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relación entre hermanos

LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte II)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

En la primera parte de este post te contaba cómo favorecer una buena relación entre hermanos. Y digo favorecer, porque puedes ayudar a crear un ambiente de conexión entre ellos, pero no van a tener la relación que tú deseas. Su relación depende en gran medida de ellos/as. Ahora bien, la forma en la que tú les acompañes en su día a día va a ayudarles en su crecimiento y relación en un sentido u otro.

Especialmente en los conflictos, pues es en esos momentos cuando las personas más aprendemos. Y es fácil que si tomas partido por uno de los implicados en un momento de tensión, surgen rivalidades y celos. Por ello considero importante que como madres y padres cuidemos mucho la forma en la que les acompañamos en estos momentos. Y especialmente cuando se trata de hermanastros.

Y es que en una separación con hijos, si después se crea una familia reconstituida, la relación entre los peques de la casa no nace, sino que se crea. Y como te contaba al final de la primera parte de este post, es habitual que surgan rivalidades o celos por miedo a perder su lugar como hijo/a tuyo.

En los conflictos que surjan entre hermanos o hermanastros no hagas de juez.

Ten en cuenta que cada conflicto es una oportunidad de aprendizaje. Sí, lo sé, es muyyyyy cansado cuando tienen un conflicto tras otro, pero es que criar con consciencia es cansado. Antes de darte claves para acompañarles respetuosamente en sus conflictos, me parece importante recalcar, que integran los aprendizajes a partir de las situaciones que viven. Es decir, que cada experiencia vivida en primera persona les permite integrar el aprendizaje mucho más y mejor que cuando les decimos cómo tienen que hacer las cosas, por ejemplo. 

Por lo que la forma en la que aprendan a resolver los conflictos durante su infancia, va a ser una gran herramienta para más adelante. Así que merece que inviertas tiempo y energía en ello. 

Y es que muchas veces puede resultarte difícil, y es normal, pues a la mayoría de las personas adultas no nos enseñaron en nuestra infancia a resolver conflictos. Es más, tal vez aún te cueste trabajo resolver los tuyos y trates de eviatarlos.

Tus peques tienen la suerte de que tú quieres hacerlo de una forma diferente a como lo hicieron contigo y yo quiero ayudarte a que así lo puedas hacer. Por eso te cuento algunas cuestiones que puedes tener en cuenta para esos momentos.

Cambia tu mirada. 

Teniendo en cuenta que los niños y niñas son puro amor, en mi mente les veo como corazones con patas, cuando hay alguna conducta que se sale de esa imagen, no es más que la expresión de algún malestar que está sintiendo. Por lo que no veas a víctima y verdugo en el conflicto, mira más allá y entiende que hay dos (o más) peques con necesidades distintas. 

Quien aparentemente ha agredido, siente algún malestar interno que le ha hecho reaccionar así y quien ha recibido la agresión, física o verbal, tiene un malestar fruto de esa agresión. Por lo que ambos necesitan tu atención. 

No se trata de que pretendas resolver el conflicto, sino de que les acompañes en la resolución del mismo. Lo que viven en casa es un entrenamiento para el exterior, por lo que cada situación así es una oportunidad para aprender a gestionar los conflictos fuera del núcleo familiar.

A veces generan los conflictos de forma inconsciente buscando la atención de mamá, porque saben que ante una pelea o similar mamá va a acudir corriendo y van a tener tu presencial al 100%. Por lo que si detectas que últimamente hay muchos, para y revisa tu presencia con ellos, pues tal vez necesiten más tiempo de ti. Pero no solo estando de cuerpo presente, sino de cuerpo y mente, ya que muchas veces estamos físicamente pero no nos sienten presente porque nuestra mente está muy lejos. 

Escucha y valida todas las partes

Es importante que ambas partes, o tantas personas como haya implicadas en el conflicto, se sientan escuchadas y atendidas. Para ello no acudas como juez ni sentencies. 

Da voz a cada parte, escúchale y valida lo que esté sintiendo. Esto no quiere decir que valides el comportamiento que haya tenido, sino su sentir. Porque eso que siente, enfado, tristeza, frustración, arrepentimiento… es real y válido haya hecho lo que haya hecho, y necesita ser vista su emoción. 

Además, al darle voz a cada uno, estás permitiendo que se escuchen, que sepan cómo se ha sentido la otra persona y es una oportunidad para desarrollar empatía. 

Si estás ahí disponible, escuchando cada parte, probablemente encuentres el origen del conflicto y ellos terminen encontrando la solución. No te adelantes en ofrecerla tú, espera porque pueden encontrarla ellos de forma natural, y de no ser así pregúntales qué quieren hacer o qué solución se les ocurre. Te sorprenderán más de una vez, ya verás 😉

No te enganches en sus enfados ni que cunda el pánico dentro de ti. No temas que se enfaden entre sí, como te decía al inicio, esto no determina el tipo de relación del mañana. Céntrate en lo que Aquí y Ahora puedes hacer, que es ayudarle a sentirse visto, escuchado, atendido. Así puedes ayudarle a transitar esa emoción, a escuchar y conectar más contigo, con su hermano y entre vosotros como familia. 

Y en los casos de conflicto entre hermanastros todo lo que te acabo de contar es aún más importante, porque es fácil que sientan que te pones del lugar de tu peque. O justo lo contrario, que tú por miedo a ello, te posiciones a favor de tu hijastro/a para evitar caer en favoritismos.

Por eso mejor no te posiciones, escucha sin juicio, da lugar a que hable cada parte, valida todas las emociones que afloren y permite que encuentren la solución que consideren. Si a priori no se les ocurre puedes proponer ideas que se te ocurran y de ahí seguro que se les ocurre otra a su medida o les vale alguna de tus propuestas.

De verdad que cada conflicto es una oportunidad de crecimiento para vosotros. Sí, lo sé, en el día a día es agotador y en la teoría es genial pero en la práctica es mucho más difícil. Soy madre y por eso lo sé, pero si queremos acompañarlos mejor, necesitamos cambiar nuestra mirada en los conflictos. 

¿Cómo?

Con todo lo que te he comentado y sin dramatizar ni enjuiciarles. Esto a veces no es fácil porque lo podemos vivir como una injusticia que el mayor hace al pequeño, y eso puede despertar nuestra propia rabia. Pero ponlo en el lugar que corresponde: es algo muy habitual entre hermanos, debido a celos y a molestar del mayor, que nos está pidiendo atención y ayuda.

Por ello una clave que puede funcionarte muy bien es dedicarle, como te decía, tiempo de exclusividad diaria a cada uno. Es fundamental en sus vidas y esto puede ponértelo mucho más fácil el día a día de su relación.  

Y aquí es donde te digo algo fundamental y muy necesario… Cuídate. Date espacios de silencio y conexión contigo misma para poder cuidarte. Porque si tú no te cuidas, si tú no te atiendes, ¿cómo vas a cuidar a otros? Si tú no te escuchas ni atiendes, ¿cómo va a ser la calidad de atención y escucha a otros? 

Ya sabemos que criar con conciencia es cansado porque requiere cuestionarte muchas cosas, mirarte tú a ti continuamente para criar desde el manual y no desde el patrón automático que sale sin medida. Para paliar ese cansancio no queda otra opción que el hecho de que te cuides, te atiendas para así detectar qué necesitas tú. Y así después podrás dártelo o pedirlo en caso necesario. 

Pedir ayuda es de valiente, recuérdalo 😉 Acompañar de esta forma requiere tiempo, ir más despacio. Y eso pasa por priorizar entre todas las cosas que tienes en tu lista de “tareas pendientes”. 

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijos, familia reconstituida, hermanastros, madres separadas, padres separados, relación entre hermanos, resolución de conflictos, separación con hijos, separación consciente, separaciones

LA RELACIÓN ENTRE HERMANOS EN UNA SEPARACIÓN CON HIJOS (Parte I)

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

¿Quieres que tus peques tengan una buena relación entre sí? ¿Quieres que se cuiden y protejan y puedan contar el uno con el otro/a? Estoy casi segura de que tus respuestas son afirmativas, especialmente si estáis separados, pero ¿sabes qué? Que no depende de ti ni de su padre/madre nada más. 

El tipo de relación que tengan va a depender en gran medida de tus peques. Tú podrás favorecer un tipo de relación u otra, pero solo eso, y en este post te cuento algunas cosas que pueden ayudarte. 

Pero antes te cuento lo que a mí me sirve recordarme, para así soltar el control y las ganas de intervenir a cada momento:  

  • La relación entre tus peques es algo que gestan entre ell@s. Que, como tú, se van a pasar la vida aprendiendo y necesitan aprender de sus relaciones. Puede que desconozcas qué aprendizajes necesitan adquirir, lo que está claro es que la relación con su hermano/a le da muchas y continuas oportunidades de aprendizaje. Lecciones necesarias para su vida, por lo que deja que tengan la relación que necesitan tener.  
  • La relación que tienen hoy no tiene por qué ser la relación del mañana. Muchas veces las relaciones entre hermanos son más estrechas en la etapa adulta. La vida da muchísimas vueltas y nunca sabemos qué hay detrás del siguiente día, y mucho menos de la siguiente etapa. 
  • Descarga la mochila de expectativas y de lo que concierne a tu historia con tus hermanos o con los que no tuviste por ser hija única. Muchas veces antes de ser madre, pero con el deseo de serlo, soñamos con una vida para nuestro retoño y sus hermanos. Nos los imaginamos jugando, cuidándose como nos pasó en nuestra infancia o justamente al contrario, soñamos imaginando lo que nosotras no tuvimos y queremos que tengan. 

Eso son expectativas basadas en deseos o anhelos tuyos, pero no se tienen por qué ajustar a la realidad de tus peques. Esas expectativas se pueden convertir en carga con mucha facilidad, pues hace que vivas los momentos de conflicto o tensión con mucha más ansiedad y frustración. Estas emociones son fruto del miedo que puedes sentir porque su relación vaya a ser tan mala como fue la tuya o como lo es ahora, o por miedo a que sea justo lo contrario a lo que deseas. En cualquier caso son expectativas tuyas.

Lo importante es que sepas que esas expectativas añaden tensión a la forma en que les acompañas, en el día a día de su relación. Por lo que, lo más conveniente es que sueltes esas piedras de tu mochila para poder mirar la relación entre ellos como lo que es: su relación, no la tuya. Y que los protagonistas de esa relación son ell@s, por lo que tú lo único que puedes hacer es favorecer la conexión emocional entre sí y una relación basada en el respeto, pero “solo” eso.

¿Y cómo favorezco ese ambiente de conexión emocional entre hermanos?

  • Cada niño y niña necesita sentirse visto y querido, por lo que en la medida en la que sienta que está lleno de mamá/papá no sentirá la necesidad de rivalizar por tu amor. 
  • Que cada peque tenga tiempo de exclusividad contigo va a ayudar mucho también. Necesitan ese tiempo a solas contigo tanto como el alimento del día a día y el aire que respiran. Organiza tu día para que puedan tener un rato a solas contigo. Pero no lo sientas como algo más que añadir a la lista de tareas, pues siempre puedes incluirle, es decir, ese tiempo dedicado solo para él o ella puede ser jugando o yendo juntos a comprar el pan o cocinando, por ejemplo. 
  • Evita las comparaciones. Todas ellas, ya sean las evidentes o las más sutiles como “mira qué bien lo hace tu hermano/a”, “mira tu hermano/a, ¿no puedes aprender de él/ella?”. Cada peque merece ser visto tal y como es, y además, lo necesitan. Lo contrario alimenta la rivalidad. 
  • Jugar y reír son dos grandes acciones que suponen muy poco esfuerzo y nos conecta mucho a las personas. Puedes desde echar un rato jugando a juegos de mesa, jugar a la pelota, salir de excursión, salir en bici… Todas las actividades que nos permiten estar presentes y conectar desde el disfrute, favorece mucho la conexión entre todas las personas implicadas, y entonces también entre los peques. 

Tenemos tanto miedo a que no se lleven bien o tantas expectativas, que, si se pelean, nos incomodamos muchísimo. Esto sucede también porque a veces, no sabemos gestionar nuestros propios conflictos, por lo que nos resulta muchas veces difícil acompañar los suyos. En la segunda parte de este post, te cuento cómo puedes acompañarles en la resolución de sus conflictos de una forma respetuosa contigo y con su relación.

Se consciente de qué viviste tú para que no proyectes tu experiencia en la relación de tus hijos entre ellos. Y también es muy útil si aprendes tú a acompañar sus momentos de tensión. En este post te cuento cómo puedes acompañarles en sus conflictos de una forma más respetuosa y constructiva.

El vínculo entre hermanos con madre/padre separados

Cuando mamá y papá viven en casas diferentes, es fácil que los hermanos encuentran entre ellos el refugio que necesitan. A veces crean un vínculo entre sí más fuerte, de una conexión mayor precisamente porque son los que permanecen juntos en todo momento. 

Y es que en su día a día a veces están con mamá y a veces con papá, pero entre ell@s lo habitual es que siempre están juntos, por lo que su relación puede convertirse en un lugar de mayor seguridad y una conexión especial. 

Cada uno puede vivir la separación de un modo muy distinto, pues cada cual tiene su propio temperamento y forma de interpretar los hechos. Aún así, favorecer la conexión emocional en su relación de hermanos es muy positivo, especialmente en estos casos, porque les ayudamos así a que cuenten con una persona de confianza en todo momento. Se enfadarán y tendrán sus conflictos, por supuesto, ¿y quién no?, pero podrán sentir que se tienen el uno al otro. 

Aunque como te decía al inicio, la relación que tengan no depende solo de ti ni de su padre/madre. Lo que está en tu mano es evitar las comparaciones, darle tiempos de exclusividad cada día que están contigo y reíros, jugar y hacer actividades que favorezca que estés presente de cuerpo y mente. 

La alegría es de las emociones que más nos conectan a las personas. Ríete con ell@s y disfrutad juntos, eso une mucho. Y al mismo tiempo estás creando recuerdos bonitos 😉

Y si existen hermanastros todo esto que te he contado es aún más importante que lo tengas en cuenta: favorecer la conexión emocional a través de espacios de encuentro y la risa, en casos de conflicto escuchar sin juzgar y validar todas las partes, así como transmitirles que ninguno va a quitarle el lugar al otro. A veces no solo surgen celos en estos casos, sino miedo a que el otro o la otra le vaya a quitar su lugar como hijo.

Me explico: en casos de familia reconstituida en los que ambos miembros de la pareja aporta hijos de la relación anterior, es muy conveniente cuidar todo lo anterior. Pues cuando va a nacer un hermano biológico, por poca preparación que haya, el hermano/a mayor va viendo cómo crece la barriga de mamá y va siendo testigos de los cambios que se van produciendo en el hogar para recibir al nuevo miembro de la familia.

Sin embargo cuando se trata de familias reconstituidas, quien ha ocupado el rol de hermano mayor ahora puede ser mediano en esa nueva familia y eso supone un cambio importante para él o ella. Igual con el que haya sido hasta el momento tu pequeño de la familia, a lo mejor deja de ser el más peque. Son cambios que a priori pueden parecerte nimios, pero no lo son en su vida. Están cambiando su rol de hermano en vuestra nueva familia y es importante tenerlo en cuenta porque son cambios que pueden generarles inseguridad, y de esta viene entonces la emoción del miedo.

Otro de los miedos que puede aparecer es el de que algunas de esas personitas le quiten su lugar frente a ti. Vaya, el miedo a que si quieres a sus hermanastros, le quieras menos o dejes de quererle. Este miedo es muy común en estos casos y es muy importante que le hagas saber que aunque quieras a los hijos de tu pareja, su lugar como hijo/a tuyo es irremplazable y tu amor por él o por ella es insustituible.

Saber y entender que aunque tú quieras mucho a su hermanastro/a, su lugar como hijo tuyo no peligra, evita que surjan posibles rivalidades.

Recuerda que el mal comportamiento es fruto de necesidades no satisfechas y que entre ell@s pueden estar a gusto jugando solos 15, 20, 40 minutos pero todo tiene un límite y la capacidad de sostén propio es limitada. A partir de un momento necesitan de nuestra presencia, cambio actividad, cambio energía…

Te sugiero un cuento que a nuestros peques les gusta mucho y nos demandan su lectura de vez en cuando: Tú y yo hermanos. Y si hay hermanastros, el cuento Tengo 3 de 5 puedes ser una gran opción.  Si conoces algún otro que te guste déjamelo en comentarios y le echo un vistazo 😉

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: familia reconstituida, madres separadas, padres separados, relación entre hermanos, resolución de conflictos, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones

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