se sentirán más tranquilos desde el primer momento de sentir que mamá y papá son esa fortaleza, ese equipo que necesitan que sigáis siendo. Y es que podéis dejar de ser pareja, pero siempre seréis padre y madre de vuestras criaturas.

Por el contrario, si el otro progenitor no está por ahora disponible para ser esa fortaleza contigo, que tú lo seas para tus peques es reparador también. Recuerda para llevar a cabo una separación consciente con tener a uno de los dos disponibles para ello es suficiente, porque solo tú ya eres el 50% y eso emocionalmente ya es mucho más que la mitad. 

  • Que quien deja la casa no se presente ante los peques como víctima, ya que eso no favorecerá que se sientan libres de expresarse emocionalmente tal y como se sientan en ese instante. Además, colocarse en la posición de víctima entraña el peligro de que tus peques ocupen el lugar de cuidadores, cuando les corresponde sentirse cuidados y no al contrario, pues en ese caso estarían asumiendo el peso de una responsabilidad que ni es suya ni les hace bien. 

Es importante permitirles que se expresen emocionalmente como sientan, para ello te propongo que esa despedida no sea excesivamente rápida, sino que permita algunas palabras de consuelo más allá de un simple adiós. Recuerda que transitar las emociones es sanador y muy importante para favorecer una óptima adaptación a la nueva estructura familiar.

cuando uno de los dos abandona el domicilio familiar
  • El papel de quien se queda es el de acompañar y consolar en caso necesario, permitiendo que los hijos e hijas expresen libremente sus emociones. Se les hace más fácil si saben a dónde va el progenitor que se va de casa, visualizar dónde va a estar les aporta cierta tranquilidad. Por ello si previamente se ha podido preparar el momento no tiene por qué ser desagradable, pueden llegar a vivirlo con cierta naturalidad. Va a depender mucho de la edad y del cómo haya sido el proceso de la separación hasta el momento. 
  • Contarles cuándo estarán con papá y cuándo con mamá les aporta tranquilidad y seguridad. Al principio les puede parecer un poco lioso, es normal, por eso es importante que les respondas tantas veces como pregunten. Cuanto más pequeños sean, más veces preguntarán, pues es una de las formas que tienen para integrar la información, escucharla una y otra vez de forma repetida. 

Ahora bien, para ponérselo, y entonces ponértelo fácil, te recomiendo que hagas algún tipo de calendario que le ayude a visualizar la información. Y ponlo en algún lugar visible de vuestra casa, para que así pueda acudir a él tantas veces como lo necesiten. 

Te explico dos tipos de calendarios que podéis hacer como actividad que les servirá tanto para integrar la información y ayudarles así a que adquieran seguridad ante la nueva situación de tener dos viviendas, como ritual de paso. Te daba antes una idea como ejemplo y hacer estos calendarios es otra idea también como ritual. 

  • Calendario mensual: a mí me gusta el calendario que se hace con pinzas de la ropa, pues además de ser muy visual, es una manualidad que podéis hacer conjuntamente. Además, mientras lo hacéis le puedes contar acerca de los días que estará con papá y los que estará con mamá, por lo que estarán activos ambos hemisferios cerebrales, lo cual facilita la integración de la información que están recibiendo en ese momento. 
cuando papá se va de casa

Necesitas tantas pinzas de la ropa como días tiene el año, 12 colores de pintura (una por mes) y un cordel en el que ir enganchando cada pinza que esté pintada. 

Las pinzas se pintan solo por un lado porque la idea es que según va pasando cada día, se le dé la vuelta a la pinza. De esta forma se ve a simple vista qué día es. 

Una vez pintadas y colgadas todas las pinzas se señalan los días especiales,  como cumpleaños, vacaciones o los días que se pasan con papá o mamá poniendo en las pinzas (días) correspondientes algo que lo señale como una foto del cumpleañero, el dibujo de un árbol de Navidad… así tienen la imagen visual de los días que quedan para estar con el otro progenitor.

La forma de señalar cuándo estará con mamá y cuándo con papá puede ser con la pegatina de una estrella los días de mamá y con la pegatina de un círculo con papá, por ejemplo (pegatina mejor que pintado para que te sirva de un año para otro…). 

  • Calendario semanal: es más sencillo e igualmente válido. Tú conoces mejor que nadie a tu peque y vuestras circunstancias, por lo que nadie mejor que tú para valorar cuál es mejor opción en vuestra casa. O tal vez quieras hacer los dos. 
separación consciente

Este se hace en papel o cartulina y rotuladores o lápices. Se dibujan seis líneas para que queden siete huecos. En cada día, según la edad con palabras y/o dibujos, se señalan las rutinas habituales, por ejemplo, de lunes a viernes el dibujo de una escuela por la mañana, el momento del almuerzo y las rutinas habituales de cada día de la semana (si existen, sino se deja sin señalar). Y por colores se diferencia los días que están con mamá y los días que están con papá. 

Se puede hacer un solo calendario semanal o dos para señalar los dos tipos de semana que existen en su vida, pues en los casos en los que pasan la semana completa con uno y después con el otro, puede ser más fácil que tengan visible los dos tipos de semana.  

La idea de los calendarios como ritual es que mientras los hacéis podáis ir agradeciendo la etapa que cerráis, les vayas explicando, puedan ir preguntando, comentando las nuevas aventuras y oportunidades que la etapa nueva pueden traer… De esta forma, al estar activos ambos hemisferios integran la información con más facilidad.

Se trata de crear una herramienta adaptada a sus edades para proporcionarles la información de su día a día en relación a sus cuidadores. En un momento en el que su estructura de familia como la conocían hasta ese momento, cambia drásticamente es normal que les surjan miedos e inseguridades. Por ello te traigo estas herramientas, para ayudarles a tener la información clara y así generarles seguridad y confianza, que es lo que necesitan en todo momento para su desarrollo, especialmente en momentos de cambios como es la separación o cuando papá se va de casa. 

Recomendaciones para los primeros encuentros.

Una vez que las dos viviendas ya se han establecido y comienzan a irse con papá o mamá según corresponda, no les suele resultar fácil la situación. Pero esto es así hasta que la adaptación ya es un hecho. Y es que despedirse de mamá para irse con papá, y viceversa, supone muchas veces un momento desagradable. En ese momento la culpa suele aparecer por la puerta grande de los peques, porque por un lado sienten alegría por ver al otro progenitor y por otro, tristeza de tener que decir adiós al que se queda. 

Para llevar a cabo una separación consciente es bueno que cuides aspectos como el hecho de decirles que les vas a echar de menos, pues al decirle «te voy a echar de menos», puedes estar poniéndolo más difícil. Y a su regreso no les digas que les has echado de menos, pues sentirán que al irse tú no te quedas bien, y justamente lo que necesitan de ti es, entre otras cosas, saber que te quedas bien aunque te quedes sola. En azul tienes el post en el que te hablo en más profundidad sobre ello.

Y en este vídeo te cuento una anécdota con mi hijo mayor, con 7 años recién cumplidos, en el que me decía lo que yo debía decirle a una mamá que sufría porque no sabía si su hijo estaría bien con su padre, porque tal vez la echaba mucho de menos. Mi peque mayor, que tiene la experiencia de ser hijo de padres separados, me decía lo que necesitaba saber ese niño para estar bien con su padre aunque eche de menos a su madre. 

Este conflicto de emociones deriva muchas veces en culpa, especialmente en los primeros encuentros. Tenerlo en cuenta es importante para poder ayudarles y poner palabras a lo que puedan estar sintiendo, así como validarles lo que está sintiendo.

cuando papá se va de casa

Para que esto sea posible, para poder tranquilizar a tus peques en este momento, es imprescindible que te coloques en el rol de madre (o padre) y no entres, desde el miedo, en competiciones sobre a quién quieren más los hijos e hijas. Pues puede llegar a ser muy tentador pensar que quiere más por aquel por el que llora, y esto no es así. Este es un pensamiento que nace del niño o la niña interior de quien lo piensa. Por eso es importante tratar de ver y entender el comportamiento de tus hijos desde la persona adulta que eres. 

Es a partir de estos primeros encuentros cuando los menores comienzan a asimilar lo que supone la separación o divorcio de sus padres: renunciar a estar con los dos al mismo tiempo. Por lo tanto, que lloren cuando se van a ir con su padre no tiene por qué significar que no quieren ir con él, sino que el despedirse de mamá les resulta muy difícil y están mostrando una resistencia a la situación que les toca vivir. Durante ese tiempo es muy importante brindarles la atención que necesitan y permitirles que expresen lo que sienten.

Para poder ser el sostén que necesitan que seas es importante que les escuches desde tu lugar de adulta y no desde tus heridas. Con esto no quiero decirte que tapes todo el dolor o emociones encontradas que tú estés viviendo y hagas como si nada, en absoluto, eso enferma y hace que el dolor lejos de desaparecer se perpetúe en el tiempo. Pero sí que tú tienes más recursos para obtener ayuda, puedes sostenerte en familia, amistades o profesionales, para así poder hacer de sostén para tus peques, pues su recurso eres tú. 

Y no puedo terminar este post sin mandarte un abrazo enorme y decirte que todo pasa, que esto también pasará y que me tienes aquí al otro lado de la pantalla para leerte o escucharte si quieres comentarme algo.

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LAS EMOCIONES QUE MÁS AFLORAN DURANTE LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

Tus peques necesitan que les ayudas a transitar sus emociones, para adaptarse a la nueva estructura familiar tras la separación.

La separación de la pareja conlleva un cambio en la estructura familiar. Es un cambio en la base de la vida de los niños y niñas, y eso puede generar mucha inseguridad y resistencia. Por eso es muy importante la forma en la que les acompañes emocionalmente durante el proceso de separación. 

En nuestra infancia no nos enseñaron a transitar las emociones, sino más bien a evitarlas o reprimirlas. Por eso ahora nos cuesta acompañar determinadas emociones de nuestros hijos e hijas. 

¿Cuáles son esas emociones que más te cuesta sostener? Pues esas probablemente son las que menos te has permitido o te permites en tu día a día. Generalmente son aquellas que tienen que ver con la rabia y la tristeza. Y estas son dos de las emociones que más afloran en las criaturas durante el proceso de separación.

¿Por qué es tan importante la expresión emocional?

Expresar las emociones que sentimos ante situaciones dolorosas es sanador. La mayoría de personas no estamos acostumbradas a expresarlas, especialmente aquellas que nos incomodan o nos resultan desagradables. 

Por eso muchas de nuestras heridas están enquistadas, porque no hemos liberado el dolor que nos causaron a través de la expresión emocional. Y cuando alguien, especialmente nuestros peques, se permiten expresar sus emociones de forma espontánea, nos remueve internamente y lo que nos nace es acallarlas para que las repriman. Pero eso, lejos de hacer que el dolor y la emoción desaparezca, lo que hace es enquistar la herida y perpetuar sus consecuencias. 

Por eso, en una separación, la forma en la que les acompañes emocionalmente va a facilitarle la adaptación a la nueva estructura familiar. Y para ello, es importante que tú te permitas transitar cada una de las emociones que sientas. 

Recuerda que cada emoción es como una ola, que viene y se va. Entre una ola y otra puede pasar más o menos tiempo, unas olas serán más grandes y otras menos, con más o menos fuerza, pero todas, absolutamente todas, vienen y se van. Pues así son las emociones. Ninguna viene para quedarse. 

¿Cómo hago de sostén emocional para mis peques?

Date permiso, surfea la ola y así podrás sostener a tus peques con todo tu ser. Al no tener tus emociones reprimidas, podrás acompañarle en sus emociones. De lo contrario te será más difícil escucharle e identificar lo que le sucede porque proyectarás tus emociones. 

Valida lo que siente en cada momento. Tal vez su comportamiento no sea adecuado, pero lo que siente sí que es válido y lícito. 

Muéstrate disponible y conecta con lo que está sintiendo. Así te será más fácil encontrar el origen de lo que le sucede. 

Pon palabras a lo que está sintiendo. Verbalizar el nudo que puede haber dentro, ayuda a que este se deshaga. 

No te olvides de los besos, abrazos y caricias en ese momento.

Habla y explícale pero sin prisas. La mayoría de las veces las personas adultas damos mil explicaciones, tenemos una verborrea muy fácil. Pero en esos momentos las explicaciones pueden sobrar y lo que necesitan es todo lo anterior.

Si estás conectada a ti y a tus peques, vas a saber hasta dónde explicar algo en ese momento o esperar, dejar que saque todo lo que necesita liberar y después, en otro momento, explicarle lo que consideres.

En un proceso de separación, las emociones que más afloran en los hijos e hijas suelen ser: 

AÑORANZA

Es una emoción que está muy presente en las vidas de niños y niñas con progenitores separados, pues muy a menudo echan de menos a uno de los dos, ya sea ante un momento de dolor o uno de alegría. Cuando es de dolor, porque el consuelo del otro le falta, no está cuando le gustaría. Y cuando es de alegría, porque le encantaría que le viera consiguiendo tal o cual cosa, o que le viera disfrutando como lo está haciendo en ese instante. 

Por eso, como te decía antes, es importante validarles que echen de menos a mamá o a papá, pues así les das permiso para que puedan sentirlo y de alguna forma le estás dejando el camino libre para que sientan amor por la otra persona, que es lo que necesitan. 

En este vídeo te cuento una anécdota que viví con mi hijo Unai. Él me decía lo que yo le tenía que contar a una madre, para ayudar a su hijo cuando el peque se acordara de ella, los días que el niño estaba con su padre. 

Son las palabras de un niño de 7 años que ya lleva años viviendo con padres separados, por lo que cual es una información muy valiosa, ya que no nace de la teoría, sino de la necesidad que él mismo ha sentido en algunos momentos de su vida.

CULPA

Suele aparecer con frecuencia y es muy importante que le ayudes a mitigarla, pues puede causarles mucho sufrimiento. Esta se hace aún más presente cuando están en la etapa egocéntrica. 

Pueden sentir culpa, por ejemplo, por estar pasándoselo muy bien con mamá y no está papá, o al revés. También puede aparecer esta emoción si percibe que hay algún enfado entre vosotros dos y puede sentirse culpable del mismo.

La culpa también puede aparecer al echar de menos al otro progenitor cuando están contigo. O si sienten que estáis enfadados y no pueden amaros a los dos. También pueden sentirse culpables por quereros a los dos, y me atrevo a decir que esta puede ser de las más dolorosas, de las que más les hacen sufrir, pues necesitan sentir libertad para quereros a ambos. Lo contrario les sitúa en conflicto de lealtades, y eso es muy doloroso. 

Valídales que sientan culpa y explícales que ese enfado que sientes o que habéis tenido ambos progenitores, no es culpa suya, libérale de esa carga. Si la culpa es porque han disfrutado sin ti o sin su otro progenitor, explícales que no os enfadáis por ello, sino todo lo contrario. Hazles saber que su mayor cometido ahora en la vida es disfrutar. Deséales siempre que disfrute al irse con mamá o papá.

Se dan muchos momentos y formas para mostrarles el camino libre para que disfruten y amen a su padre/madre, además de a ti. Cada despedida y recibimiento, y en muchos otros momentos en los que habléis, tendrás la oportunidad de decirles y recordarles que cuando se van, tú estás bien y te gusta y que te alegras mucho de que puedan disfrutar tanto con mamá como con papá. 

Necesitan saber que al irse de tu casa, tú vas a estar bien. Te recuerdo este post en el que te explico el porqué no te recomiendo que le digas que le echas de menos o que le has echado de menos. 

ENFADO

Se da a partir de la insatisfacción de no poder estar con ambos progenitores, de que la situación cambie sin que ellos y ellas quieran que así sea. También puede darse por sentir culpa, pues esta la expresan muchas veces a través del enfado. O pueden darse enfados por sentir que no pueden expresar lo que de verdad sienten o piensan. 

La dificultad mayor de esta emoción es que suele proyectarse hacia uno de los progenitores, en ese caso ten siempre presente que no es algo personal hacia ti o su padre/madre, no personalices el enfado. Si lo personalizas puedes vivir la situación con algunas emociones encontradas y acompañarles en su emoción se te va a hacer mucho más complicado.  

Tal vez te resulte más difícil validarles esta emoción que algunas de las anteriores, y es que la rabia es una de las que más, o la que más energía tiene y es una de las emociones más reprimidas, por eso es de las que más nos mueven en nuestro interior. 

Es importante que ante su expresión de la rabia, mantengas el doble foco, uno en ti para mantenerte en tu centro de adulto/a que eres y otro en tu hijo/a para acompañarle como necesita. Es importante que dentro de los límites sanos, pueda expresar el enfado que siente. E igual que con el resto de emociones, explícale, ponle palabras a su enfado y ayuda a poner orden interior. 

TRISTEZA

Estar sin papá o sin mamá les genera en muchas ocasiones mucha tristeza. El cambio, muy probablemente sea a mejor, pero eso tus peques no pueden saberlo aún, no pueden sentirlo. Viven el Aquí y el Ahora, el presente es lo que tienen y el ahora puede que les duela y sientan pena porque su estructura familiar, esa que han tenido siempre hasta ahora, cambia significativamente. 

Valídales que se sientan tristes, permíteles que lloren y que expresen cómo se sienten, y que lo hagan como saben y pueden según el momento. Hazlo sin proyectar tu propio dolor o tristeza, pues en ese momento tú eres su sostén. 

MIEDO

Lo sienten por la inseguridad que les genera la nueva situación. Su inseguridad viene sobre todo porque hay uno que ya no está. Hasta el momento de la separación su estructura familiar ha sido la que ha sido y es lo que conocían, ahora se enfrentan a una estructura nueva que les es desconocida. 

Una vez más valídale lo que siente y hablad de esos miedos y de cómo no tiene que ser fácil estar siempre sin mamá o sin papá y además cambiando de casa. Esta situación no es cómoda y proporciona inseguridad, por lo que cuanto más espacio para que puedan expresar sus necesidades y miedos, mucho mejor.  

Todas estas emociones no siempre lo expresan con palabras, sino también a través de sus conductas. Ante un proceso como es la separación o divorcio, se hace más importante que nunca que les escuches con los oídos, y sobre todo con el corazón. Es decir, mucha observación para poder saber dónde están, o al menos, por dónde andan más o menos. Y es que expresar verbalmente cómo se sienten, no siempre les resulta fácil, y según sean más pequeños, más difícil les es, por ello muchas veces expresarán su malestar a través de su comportamiento, más que con sus palabras.

Recuerda la imagen del iceberg. La parte que asoma por encima del agua es su comportamiento, que está expresando alguna necesidad que no se ve. Ve a la raíz, atiéndeles desde la conexión con tus peques, como te decía al inicio. 

¿Cómo llevas eso de acompañar a tus peques emocionalmente? ¿Te remueve mucho? ¿Y en el proceso de separación se te hace más fácil o más difícil? Te leo en los comentarios 😊

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LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte II)

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

En la primera parte de este post te contaba cómo favorecer una buena relación entre hermanos. Y digo favorecer, porque puedes ayudar a crear un ambiente de conexión entre ellos, pero no van a tener la relación que tú deseas. Su relación depende en gran medida de ellos/as. Ahora bien, la forma en la que tú les acompañes en su día a día va a ayudarles en su crecimiento y relación en un sentido u otro.

Especialmente en los conflictos, pues es en esos momentos cuando las personas más aprendemos. Y es fácil que si tomas partido por uno de los implicados en un momento de tensión, surgen rivalidades y celos. Por ello considero importante que como madres y padres cuidemos mucho la forma en la que les acompañamos en estos momentos. Y especialmente cuando se trata de hermanastros.

Y es que en una separación con hijos, si después se crea una familia reconstituida, la relación entre los peques de la casa no nace, sino que se crea. Y como te contaba al final de la primera parte de este post, es habitual que surgan rivalidades o celos por miedo a perder su lugar como hijo/a tuyo.

En los conflictos que surjan entre hermanos o hermanastros no hagas de juez.

Ten en cuenta que cada conflicto es una oportunidad de aprendizaje. Sí, lo sé, es muyyyyy cansado cuando tienen un conflicto tras otro, pero es que criar con consciencia es cansado. Antes de darte claves para acompañarles respetuosamente en sus conflictos, me parece importante recalcar, que integran los aprendizajes a partir de las situaciones que viven. Es decir, que cada experiencia vivida en primera persona les permite integrar el aprendizaje mucho más y mejor que cuando les decimos cómo tienen que hacer las cosas, por ejemplo. 

Por lo que la forma en la que aprendan a resolver los conflictos durante su infancia, va a ser una gran herramienta para más adelante. Así que merece que inviertas tiempo y energía en ello. 

Y es que muchas veces puede resultarte difícil, y es normal, pues a la mayoría de las personas adultas no nos enseñaron en nuestra infancia a resolver conflictos. Es más, tal vez aún te cueste trabajo resolver los tuyos y trates de eviatarlos.

Tus peques tienen la suerte de que tú quieres hacerlo de una forma diferente a como lo hicieron contigo y yo quiero ayudarte a que así lo puedas hacer. Por eso te cuento algunas cuestiones que puedes tener en cuenta para esos momentos.

Cambia tu mirada. 

Teniendo en cuenta que los niños y niñas son puro amor, en mi mente les veo como corazones con patas, cuando hay alguna conducta que se sale de esa imagen, no es más que la expresión de algún malestar que está sintiendo. Por lo que no veas a víctima y verdugo en el conflicto, mira más allá y entiende que hay dos (o más) peques con necesidades distintas. 

Quien aparentemente ha agredido, siente algún malestar interno que le ha hecho reaccionar así y quien ha recibido la agresión, física o verbal, tiene un malestar fruto de esa agresión. Por lo que ambos necesitan tu atención. 

No se trata de que pretendas resolver el conflicto, sino de que les acompañes en la resolución del mismo. Lo que viven en casa es un entrenamiento para el exterior, por lo que cada situación así es una oportunidad para aprender a gestionar los conflictos fuera del núcleo familiar.

A veces generan los conflictos de forma inconsciente buscando la atención de mamá, porque saben que ante una pelea o similar mamá va a acudir corriendo y van a tener tu presencial al 100%. Por lo que si detectas que últimamente hay muchos, para y revisa tu presencia con ellos, pues tal vez necesiten más tiempo de ti. Pero no solo estando de cuerpo presente, sino de cuerpo y mente, ya que muchas veces estamos físicamente pero no nos sienten presente porque nuestra mente está muy lejos. 

Escucha y valida todas las partes

Es importante que ambas partes, o tantas personas como haya implicadas en el conflicto, se sientan escuchadas y atendidas. Para ello no acudas como juez ni sentencies. 

Da voz a cada parte, escúchale y valida lo que esté sintiendo. Esto no quiere decir que valides el comportamiento que haya tenido, sino su sentir. Porque eso que siente, enfado, tristeza, frustración, arrepentimiento… es real y válido haya hecho lo que haya hecho, y necesita ser vista su emoción. 

Además, al darle voz a cada uno, estás permitiendo que se escuchen, que sepan cómo se ha sentido la otra persona y es una oportunidad para desarrollar empatía. 

Si estás ahí disponible, escuchando cada parte, probablemente encuentres el origen del conflicto y ellos terminen encontrando la solución. No te adelantes en ofrecerla tú, espera porque pueden encontrarla ellos de forma natural, y de no ser así pregúntales qué quieren hacer o qué solución se les ocurre. Te sorprenderán más de una vez, ya verás 😉

No te enganches en sus enfados ni que cunda el pánico dentro de ti. No temas que se enfaden entre sí, como te decía al inicio, esto no determina el tipo de relación del mañana. Céntrate en lo que Aquí y Ahora puedes hacer, que es ayudarle a sentirse visto, escuchado, atendido. Así puedes ayudarle a transitar esa emoción, a escuchar y conectar más contigo, con su hermano y entre vosotros como familia. 

Y en los casos de conflicto entre hermanastros todo lo que te acabo de contar es aún más importante, porque es fácil que sientan que te pones del lugar de tu peque. O justo lo contrario, que tú por miedo a ello, te posiciones a favor de tu hijastro/a para evitar caer en favoritismos.

Por eso mejor no te posiciones, escucha sin juicio, da lugar a que hable cada parte, valida todas las emociones que afloren y permite que encuentren la solución que consideren. Si a priori no se les ocurre puedes proponer ideas que se te ocurran y de ahí seguro que se les ocurre otra a su medida o les vale alguna de tus propuestas.

De verdad que cada conflicto es una oportunidad de crecimiento para vosotros. Sí, lo sé, en el día a día es agotador y en la teoría es genial pero en la práctica es mucho más difícil. Soy madre y por eso lo sé, pero si queremos acompañarlos mejor, necesitamos cambiar nuestra mirada en los conflictos. 

¿Cómo?

Con todo lo que te he comentado y sin dramatizar ni enjuiciarles. Esto a veces no es fácil porque lo podemos vivir como una injusticia que el mayor hace al pequeño, y eso puede despertar nuestra propia rabia. Pero ponlo en el lugar que corresponde: es algo muy habitual entre hermanos, debido a celos y a molestar del mayor, que nos está pidiendo atención y ayuda.

Por ello una clave que puede funcionarte muy bien es dedicarle, como te decía, tiempo de exclusividad diaria a cada uno. Es fundamental en sus vidas y esto puede ponértelo mucho más fácil el día a día de su relación.  

Y aquí es donde te digo algo fundamental y muy necesario… Cuídate. Date espacios de silencio y conexión contigo misma para poder cuidarte. Porque si tú no te cuidas, si tú no te atiendes, ¿cómo vas a cuidar a otros? Si tú no te escuchas ni atiendes, ¿cómo va a ser la calidad de atención y escucha a otros? 

Ya sabemos que criar con conciencia es cansado porque requiere cuestionarte muchas cosas, mirarte tú a ti continuamente para criar desde el manual y no desde el patrón automático que sale sin medida. Para paliar ese cansancio no queda otra opción que el hecho de que te cuides, te atiendas para así detectar qué necesitas tú. Y así después podrás dártelo o pedirlo en caso necesario. 

Pedir ayuda es de valiente, recuérdalo 😉 Acompañar de esta forma requiere tiempo, ir más despacio. Y eso pasa por priorizar entre todas las cosas que tienes en tu lista de “tareas pendientes”. 

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijos, familia reconstituida, hermanastros, madres separadas, padres separados, relación entre hermanos, resolución de conflictos, separación con hijos, separación consciente, separaciones

LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte I)

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

¿Quieres que tus peques tengan una buena relación entre sí? ¿Quieres que se cuiden y protejan y puedan contar el uno con el otro/a? Estoy casi segura de que tus respuestas son afirmativas, especialmente si estáis separados, pero ¿sabes qué? Que no depende de ti ni de su padre/madre nada más. 

El tipo de relación que tengan va a depender en gran medida de tus peques. Tú podrás favorecer un tipo de relación u otra, pero solo eso, y en este post te cuento algunas cosas que pueden ayudarte. 

Pero antes te cuento lo que a mí me sirve recordarme, para así soltar el control y las ganas de intervenir a cada momento:  

  • La relación entre tus peques es algo que gestan entre ell@s. Que, como tú, se van a pasar la vida aprendiendo y necesitan aprender de sus relaciones. Puede que desconozcas qué aprendizajes necesitan adquirir, lo que está claro es que la relación con su hermano/a le da muchas y continuas oportunidades de aprendizaje. Lecciones necesarias para su vida, por lo que deja que tengan la relación que necesitan tener.  
  • La relación que tienen hoy no tiene por qué ser la relación del mañana. Muchas veces las relaciones entre hermanos son más estrechas en la etapa adulta. La vida da muchísimas vueltas y nunca sabemos qué hay detrás del siguiente día, y mucho menos de la siguiente etapa. 
  • Descarga la mochila de expectativas y de lo que concierne a tu historia con tus hermanos o con los que no tuviste por ser hija única. Muchas veces antes de ser madre, pero con el deseo de serlo, soñamos con una vida para nuestro retoño y sus hermanos. Nos los imaginamos jugando, cuidándose como nos pasó en nuestra infancia o justamente al contrario, soñamos imaginando lo que nosotras no tuvimos y queremos que tengan. 

Eso son expectativas basadas en deseos o anhelos tuyos, pero no se tienen por qué ajustar a la realidad de tus peques. Esas expectativas se pueden convertir en carga con mucha facilidad, pues hace que vivas los momentos de conflicto o tensión con mucha más ansiedad y frustración. Estas emociones son fruto del miedo que puedes sentir porque su relación vaya a ser tan mala como fue la tuya o como lo es ahora, o por miedo a que sea justo lo contrario a lo que deseas. En cualquier caso son expectativas tuyas.

Lo importante es que sepas que esas expectativas añaden tensión a la forma en que les acompañas, en el día a día de su relación. Por lo que, lo más conveniente es que sueltes esas piedras de tu mochila para poder mirar la relación entre ellos como lo que es: su relación, no la tuya. Y que los protagonistas de esa relación son ell@s, por lo que tú lo único que puedes hacer es favorecer la conexión emocional entre sí y una relación basada en el respeto, pero “solo” eso.

¿Y cómo favorezco ese ambiente de conexión emocional entre hermanos?

  • Cada niño y niña necesita sentirse visto y querido, por lo que en la medida en la que sienta que está lleno de mamá/papá no sentirá la necesidad de rivalizar por tu amor. 
  • Que cada peque tenga tiempo de exclusividad contigo va a ayudar mucho también. Necesitan ese tiempo a solas contigo tanto como el alimento del día a día y el aire que respiran. Organiza tu día para que puedan tener un rato a solas contigo. Pero no lo sientas como algo más que añadir a la lista de tareas, pues siempre puedes incluirle, es decir, ese tiempo dedicado solo para él o ella puede ser jugando o yendo juntos a comprar el pan o cocinando, por ejemplo. 
  • Evita las comparaciones. Todas ellas, ya sean las evidentes o las más sutiles como “mira qué bien lo hace tu hermano/a”, “mira tu hermano/a, ¿no puedes aprender de él/ella?”. Cada peque merece ser visto tal y como es, y además, lo necesitan. Lo contrario alimenta la rivalidad. 
  • Jugar y reír son dos grandes acciones que suponen muy poco esfuerzo y nos conecta mucho a las personas. Puedes desde echar un rato jugando a juegos de mesa, jugar a la pelota, salir de excursión, salir en bici… Todas las actividades que nos permiten estar presentes y conectar desde el disfrute, favorece mucho la conexión entre todas las personas implicadas, y entonces también entre los peques. 

Tenemos tanto miedo a que no se lleven bien o tantas expectativas, que, si se pelean, nos incomodamos muchísimo. Esto sucede también porque a veces, no sabemos gestionar nuestros propios conflictos, por lo que nos resulta muchas veces difícil acompañar los suyos. En la segunda parte de este post, te cuento cómo puedes acompañarles en la resolución de sus conflictos de una forma respetuosa contigo y con su relación.

Se consciente de qué viviste tú para que no proyectes tu experiencia en la relación de tus hijos entre ellos. Y también es muy útil si aprendes tú a acompañar sus momentos de tensión. En este post te cuento cómo puedes acompañarles en sus conflictos de una forma más respetuosa y constructiva.

El vínculo entre hermanos con madre/padre separados

Cuando mamá y papá viven en casas diferentes, es fácil que los hermanos encuentran entre ellos el refugio que necesitan. A veces crean un vínculo entre sí más fuerte, de una conexión mayor precisamente porque son los que permanecen juntos en todo momento. 

Y es que en su día a día a veces están con mamá y a veces con papá, pero entre ell@s lo habitual es que siempre están juntos, por lo que su relación puede convertirse en un lugar de mayor seguridad y una conexión especial. 

Cada uno puede vivir la separación de un modo muy distinto, pues cada cual tiene su propio temperamento y forma de interpretar los hechos. Aún así, favorecer la conexión emocional en su relación de hermanos es muy positivo, especialmente en estos casos, porque les ayudamos así a que cuenten con una persona de confianza en todo momento. Se enfadarán y tendrán sus conflictos, por supuesto, ¿y quién no?, pero podrán sentir que se tienen el uno al otro. 

Aunque como te decía al inicio, la relación que tengan no depende solo de ti ni de su padre/madre. Lo que está en tu mano es evitar las comparaciones, darle tiempos de exclusividad cada día que están contigo y reíros, jugar y hacer actividades que favorezca que estés presente de cuerpo y mente. 

La alegría es de las emociones que más nos conectan a las personas. Ríete con ell@s y disfrutad juntos, eso une mucho. Y al mismo tiempo estás creando recuerdos bonitos 😉

Y si existen hermanastros todo esto que te he contado es aún más importante que lo tengas en cuenta: favorecer la conexión emocional a través de espacios de encuentro y la risa, en casos de conflicto escuchar sin juzgar y validar todas las partes, así como transmitirles que ninguno va a quitarle el lugar al otro. A veces no solo surgen celos en estos casos, sino miedo a que el otro o la otra le vaya a quitar su lugar como hijo.

Me explico: en casos de familia reconstituida en los que ambos miembros de la pareja aporta hijos de la relación anterior, es muy conveniente cuidar todo lo anterior. Pues cuando va a nacer un hermano biológico, por poca preparación que haya, el hermano/a mayor va viendo cómo crece la barriga de mamá y va siendo testigos de los cambios que se van produciendo en el hogar para recibir al nuevo miembro de la familia.

Sin embargo cuando se trata de familias reconstituidas, quien ha ocupado el rol de hermano mayor ahora puede ser mediano en esa nueva familia y eso supone un cambio importante para él o ella. Igual con el que haya sido hasta el momento tu pequeño de la familia, a lo mejor deja de ser el más peque. Son cambios que a priori pueden parecerte nimios, pero no lo son en su vida. Están cambiando su rol de hermano en vuestra nueva familia y es importante tenerlo en cuenta porque son cambios que pueden generarles inseguridad, y de esta viene entonces la emoción del miedo.

Otro de los miedos que puede aparecer es el de que algunas de esas personitas le quiten su lugar frente a ti. Vaya, el miedo a que si quieres a sus hermanastros, le quieras menos o dejes de quererle. Este miedo es muy común en estos casos y es muy importante que le hagas saber que aunque quieras a los hijos de tu pareja, su lugar como hijo/a tuyo es irremplazable y tu amor por él o por ella es insustituible.

Saber y entender que aunque tú quieras mucho a su hermanastro/a, su lugar como hijo tuyo no peligra, evita que surjan posibles rivalidades.

Recuerda que el mal comportamiento es fruto de necesidades no satisfechas y que entre ell@s pueden estar a gusto jugando solos 15, 20, 40 minutos pero todo tiene un límite y la capacidad de sostén propio es limitada. A partir de un momento necesitan de nuestra presencia, cambio actividad, cambio energía…

Te sugiero un cuento que a nuestros peques les gusta mucho y nos demandan su lectura de vez en cuando: Tú y yo hermanos. Y si hay hermanastros, el cuento Tengo 3 de 5 puedes ser una gran opción.  Si conoces algún otro que te guste déjamelo en comentarios y le echo un vistazo 😉

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NO LE DIGAS QUE LE HAS ECHADO DE MENOS

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

El hecho de no decirle que le has echado de menos es porque tu peque necesita sentirse libre para amar y disfrutar, y al mismo tiempo necesita saber que tú estás bien. Si cuando está con su padre (o madre) le dices que le echas de menos, lo más probable es que interprete que no estás bien cuando él o ella no está. Eso se traduce en culpa para tu peque. 

Si entiende que sin su presencia, tú te quedas mal, se sentirá culpable al estar disfrutando y pasándoselo bien cuando tú no estás presente. De ser así se estará haciendo responsable de algo que no le corresponde: tu bienestar.

Los niños y niñas deben sentir sostén y cuidado por parte de quienes estamos a su cuidado, no les corresponde cuidarnos. Sí amarnos, de hecho necesitan sentirse libres para amar tanto a mamá como a papá aunque ya no convivamos. Recuerda siempre que, sobre todo en la primera infancia, mamá es su diosa y papá es su dios, y aunque entre sí haya enfado o malestar, necesitan sentirse libres para amar a ambos. 

Con todo esto lo que quiero decirte es que tu peque necesita sentir lo mucho que le quieres y al mismo tiempo, que está bien que quiera a su padre (o madre) y que es bueno que disfrute mucho aunque tú no estés. Y es que ese es su mayor cometido en la infancia: disfrutar y amar.

Y si hasta ahora le has dicho “te echo de menos” o frases similares, no saques el látigo para fustigarte y sentirte culpable. Casi todo se puede reparar, y es que una de las mejores cosas que vino a darnos a conocer la neurociencia es la neuroplasticidad cerebral. Por lo que puedes sentarte a hablar con tu peque y hacerle saber eso que ahora quieres que tenga claro, como que lo quieres mucho y que aunque se vaya tú estás bien. Además esa vía libre o no libre, de que ame a su padre y disfrute, no depende solo de estas frases relacionadas con el echar de menos, también cuenta, y mucho, la forma en la que tú lo sientas y vivas en tu interior. 

Si tú vives como un abandono cada vez que te despides, aunque no le digas “te echaré de menos”, de alguna manera es eso lo que tu peque recibe, y viceversa. Los niños y niñas tienen el mayor radar de autenticidad que existe, y antes que nuestras palabras, reciben lo que les transmitimos. Por lo que no se trata solo de cuidar nuestras palabras, sino lo que sentimos. Porque en nuestra coherencia encuentran paz y en nuestra incoherencia inseguridad. 

Que esta información te sirva para sumar y construir, no para fustigarte. En cada momento lo hacemos lo mejor que sabemos y que podemos y como madres y padres vivimos un continuo aprendizaje, no nacemos sabiendo ser madres ni padres, por lo que según vamos aprendiendo, vamos haciéndolo mejor. Esa es la diferencia entre la culpa y la responsabilidad: en la culpa nos quedamos atrapadas, inmovilizadas y fustigándonos en un victimismo continuo, mientras que en la responsabilidad asumimos lo que podemos mejorar para tomar las riendas y rectificar y hacerlo como consideramos mejor.

Mi propuesta en una separación con hijos 

Mi propuesta es que cuando te despidas porque se va, lo hagas dejándole el camino libre para disfrutar, aunque tú no estés, es decir, no le digas que le echarás de menos. Y cuando habléis por teléfono no le digas que le echas de menos ni tampoco al volver a verle le digas algo así como “¡cuánto te he echado de menos!”. Se trata de liberarle, de que no le cargues con responsabilidades que no le corresponde, por lo que puedes decirle otras afirmaciones como “¡Qué bien que hayas disfrutado tanto! Tenía muchas ganas de darte un abrazo” o “¡Me encanta verte tan feliz! Tenía muchas ganas de verte”. 

Si te paras a ver la diferencia, se trata de matices sutiles, pero uno libera y acerca y el otro carga y aprieta a través de la culpa. Llevar a cabo una separación consciente consiste también en cuidar estos detalles tan sutiles e importantes. Entender cómo funciona la mente de los niños y niñas, así como saber qué necesitan, puede ayudarte a cuidarles más en el proceso. Porque una separación consciente requiere que pongas atención en sus necesidades y permitas que se dé lo que más necesita: amar a su padre y su madre sin conflictos de lealtades. 

¿Y qué pasa contigo?

Además de madre eres mujer y tienes vida más allá de tu peque y es bueno que así lo sienta también. Permítete disfrutar también cuando no está contigo, no tienes que estar de luto, no eres peor madre por tener vida más allá de tu maternidad, sino todo lo contrario. Aprovecha ese tiempo para cuidarte y disfrutar de ti y de lo que te gusta hacer. Y es bueno que siendo verdad o no, le transmitas que estás bien cuando no está contigo.

Eso no significa que debas tener una imagen siempre perfecta y estar modo “flower power”, no, en absoluto. La alegría es una de las emociones que existen y de las que más nos gusta sentir, pero no es la única y es fundamental la educación emocional, cuya base comienza por ti. Eres uno de los principales referentes de tu peque, eres su modelo de vida, por lo que, si tú te tragas todo lo que sientes y lo reprimes, aprenderá a hacer lo mismo, a reprimir sus emociones, algo muy perjudicial para la salud tanto física como mental. Por eso te digo que es bueno que te permitas expresarte tal y como te sientes, y si estas triste o enfadada, por ejemplo, no lo ocultes, ahora bien, recuerda siempre que tú eres su sostén, que tu peque no te tiene que cuidar.

Como persona adulta que eres, tú tienes muchos más recursos y puedes acceder a cualquiera de ellos, tu peque te tiene a ti como uno de los dos recursos fundamentales de su vida, por lo que una cosa es que te muestres tal y como te sientes, y otra bien distinta es que te desbordes o desahogues con tu criatura.

En un proceso de separación con hijos afloran muchas emociones y transitarlas es fundamental para que estas no se queden enquistadas, pues cada emoción reprimida es una herida que se queda dentro del cuerpo. Vivimos tratando de evitar el dolor, pero es que el dolor también forma parte de la vida y expresar las emociones que surgan del dolor, cuando éste se da, libera y permite sentir paz. 

Tu peque te ama incondicionalmente y si siente que al irse, tú no te quedas bien, puede sentir que cuando se divierte y ama a su padre (o madre) te está traicionando a ti. De ser así, puede sentirse muy culpable. Se dan muchos momentos y formas para mostrarle el camino libre para que disfrute y ame a su padre (o madre) además de a ti. Cada despedida y recibimiento, y en muchos otros momentos en los que habléis, tendrás la oportunidad de decirle y recordarle que cuando se va, tú estás bien y además, te gusta y alegras mucho de que puedan disfrutar tanto con mamá como con papá. 

 Así se sentirá en paz y con la tranquilidad que necesita al irse. Recuerda siempre que necesita saber que, al irse de tu casa, tú vas a estar bien. 

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SOMOS FAMILIA ENLAZADA. TE CUENTO CÓMO FUE EL PROCESO (Parte II)

Escrito por Rocío López de la Chica Deja un comentario

Soltar expectativas, observar y escuchar con los oídos y el corazón, fueron claves para llegar al momento de convivir los 6 y para la adaptación en la convivencia como familia enlazada o familia reconstituida.

Los primeros días fueron muy fáciles. Habíamos visto con ellos algunas casas hasta que encontramos la nuestra. A todos nos encantó (con jardín y piscina es fácil que les guste) y estaba VACÍA. Así que iniciamos el proceso de crear nuestro hogar en lo material, que de alguna manera simbolizaba lo que estaba sucediendo en lo emocional. 

Gran parte de la mudanza la hicimos en familia, fueron testigos de todo el proceso y estamos convencidos de que aquello ayudó mucho. De alguna forma con manos estaban palpando lo que también estaba sucediendo en lo que es invisible a los ojos. 

Las cajas fueron un tesoro que les entretuvo muchas horas durante muchos días, mientras Miguel Ángel y yo poníamos orden en cada habitación.

Los primeros días de convivencia se parecieron mucho a una fiesta. Hasta que empezaban a darse cuenta de que aquella nueva normalidad comenzaba a formar parte de su día a día de forma permanente. Entonces surgieron los primeros miedos y conflictos internos. 

Miedo a perder mi sitio. Cada peque llegaba a esta nueva familia con su hermano y su papá o mamá. Habían crecido siendo el hermano mayor o el pequeño, pero ahora de repente eran 4 y su lugar en la familia era otro… La emoción que más se mueve ante esta situación es el miedo, generado por la inseguridad que viven ante el cambio. 

La estructura familiar cambia y el modelo de familia que habían conocido hasta ese  momento era uno determinado. Por ello es muy importante que antes de que llegue una familia enlazada o reconstituida, tengan bien integrada la separación de sus progenitores. 

Cuando este miedo surgió en algunos de ellos, les ayudó muchísimo hacerles saber que su lugar en el corazón de su mamá y en el corazón de su papá no lo iba a ocupar ninguna otra persona. Que su lugar en el mundo y en nuestro mundo es único e insustituible. 

Este tipo de miedos son similares a cuando llega un hermanito o hermanita, pero la circunstancia es bien distinta. 

Miedo a querer menos a mamá o papá. Este miedo surge por el conflicto de lealtades que pueden sentir al convivir con otra figura materna o paterna, que no es uno de sus progenitores. Es habitual que sientan miedo a que si quieren a la madrastra, entonces quieren menos a mamá, por ejemplo. 

Este miedo se dio en nuestro caso en 3 de los 4 peques y en distintos momentos de la adaptación. Entonces siempre recurrimos a explicar lo mismo de diferentes maneras: y es que el lugar que ocupa su mamá y su papá en su corazón es también insustituible y que nadie lo puede ocupar porque es un amor distinto y único en el mundo. También les hicimos saber que es normal que no quieran que nadie ocupe el lugar de su mamá ni de su papá, y que nadie lo iba a ocupar. Esto es clave a tener en cuenta en cualquier familia enlazada.

Para ayudarles a entenderlo les decíamos que como habían salido del cuerpo de su madre, ese amor es único porque son las únicas personas del mundo mundial que habían salido de su cuerpo, por lo que ese amor es único. Y aquello les ayudó mucho a verlo claro.

Además les contábamos siempre que el corazón es como un globo, que cuanto más soplas más crece, pues el corazón a cuantas más personas amamos, más crece y lo mejor que tiene el globo del corazón es que nunca explota, es infinito. 

Esa explicación les encantaba y dio mucho juego (lo digo en pasado porque ya hace tiempo que no hemos necesitado recurrir a ella), hasta hubo par de ocasiones que lo simbolizamos con globos de verdad y jugamos con los globos y este concepto. 

Y también les ayudamos a gestionar este miedo, con uno de los cuentos imprescindibles en nuestra casa y en la de cualquier familia enlazada, Hay amor para todos. Una delicia de cuento que explica a las mil maravillas cómo es una familia reconstituida y habla de este miedo precisamente y de la culpa que les surge a los hijos/as de progenitores separados, por pasárselo bien cuando no están con mamá o con papá. Pero ese es otro tema, el conflicto de lealtades, del que hablaré más adelante. 

En Hay amor para todos, “el cuento del amor” es como lo llaman los súper 4, habla justamente de cómo la familia crece, de cómo el número de personas a las que amar y que te amen, crece. Esto segundo les encanta especialmente ☺️

A veces la dificultad está en que es la madre o el padre quien teme que, al haber una nueva pareja, su lugar en el corazón de su hijo o hija se disipe o sea usurpado. Para estos casos me parece clave tener en cuenta: 

  • Para un niño/a su sistema familiar es fundamental y es muy importante mantener el orden en este mismo. Es decir, que el lugar de la madre y del padre esté bien claro y definido. Aunque sea un padre o una madre ausente, pero el lugar de su papá y de su mamá es el que es y nadie puede ocupar su lugar. Es un lugar sagrado que es importante respetar.

Otra cosa es que se creen vínculos y lazos muy estrechos, por supuesto, eso es enriquecedor y quien más gana es el niño o niña, que puede sumar más figuras de referencia en su vida. 

En cualquier caso es importante respetar el lugar del otro progenitor. Respetarlo en tu interior y transmitir ese respeto hacia él o ella para que tu peque lo sienta así. 

  • Nos toca ocupar nuestro papel de adulta y no de niña o niño, y como personas adultas que somos, tenemos a nuestro alcance muchos más recursos para lidiar con este miedo que nos puede surgir. Respetar el lugar del otro y hacerte cargo de los miedos que te surjan me parecen claves.

Ya no solo por ti, sino por tu peque, que se merece sentir libertad para amar y ser amado. Si es el otro progenitor quien siente ese miedo y toma algunas decisiones desde el ego, lo único que puedes hacer es lo que está en tu mano, que es cuidar que desde dentro de ti respetas su lugar como padre o madre que es de tu peque y transmitirle a tu hijo/a que el lugar de su padre o madre no lo va a ocupar ninguna otra persona.

Y si eres tú quien sientes este miedo, no lo tapes, déjatelo sentir, míralo, siéntelo y ve hacia qué momento de tu vida te lleva. Llora ese miedo y escríbele, haz lo que necesites para que pueda salir de ti. Para que puedas hablarle al miedo desde la adulta que eres y sabiendo que tu lugar en el corazón de tu peque no lo puede ocupar ninguna otra persona.

Que si la vida es abundante, mucho más lo es el amor. Y cuanto más amor damos, más recibimos. Atrévete a soltar y dejar que tus peques sean amados por más personas y que puedan amar a muchas más. Así les estarás haciendo un gran regalo.

Además en el proceso nos ayudó mucho la naturaleza. Explicar a los niños y niñas, especialmente menores de 7 años, las cosas de forma abstracta les cuesta mucho más entenderlas e integrarlas. Por ello si nos ayudamos de lo que los ojos pueden ver y tocar, como algunos elementos de la naturaleza, les puede resultar mucho más fácil comprender lo que les queremos transmitir.

Esa ha sido nuestra experiencia y nos la han mostrado nuestros 4 pequeños grandes maestros, quienes una vez transitado sus miedos, una vez resueltos sus conflictos internos, fueron quienes nos mostraron esta gran verdad.

Ganaron en número de abuelos/as, de tíos y tías, de primos y primas y de hermanos… Al poco de la convivencia comenzaron a llamarse entre ellos y ella «casi hermanos», y después con el tiempo se llaman hermanos. En esa, como en tantas otras cosas, no hemos intervenido, simplemente hemos observado y escuchado, y es cuando más hemos aprendido Miguel Ángel y yo.

A los progenitores nos ha tocado hacernos cargo de nuestros miedos, transitarlos cada uno a su ritmo y hacerlo desde el respeto y amor propio y hacia los demás. El motor, sin duda, ha sido el amor hacia nuestros hijos, que nos permite cada día crecer más para ser mejores personas y entonces mejores madres y padres.

Sé que cada circunstancia es un mundo y que este tema da para mucho. He querido contar cómo fue nuestro proceso porque me lo han pedido y por si puede ayudar, pero este es solo el inicio, voy a escribir mucho más sobre ello. Si tienes alguna duda o interés porque hable de algo en especial, déjamelo dicho en comentarios que, además de contestarte, me apuntaré el tema para hablar sobre ello en otro artículo.

Edito: De familia reconstituida a familia enlazada. Cuando escribí este artículo nos reconocíamos con el término establecido desde corrientes psicológicas, sin embargo no nos sentíamos identificados Miguel Ángel y yo como familia reconstituida, pues este último término se refiere a algo que previamente se ha roto. Nosotros no sentimos que algo se haya roto, más bien que nuestra familia ha cambiado de molde. En el molde actual caben muchas más personas, por eso creemos que Familia enlazada nos define mucho más y de ahí que sea el término que ahora utilizamos cuando queremos definirnos de alguna manera.

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