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Separación

CÓMO LE DIGO QUE TENGO UNA NUEVA PAREJA

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 2 comentarios

La vida continúa después de la separación y no es algo por lo que debas sentirte culpable ni reprochar a la otra parte cuando veas que sigue adelante con su vida. Es verdad que puede dolerte ver que la otra persona está bien sin ti y que tiene una nueva pareja. Ese dolor nace del ego y está basado en el miedo. Te animo a que acudas a tu esencia para poder ver la situación con la mirada del amor, ésta es la única que te traerá paz y sosiego. 

La llegada de una nueva pareja puede provocar determinadas reacciones, sobre todo en quienes no tengan la herida de la separación totalmente cerrada, es decir, en quienes no tienen el duelo elaborado.  Sea cual sea tu caso, recuerda que no puedes controlar lo que está de piel para fuera, solo está bajo tu control aquello que tienes de piel para dentro. Por lo que, ¿dónde quieres poner el foco y la energía? 

Es bastante frecuente que la relación entre dos personas que cesaron su ciclo como pareja, se tuerza cuando uno de los dos inicia una nueva relación. Esto sucede no tanto por el hecho en sí, sino porque en la situación afloran las heridas y el vacío de quién no tiene pareja en ese momento. 

Ante esta situación dicha persona puede hacerse cargo de forma responsable de lo que está sintiendo (actuar desde la adulta) o verter su dolor y sufrimiento en la otra persona y entonces iniciar una batalla (niñ@ interior). 

Recuerda que, si la otra parte no es capaz de actuar desde la persona adulta que es, es mejor no entrar en su batalla. No te tomes su comportamiento como algo personal contra ti. El hecho de que tú te mantengas en tu centro y dejes tus heridas a un lado, es un regalo para tus peques que les permitirá seguir creciendo con seguridad, pues al menos tiene un referente que les da lo que necesitan. 

¿Cuándo presentar a la nueva pareja?

No existe un manual que te diga cuándo es el mejor momento ni hay un calendario estipulado que deba seguir cualquier madre o padre que inicie una nueva relación. 

Yo diría que tuvieras en cuenta dos cuestiones: 

– Valora cómo de integrada tienen la separación tus peques, para facilitar la aceptación de la nueva persona, pues si aún no tienen integrada la separación puede ser más difícil acoger a una nueva persona en su núcleo familiar. 

– Las criaturas tienen el mayor radar de autenticidad que existe, por lo que tienen la capacidad de saber las cosas aunque no se las contemos. Perciben los cambios y cómo nos sentimos, así que aunque no puedan saber con detalle qué está sucediendo, sí pueden intuir que algo ocurre pese a no poder intelectualizar el qué. 

¿Cuándo se lo digo entonces? Escucha tus tripas y confía en tu intuición. Que las mariposas del enamoramiento no te hagan correr demasiado, pero que los miedos y juicios de la mente no te hagan ocultarles algo que de alguna manera saben. 

Como siempre en el equilibrio está la respuesta 😉

Si creas el encuentro de tu pareja con tus peques diles la verdad hasta donde puedan saber, es mejor eso que pensar “total, son muy peques y no se van a dar cuenta”. Si van a saber algo mejor que sea por ti antes que por otra persona o porque los hechos lo evidencien. Es una oportunidad para estrechar el vínculo y sembrar confianza en vuestra relación. 

Por ello no les presentes a tu nueva pareja diciéndoles que es un amigo o amiga cuando andáis en pleno enamoramiento, pues lo verán. Eso se nota y lo perciben con más facilidad que cualquier otra persona adulta. 

Si les mientes o les ocultas información que pueden percibir por sí mismos, sentirán que no les tienes en cuenta o que no confías en ellos, o peor, que les mientes. Para una relación sana y buena conexión emocional, la confianza es fundamental y con cuestiones así se deteriora. Pero relax, que si ya te ha pasado y al leerme piensas que has metido la pata, recuerda que todo se puede reparar, y más aún con las criaturas quienes de rencor no entienden ni una pizca. 

Ahora bien, si es una persona con la que sales pero no hay pretensión aún, de que sea una relación estable y duradera y quieres compartir tiempo con esa persona y tus hij@s, puedes contarles que es una amiga o amigo que es importante para ti y por eso te apetece que se conozcan, por ejemplo. Básate en tu verdad y ten en cuenta su edad a la hora de comunicarte. 

Como ya he señalado no existe un manual, la mejor guía está en tu interior. Trata de apagar o bajar al máximo el volumen del ruido mental donde están los juicios y miedos para escuchar tus tripas y hacer desde ahí. 

A la hora de hacer la presentación hazlo con sencillez y con conciencia. Al ponerle conciencia ya estás cuidando el momento, así que naturalidad. 

La mayoría de criaturas viven un momento así con total normalidad e incluso con mucha alegría y podrían vivirlo siempre de esta forma, sin embargo esto se tuerce muchas veces por la contaminación adulta. Cuando los egos adultos hacen acto de presencia, las criaturas son las primeras afectadas, por ello es importante que al menos tú te mantengas en tu centro. Ya seas tú quien inicia una relación de pareja o tu ex. 

Teniendo en cuenta que l@s niñ@s suelen contar lo vivido con total naturalidad, es fácil que la información de una nueva pareja llegue a la otra parte. Si eres tú quien inicias una nueva relación, puedes contárselo a tu ex para que cuando los peques lo comenten en la otra casa, no haya caras de sorpresa.

De esta forma en los casos en los que la noticia cae como un jarro de agua fría, se da tiempo para que quien la recibe, pueda volverse a templar y centrar sin que los peques estén presentes. De lo contrario pueden percibir desde el inicio que algo pasa, que algo está mal o cualquier otra cuestión que al desconocer lo que está sucediendo, les genere inseguridad o les haga crearse su propia película muy alejada, o no, de la realidad. En cualquier caso, película que no les corresponde y de la que deben estar al margen.

No fuerces el amor

A partir de la presentación deja que las relaciones se establezcan progresivamente. Lo que suceda el primer día no condiciona el resto de la relación. A veces son las expectativas sobre el momento las que generan frustración. Entrégate al momento y fluye con lo que suceda. 

Si en algún momento de la relación sientes que no aceptan a tu pareja, no fuerces la situación. Cuando sienten conflicto de lealtades es difícil que se de esa aceptación en paz, querer a esa otra persona les genera estrés y culpa en muchas ocasiones (cuando hay contaminación de egos adultos).

Y si tú no tienes pareja y tu ex sí, te animo a que les transmitas a tus peques que pueden querer a la otra persona, pues el amor cuanto más se da, más crece, y que la quieran a ella no significa que te quieran menos a ti. 

Que llegue una nueva pareja no quiere decir que tu lugar como madre o su lugar como padre peligre. Ese es el gran miedo que se despierta ante la llegada de una nueva pareja. Y sobre ello puedes leer más en mi último post donde hablo de los miedos de la madre separada y la madrastra. 

El equilibrio en la familia 

Es muy importante que en vuestro sistema familiar tengáis claro qué lugar ocupa cada miembro de la familia y que cada persona adulta le ponga conciencia a los miedos que se despiertan en su interior, para no proyectar sus vacíos e inseguridades en ninguna otra persona. Aunque en tu poder sólo está el reconocer y transitar tus propios miedos y entender que si otra persona batalla contigo, el problema no eres tú, sino que está volcando su dolor y sufrimiento sobre ti. 

Las decisiones relevantes sobre la vida de los hijos e hijas les conciernen a su padre y su madre, pero si hay convivencia con las nuevas parejas, estas también ocupan en esa vivienda una figura de autoridad, que no tiene porqué ser autoritaria, y debe dársele y reconocérsele ese sitio. 

El orden en el sistema familiar, en los miembros de la familia, es fundamental para que las criaturas puedan sentir seguridad, confianza y protección.

Hay un cuento que en casa nos gusta mucho y que ayuda mucho a integrar el concepto de que querer a otras personas y aliviar el conflicto de lealtades: Hay amor para todos. ¿Lo conoces? ¿Qué te parece?

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, madrastra, madre separada, madres separadas, padrastro, padres separados, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones, ser madrastra

LA MADRASTRA Y LA MADRE SEPARADA

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 2 comentarios

Ser madrastra va mucho más allá del estereotipo de los cuentos y de la rivalidad entre mujeres. 

La mayoría de las mujeres hemos crecido y sido educadas en un entorno de rivalidad entre nosotras y de imperfección por el hecho de ser mujer. De hecho, esto último suma aún más a dicha rivalidad. 

Nos hemos creído el mensaje patriarcal de la competitividad y la lucha de poder olvidándonos así de nuestra propia esencia: el amor. 

Juntas las mujeres sumamos mucho más. Las redes que podemos tejer entre nosotras son realmente maravillosas, pero para ello necesitamos desaprender ese modo tan arraigado en nuestro inconsciente que nos dice que, “si ella está allá arriba entonces yo estoy aquí abajo”, y entonces entramos en rivalizar. 

No, no tiene porqué ser así. Cada persona es única e irrepetible y cada una de nosotras aportamos cosas muy diferentes, o similares, pero desde nuestra esencia única e inigualable, lo que nos convierte a su vez en únicas.

Todas las personas somos complementarias y el mundo necesita de la luz de todas y cada una. La luz de una mujer no apaga la luz de otra, más bien todo lo contrario. Yo nos veo como antorchas, y cuando una se permite prender su luz, su fuego, permite que otras puedan prender su propia luz a partir del fuego de la de al lado. 

Partiendo de la base de rivalidad y competitividad en la que hemos crecido las mujeres en occidente, es normal que ante la llegada de una nueva figura femenina a la familia, como es la madrastra, el miedo haga su aparición por la puerta grande. 

Precisamente de dicha rivalidad entre mujeres es de la que se ha alimentado Disney para potenciar la imagen de madrastra como figura malvada en sus historias, ¿quién no recuerda la odiada madrastra de Cenicienta?

Sin embargo, una madrastra no es más que una mujer que inicia una relación de pareja con otra persona que tiene peques de una relación anterior, y no llega para quitar el lugar de nadie, ni para restar, sino todo lo contrario. 

La llegada de la madrastra a la familia puede sumar y mucho porque el amor no se divide, el amor suma y se multiplica cuanto más amor damos. Por eso ante la llegada de la madrastra lo que sucede es que nacen nuevos vínculos y nuevas figuras de referencia para las criaturas. 

Las dificultades surgen principalmente en dos sentidos:  

La madre separada: quién ante la llegada de una nueva figura femenina en la vida de sus peques, teme que su lugar como madre sea usurpado. Es fácil que ella conecte con sus miedos que tienen más que ver con su niña interior, con su herida primaria. Miedo al vacío, al abandono, a no ser suficiente, a que ya no la quieran, a que la otra persona sea mejor que ella… 

La madrastra: carga con un rol que no ha elegido de primeras, sino que le ha venido dado al enamorarse de una persona que ya tenía peques. Un rol que lleva consigo numerosas cargas sociales y juiciosas que dificulta saber cuál es su papel en esa familia enlazada que ha nacido con su llegada.

Los miedos son los mismos y vienen del mismo lugar: la niña interior herida. Se pone en alza entonces sus inseguridades y el miedo tanto a no hacerlo bien como a no ser suficiente, entre otros. 

Como ves, tanto de una mujer como de otra lo que se mueven ante el rol de madrastra es miedo, miedo y más miedo. ¿Y ahora qué? 

Te puedes quedar en la visión del miedo donde nunca encontrarás paz, plenitud ni satisfacción y en su lugar mantendrás una inquietud constante que a veces sentirás con más fuerza y otras con menos. O puedes cambiar tu visión para siendo la situación la misma, mirarla con otras gafas diferentes, las gafas del amor. 

Para poder hacer ese cambio, seas tú la madre separada o la madrastra, es importante que primero puedas reconocerte a ti misma todos los miedos que sientes. Ponle nombre a cada uno de ellos, mira con qué situaciones y/o miedos de tu infancia puedes conectarlos, háblale a cada uno de ellos y háblale a tu niña interior. Explícale cómo ahora ya eres adulta y tú te vas a hacer cargo de la situación, por eso no tiene que preocuparse. 

En la medida en la que puedas reconocer tus heridas de la infancia y puedas automaternarte, irás sanando y pudiendo tener puestas cada vez durante más tiempo las gafas del amor. 

Eso no significa que tengáis que ser amigas, sino que puedas dejar de verla como tu rival. La madre separada es fácil que vea a la madrastra como rival en la relación con los hijos y la madrastra a la madre separada como rival en la relación con el padre, pues puede temer que este vuelva a enamorarse de la madre. 

Miedo, miedo y más miedo de nuevo. 

¿Y qué se le está enseñando mientras tanto a las criaturas? A esos niños y niñas que no entienden de rivalidad en el amor sino todo lo contrario. 

Somos seres amorosos por naturaleza y las criaturas, sobre todo antes de la llegada de la adolescencia, están muy conectadas a su esencia, por lo que es muy fácil que vivan las situaciones nuevas con las gafas del amor puestas. Salvo cuando reciben contaminación adulta, donde entonces es fácil que entren en conflicto de lealtades. 

¿Qué pueden ganar ante la llegada de la madrastra?

Ganan en contar con una persona más que les proporciona amor, cuidado, confianza… una figura más de referencia en su vida. 

El rol de madre y el rol de padre está muy definido en nuestra sociedad, mientras que el de madrastra no. Y depende mucho de cada familia y de cómo sean las relaciones que esta ocupe un lugar u otro en la relación con las criaturas.

Sin embargo, hay algo que está muy claro, en el corazón de los hijos e hijas el lugar que ocupa su madre y su padre no lo puede ocupar ninguna otra persona. 

Imagina que su corazón es un patio de butacas, pues bien, delante de todas las butacas hay dos tronos que son de las mismas dimensiones y están a la misma altura. Uno de estos es para mamá y el otro es para papá.

En la primera y segunda infancia somos su dios y su diosa y nadie puede ocupar nuestro lugar, incluso en los casos en los que hay negligencia por parte de uno de los dos, las criaturas siguen teniendo ese espacio sagrado en su corazón para cada progenitor. 

Ese patio de butacas que está en su corazón va creciendo en la medida en la que van incorporándose nuevas personas a sus vidas y cada una de ellas viene a enseñarles y aportarles algo que ninguna otra persona puede enseñarles ni aportar. 

Como les decimos a nuestros peques, el corazón es como un globo, cuanto más soplas más crece, pues a cuantas más personas amamos, más crece nuestro corazón. 

La madrastra y el padrastro podrán llegar a ocupar sillones preferenciales en ese patio de butacas del que te hablo, pero serán eso, sillones preferenciales, no tronos porque el lugar que ocupa un padre y una madre en su corazón es SAGRADO.  

Otra de las dificultades que se dan en la relación madre separada y madrastra surge del padre, quien puede que busque en la madrastra que ella asuma la responsabilidad maternal cuando sus peques están con él y su pareja. 

Al tener escasos referentes de padres presentes, muchos hombres se sienten perdidos en su rol de padre e inconscientemente buscan que su compañera ejerza por él sus responsabilidades parentales. 

Una vez más se ponen de relieve los miedos, en este caso del padre, quien se encuentra desorientado en su rol en la crianza de sus peques . Muchas veces porque en la relación de pareja anterior era la mujer quien llevaba el mayor peso de la crianza. Vuelven a flote miedos al vacío, a no ser suficiente, a no hacerlo bien… 

Como siempre digo, no todo está a tu alcance, lo único que puedes controlar es lo que está de piel para dentro. Está en ti decidir qué gafas quieres ponerte para ver la familia que sois, una familia cuyo molde ha crecido y se ha ensanchado dando cabida a más personas.

Ese cambio de mirada no tienes que hacerlo de hoy para mañana, requiere consciencia, autoobservación y práctica. Date tiempo, no te presiones y trasciende la mirada del miedo al amor, eso te permitirá vivir con más paz.

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LA SEPARACIÓN CONSCIENTE

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

¿Por qué la Separación Consciente es tan importante ante un divorcio? ¿Por qué separación consciente? ¿Cuál es la diferencia con la separación al uso?

La diferencia es enorme. En la separación consciente, como en la crianza consciente, a diferencia de la tradicional, ante cualquier toma de decisión hay una reflexión, un cuestionamiento acerca de la misma. Además, se hace teniendo en cuenta a los hijos e hijas como personas, como partes afectadas de cada decisión valorando sus necesidades y momento del desarrollo vital en el que están. 

Si nos dejamos llevar por la inercia educamos desde nuestro automático, desde el registro que tenemos en nuestro cerebro, es decir, tal y como lo hicieron con nosotras. Sin embargo, en la propuesta de crianza consciente lo que se pretende es que paremos, que nos cuestionemos cada decisión y la tomemos desde la conciencia de lo que estoy haciendo, diciendo y cómo. 

En el caso de las separaciones de pareja, si lo hacemos desde el automático podemos caer con facilidad en separarnos desde el conflicto, desde las heridas de cada persona adulta, y en ese momento se nos olvidará cuidar y proteger a quienes más lo necesitan en este momento, los hijos e hijas.

Durante muchísimos años se nos ha hecho creer, especialmente a las madres, que separarnos es lo peor que le podemos hacer a nuestros hijos e hijas y el mensaje era algo así como que ya quedarían “marcados” de por vida. 

Sin embargo, ahora sabemos que no es así, que la separación y el divorcio en sí mismo no tiene por qué ser causa de problemas psicológicos en los niños y niñas. Es un acontecimiento que puede ser muy doloroso, pero con tu ayuda, y si es posible, la de tu ex pareja, lo pueden asimilar y podrán vivir felices adaptándose a la nueva estructura familiar. Y es que lo malo no es la separación, sino todo el peso que le ponemos a esta por las etiquetas, juicios y creencias limitantes.

De hecho, lo que sí influye mucho y negativamente es convivir con una pareja que no se quieren como tal, que se pelean o que no se respetan, pues en esos casos las criaturas van absorbiendo toda esa tensión. Y mantener durante mucho tiempo una situación así, hará que los niños y niñas aprenda a relacionarse con los demás a través de discusiones, peleas y faltas de respeto, normalizando el hecho de vivir en un ambiente carente de cariño y amor.

En la Separación Consciente las necesidades de las criaturas quedan cubiertas y esto permite que una vez vivida la adaptación a la nueva estructura familiar, se pueda integrar la separación o divorcio, y entonces se termina convirtiendo en algo más de la vida, en una etapa más, no es un punto de inflexión hiriente o traumático.

Y es que una separación no tiene porque ser traumática ni mala, lo que puede dañar es una mala gestión de la separación, por eso es importante recabar información y tener en cuenta otras formas de llevar a cabo un divorcio como es a través de una separación consciente.

La separación de pareja es cosa de dos y cada cual es libre de elegir qué quiere cocrear en esta. No puedes controlar lo que hace la otra parte, lo único que está bajo tu control es de piel para dentro y puedes llevar a cabo una Separación Consciente aunque tu ex no esté por la labor, en este vídeo te cuento más sobre ello.

La Separación Consciente se basa en dos pilares fundamentales: 

  1. Poner en el centro de cada una de las decisiones las necesidades de los hijos y las hijas.
  2. Vivir la separación desde tu centro, desde tu yo adult@.

Para atender el primer pilar es imprescindible que atiendas el segundo, y es que con el fin de la relación de la pareja es fácil que se abran heridas que nada o poco tienen que ver con la relación, y mucho con la infancia e historia de vida de cada cual. 

Por eso mismo es importante que te hagas cargo de lo que a ti se te mueve, de tu dolor, tus miedos, dudas, culpas… para así poder después tomar cada decisión desde la persona adulta que eres y no desde tu niñ@ interior.  

De lo contrario, es fácil que os terminéis comportando como dos peques peleando, pues si cada uno se posiciona en su niño y niña interior, ¿quién se hace cargo responsablemente de los hijos? Si ambos termináis peleando en una batalla de egos, los hijos e hijas se quedan huérfanos emocionalmente. 

Tus peques no tienen recursos a los que acceder más allá de sus referentes, especialmente su madre y/o padre, sin embargo las personas adultas, a las que se nos supone maduras, podemos acceder a ayuda que nos permita transitar momentos difíciles, como pueden ser ayuda de familiares, amistades o profesionales. Es importante que encuentres tu propio espacio para desahogarte y nutrirte para así poder vivir la separación desde tu centro, es decir, llevar a cabo una Separación Consciente. 

A veces la tendencia es caer en el lamento y el victimismo, los hechos pueden favorecerlo porque hay situaciones realmente complejas y difíciles, sin embargo con ayuda puedes afrontarlas mejor. Piensa que si para ti son difíciles, mucho más para tus criaturas y su inmadurez cerebral les impide procesarlas con ligereza. 

Por ello es tan importante que te ocupes de ti y encuentres el sostén emocional que necesitas para transitar todo el malestar que la situación te puede generar. La mayoría de las veces no vas a poder cambiar lo de fuera, pero sí puedes elegir cómo quieres afrontar la situación. 

Tenemos tan integradas las creencias limitantes en torno a la separación y tantos juicios hacia esta, que vivimos algunas cuestiones como verdad cuando no tienen por qué serlo. Cuestionarte las creencias puede ayudarte a vivir la situación con más paz y mucho menos sufrimiento. 

La idea de que la separación traumatiza a los hijos y que además es una decisión egoísta por parte de los padres, quienes «ya no saben aguantar por los hijos”, genera una culpa y sufrimiento que dificulta mucho poder vivir la separación desde el yo adulto. Al margen de que ese aguantar por los hijos es cargarles a ellos con una responsabilidad que nos les corresponde, pues en esos casos actúan como hijos pegamento forzando una relación de pareja cuyo ciclo como tal ha terminado. 

Las criaturas no necesitan a unos padres conviviendo forzosamente, necesitan amor y que sus necesidades básicas sean cubiertas. Y para cubrir esto, la convivencia no es un elemento indispensable. Lo importante no es la forma de la estructura familiar, sino que sus necesidades sean atendidas, siendo esto lo que va a favorecer una buena adaptación al nuevo molde familiar .

Ofreciéndoles el sostén emocional que requieren durante la adaptación y atendiendo sus necesidades emocionales, estarás llevando a cabo una Separación Consciente y mucho antes de lo que puedas imaginar, vuestro nuevo molde familiar te parecerá lo más normal del mundo. 

Lo que necesitan tus peques en el proceso de separación

Según la edad y el momento evolutivo en el que se encuentran sus necesidades varían, sin embargo, hay unas necesidades básicas que son iguales para todas las personas y muy importante cubrir en la infancia. 

Me refiero a la necesidad de sentirse sentido, es decir, visto, escuchado y atendido, así como a la necesidad de sentir que es válido, amado y la necesidad de pertenencia. Tenerlas cubiertas les ofrece la sensación de seguridad, protección, confianza y cuidado que requieren durante toda la infancia y también en la adolescencia.

Ante la separación el suelo de su familia se tambalea, se da un cambio importante y la estructura familiar en la que han crecido se va a ver muy modificada, por ello surgen en muchas ocasiones inseguridades que en los más pequeños se traducen en miedos y estos a su vez en comportamientos poco habituales. 

¿Cómo cubrir esas necesidades?

  • Ante el proceso de separación de sus progenitores necesitan saber que seguís queriéndoles y amándoles por encima de todo. Que vuestra relación de pareja cesa pero no vuestra relación como madre y padre. Porque aunque a veces pueda pesaros, seguís siendo familia y necesitan saber que seguiréis siendo siempre su madre y su padre, pues ese rol no deja de existir en ningún momento. Eso les ofrece sensación de seguridad, protección, confianza y atiende la necesidad de pertenencia.  
  • Igualmente necesitan saber que pueden seguir amándoos a ambos. Que el hecho de que ya no seáis pareja no supone que tengan que elegir entre uno de los dos, sino todo lo contrario, que es bueno que os sigan queriendo a cada uno de vosotros. Saber esto les calma y apacigua la posibilidad de que se de algún conflicto de lealtades, lo cual genera mucha culpa y malestar emocional. 
  • Es importante que en el nuevo molde familiar haya una estructura. No importa tanto cómo sea esta como que exista. Lo ideal es que a la hora de establecer dicho orden se tenga en cuenta el momento evolutivo de las criaturas y sus necesidades para establecer un apego seguro. 
  • Aunque la separación no sea mala ni dañina supone un cambio vital que requiere un proceso de adaptación. Para que puedan integrar este cambio vital es necesario que una de las partes o las dos podáis validar las emociones que afloren en los más pequeños. Se trata de que les escuches con los oídos, los ojos y el corazón, y para que tu escucha sea limpia y no proyectes tus propias emociones en tus peques. Para que esto sea posible es crucial que primero tú transites tus propias emociones, y si lo necesitas busques ayuda tal y como te contaba antes. 
  • Y en el proceso no te centres en su comportamiento si te resulta molesto. El mal comportamiento no es más que la forma en la que sabe y puede hacerte saber que te necesita, que tiene un malestar interno que no sabe gestionar. 

Y es que su comportamiento puede que no sea apropiado, pero lo que siente siempre es lícito. Conecta con lo que está sintiendo y ponle palabras. Recuerda que la palabra siempre calma y cura y sentir que le escuchas, que le entiendes, que su emoción es validada es cubrir muchas de sus necesidades básicas más importantes.

¿Es una utopía?

Una Separación Consciente no es una utopía, es una realidad cada vez más habitual. Lo que sucede es que en nuestra sociedad tenemos muy normalizada la guerra, el conflicto y todo lo que nace del miedo, sin embargo aquello que nace del amor, como es una Separación Consciente, se ve como algo extraño e imposible.

No lo es, y en el Congreso Creando Nuevas Familias ofrecimos muchos ejemplos a través de personas que han llevado a cabo una Separación Consciente. Nos falta información y modelos de referencia y de ahí que desde Creada queramos ofrecer ambas cosas, para visibilizar que se puede. Y que no es cuestión de tener suerte o ser especiales, sino de tener la información necesaria para poder llevarla a cabo.

Ahora bien, una Separación Consciente no e una garantía de una buena relación con tu ex pareja. Eso puede darse en ocasiones como consecuencia de que tú la lleves a cabo, pero esa buena relación no depende solo de ti, es cosa de los dos.

Lo que sí ofrece la Separación Consciente es la tranquilidad de poder aportarle a tus peques lo que necesitan de ti para crecer emocionalmente sanos. Tú puedes enredarte en la lucha de egos o salir de ahí, ocupar tu responsabilidad parental y entonces ser la cueva, el refugio que tus peques necesitan. Y ofreciéndoles el sostén emocional que te he comentado antes se irá reparando el perjuicio que la otra parte pueda estar ocasionando en los casos en los que así sea.

Más adelante escribiré un post sobre qué pasa cuando tu ex no está disponible para una Separación Consciente, por ahora puedes ver el vídeo de YouTube que te enlacé al inicio de este post y donde hablo sobre ello o si prefieres escucharme mientras vas en el coche o haces cualquier otra cosa, puedes hacerlo desde nuestro Podcast.

Y si quieres profundizar en la Separación Consciente, conocer muchos otros casos de madres que la han llevado a cabo, así como acceder a recursos de comunicación, libros, guías, mini cursos y mucha otra información muy útil y práctica, accede al Congreso Creando Nuevas Familias y ten el acceso para ti para siempre.

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LA CULPA EN LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

¿Qué es la culpa? ¿Por qué pesa tanto en el proceso de separación?

Con la maternidad parece que nos dan la canasta con utensilios para el cuidado de la criatura que acaba de nacer y la mochila cargada de piedras de culpa. 

Y claro, una de las piedras más grandes y pesadas surge con el proceso de separación al pensar que somos nosotras quienes les estamos causando un daño muy perjudicial a nuestras criaturas o no somos capaces de evitarles dicho daño. 

Bueno, ya he dicho muchas veces que la separación ni es mala ni daña. La separación es un proceso natural de la vida y lo que puede llegar a dañar es una mala gestión de esta, pero no la separación en sí. Porque lo malo no es la separación, sino todos los juicios y creencias limitantes que hay en torno a esta. 

La culpa juega un papel muy importante porque en la medida en la que sientes culpa no te responsabilizas de lo que sí puedes hacer.  Mientras que la culpa te atrapa y te deja en la victimización y lamento, la responsabilidad te lleva a la acción. 

Desde la culpa es fácil que: 

  • No pongas los límites que tus peques necesitan. 
  • Proyectes en tus criaturas tus propias emociones.
  • No ejerzas el sostén emocional que necesitan ni como necesitan.

Y otras muchas cuestiones. Por eso hoy quiero hablarte de la culpa, para que puedas entenderte mejor y puedas liberarte de ella para vivir desde la responsabilidad. 

La culpa y la prostitución afectiva

La culpa es un invento, es la forma de mantenernos en un camino que se supone que es el correcto, como si cualquier otro fuera erróneo. 

A mí me gusta echar la mirada atrás, creo que conocer de dónde venimos nos ayuda a entendernos y comprender nuestros propios comportamientos. Y si hablamos de culpa no podemos dejar de lado la tradición judeocristiana de la que procedemos. 

¿Recuerdas el rezo del Credo cuando decía “por mi culpa, por mi culpa, mi gran culpa”? Había unas normas para todo el mundo y quienes se salieran de ellas por voluntad propia o ajena era señalado y castigado.  

Aunque no compartamos esa idea o la religión católica, la realidad es que este tipo de creencias están muy arraigadas al haberse transmitido durante muchas generaciones y requiere poner mucha conciencia liberarnos de ellas. 

Además está la necesidad de pertenencia, que es una de las necesidades básicas y que nos llevan en nuestra primera infancia a prostituirnos afectivamente, de manera que crecemos tratando de contentar a quienes nos rodean, y claro… vivir así es como ponerle una alfombra roja a la culpa e invitarla a pasar. 

Me explico: 

Al nacer las personas careceremos de personalidad y carácter. A lo que más llegamos es a tener temperamento, que para entendernos te diré que es como «los genes del carácter». Es esa parte del carácter que se activará o no en función del contexto y situaciones que vivamos durante nuestros primeros años de vida. 

De los 0 a los 7 años se va forjando la personalidad, y esta se crea adaptándose al medio, al grupo al que pertenece esa persona pequeña. Esa persona, tú cuando tenías esa edad, necesitabas sentir que pertenecías a ese grupo (familia), necesitabas sentirte querida y para satisfacer esa necesidad, te adaptaste al medio haciendo aquello que sentías que era aprobado por las personas de referencia de tu mundo, especialmente tus progenitores. 

Es lo que llamo prostitución afectiva. No te comportabas según tu Ser, tu esencia, sino de la forma en la que los demás esperaban de ti. Hacías lo que se suponía que tenías que hacer, no lo que sentías. 

A partir de los 6-7 años, cuando la personalidad ya está más o menos hecha, se produce la cronificación de esta, y como resultado de dicha cronificación se da el carácter.

El carácter no es más que el personaje que nos hemos creído ser. Es la forma en la que en ese primer septenio de vida aprendemos a desenvolvernos porque sentimos que así es como encajamos en el mundo. Sentimos aceptación y aprobación de los demás, cubriendo así una necesidad básica, la de pertenencia, pero a costa de la desconexión con nuestro propio Ser. 

Al vivir pendiente de la aprobación de los demás, cualquier acto o decisión que se aleje de las expectativas que los demás tienen sobre ti, es fácil que caigas en la culpa. Por eso te decía antes, que la culpa es la forma de mantenernos en un único camino ¿cuál? El que los demás esperan de ti. 

Desde mi punto de vista no hay nada que esté bien o que esté mal. Hay cosas que te dan paz y otras que te quitan paz. Para saber reconocer tu camino, para sentirte libre y merecedora de vivir tu propia vida, existe un camino y no es hacia fuera, sino hacia dentro: conectar contigo misma. 

En la infancia nos desconectamos de nuestra esencia, de ahí la importancia de la crianza consciente, para ayudar a nuestras criaturas a sentirse vistas y amadas por Ser. A sentirse valiosas por lo que son y no por la forma en la que se comportan. 

El personaje que nos creamos nos sirvió en una parte de nuestra vida, cumplió su función. No se trata de que ahora lo destierres y reniegues de él, en absoluto. Sino que le agradezcas lo que te ha aportado y la función que ha cumplido, para ahora irte permitiendo cada vez más conectar contigo, escucharte y vivir en consecuencia a esa escucha interna. 

A la única persona del mundo a la que tienes que serle fiel es a ti misma. Es contigo con quien vas a pasar todos los días de tu vida. 

¿Por qué aparece la culpa en la separación con tanta fuerza?

Porque una separación, y más si eres madre o padre, está muy mal vista todavía. Porque hay multitud de creencias limitantes y juicios en torno a esta y porque si no le pones conciencia es muy fácil que vivas la vida esperando la aprobación ajena, y la separación no es algo que en general las personas del entorno aprueben.

Por eso es importante que le pongas conciencia a por qué te sientes culpable. Te mereces vivir tu propia vida, una vida fiel a lo que sientes, fiel a ti misma. Una vida plena y feliz porque ese sin duda es el mejor y mayor regalo que puedes hacerles a tus peques. Todo lo demás sobra. 

Sucede que cuando nos atrevemos a tomar decisiones desde nuestro fuero interno, desde la conexión con nosotras mismas, no estamos acostumbradas y corremos el riesgo de sentir que estamos traicionando a las personas de nuestro entorno. 

Y déjame decirte una cosa, no estás traicionando a nadie, estás viviendo tu propia vida, Y TE LO MERECES. La vida es efímera, y quizás larga, pero se esfuma en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué vida quieres vivir, la tuya propia o la que los demás esperan que vivas? ¿La que tú sientes o la que se supone que es correcta? ¿Correcta en base a qué o a quién? ¿Qué o quiénes establecen qué es correcto y qué deja de serlo?

En el Congreso Creando Nuevas Familias hablamos con varias ponentes sobre la culpa y muchas de ellas contaban cómo habían llevado a cabo su proceso de separación consciente. Si quieres sentirte acompañada, conocer diferentes casos de separaciones conscientes, aprender a comunicarte de otra manera con tu ex y tener más recursos y herramientas para el día a día con tus hijos. Entonces regálate el acceso PARA SIEMPRE del congreso. Así tendrás disponible las 36 ponencias + los mini cursos, guías, libros y descuentos en asesorías que prepararon las ponentes para el congreso 😉.

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LOS LÍMITES TRAS LA SEPARACIÓN

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Los límites son un acto de amor

límites y normas

Frecuentemente veo en las sesiones con madres cómo les cuesta mantener los límites en el día a día tras la separación o divorcio. Detrás de esa dificultad veo mucha culpa, “porque encima de lo que lleva pasado, no me voy a poner muy estricta”.

Reconozco esta sensación de culpa mezclada con miedo porque yo también lo sentí. Después de separarme me daba pena que mis peques además de transitar dolor, tristeza e inseguridad, entre otras muchas emociones incómodas, tuvieran que, además, transitar las emociones derivadas de ponerle límites, me generaba mucha culpa.

Pero, ¿sabes qué? Que los límites son muy importantes por varias razones y de eso te vengo a hablar hoy.

A veces es la culpa la que dificulta poner límites, otras veces es el miedo a que te quieran menos o que te dejen de querer y otras muchas es el temor a su reacción. 

Los límites salvaguardan la integridad física, psíquica y/o emocional de tus peques, dan estructura y, además, los necesitan para sentirse queridos, apoyados e importantes. Lo sano y esperable es que protesten ante un límite, como ponerse el cinturón en el coche por ejemplo, pero su protesta no debe disuadirte de cuidarle, pues los límites cuidan y protegen, son el primer acto de amor y son necesarios para su desarrollo.

Lo que sucede es que si tú estás en un momento vulnerable como puede ser en el proceso de separación, es fácil que te cueste más trabajo sostener esa queja, rabia o desacuerdo que manifieste. Si aceptas que no le va a gustar, te será más fácil poner los límites y sostenerles en los momentos de queja. Que se enfade o proteste no quiere decir que te quiere menos, en absoluto. Las personas adultas tenemos la fantasía de que aceptarán los límites sin rechistar, pero eso no es sano precisamente. Acompañarles a transitar sus emociones es un aprendizaje que adquieren desde la experiencia del día a día y que les ayuda a crecer sanos emocionalmente.

¿Qué son los límites? ¿Cómo transmitirlos?

Los límites establecen el marco en el que se pueden mover, les da estructura, de ahí que les proporcione seguridad, protección y entonces confianza. La falta de límites, lejos de ayudarles les puede perjudicar, pues a la sensación de inseguridad que provoca en ocasiones el cambio de estructura familiar, se le suma la falta de ese marco vital. E incluso les puede hacer sentir que no son importantes.

Para que la información del límite les pueda llegar, es clave que revises cómo se los transmites, ¿lo haces sabiendo el bien que les haces o desde la culpa y el miedo a dañarles? ¿te sientes segura o insegura? Los niños y niñas reciben más la información de lo que perciben de sus figuras de referencia que lo que se les dice, por ello es importante que haya coherencia entre lo que estás sintiendo y lo que les estás diciendo. Esto lo puedes trasladar a cualquier otro asunto más allá de los límites.

Por eso te animo a que antes de marcar los límites, te pares a reflexionar acerca de los mismos y te cuestiones su sentido. Si hay algún cambio siéntate a contarles los que va a haber en adelante. Los podéis escribir o dibujar y colgar en algún lugar visible de vuestra casa y cuando se los recuerdes, hazlo con firmeza. Eso no quiere decir que te tengas que enfadarte al poner, gritarles o pegarles, en absoluto, sino que el límite tenga consistencia, que tenga raíz dentro de ti para que pueda recibirlo con esa seguridad que les hace saber que es innegociable, precisamente porque les estás cuidando.

A la hora de poner el límite recuerda, párate tú a pensar y reflexionar sobre el mismo para ponerlo con firmeza y disponible para sostener su ira. Y si ves que tienen dificultad frecuente por respetarlos, párate, pregúntales cómo se encuentran, cómo llevan los cambios y qué piensan. Cualquier comportamiento fuera de lo normal en tus peques suele indicar que algo en su interior no está bien. Muchas veces ante la negativa reiterada a los límites suele haber alguna necesidad no cubierta. Saltárselos es su manera de hacerte saber que hay algo dentro de sí que no está bien.

La dificultad de poner límites

La primera dificultad que entrañan los límites no es el temor a la reacción al ponerlos, sino la forma en la que afrontas tú los límites en tu día a día. Me refiero a los que les pones a tus iguales y los que quieres que te respeten. 

¿Cuántas veces has dicho que sí cuando querías decir no? Cuando dices que sí queriendo decir no, estás pasando por encima de ti y te estás diciendo no a ti misma. Si, además, eres una persona empática, te puede resultar más difícil decir no. Tomar conciencia de ello y reflexionar acerca de cómo afrontas los límites como adulta, puede ayudarte a ser coherente contigo y a que te resulte menos difícil ponerles límites a tus peques, así como acompañarles con tranquilidad a su reacción.   

Otra de las dificultades a la hora de poner límites es el miedo o rechazo al autoritarismo. Déjame que miremos un poco atrás en la historia española para entender mejor esto. En nuestra historia reciente hay una dictadura que, además, ha sido muy larga y en la que ha habido muchísima represión. Como consecuencia de esto, muchas veces de forma inconsciente, hay quienes no se han cuestionado el autoritarismo en el que crecieron y lo han mantenido creyendo que era la mejor opción. Y por el contrario, hay quienes deseosos de libertad se han posicionado en el extremo opuesto, no queriendo imponer ningún límite pensando que esa era la mejor opción. 

Sin embargo, yo creo que libertad y límites no está reñido, sino todo lo contrario, el problema viene cuando nos posicionamos en un extremo de forma inamovible. Se trata, más bien, de que teniendo en cuenta su edad, madurez y circunstancias, pongas los límites que les cuiden, aquellos que les ofrezcan seguridad al tiempo que autonomía y sensación de ser capaces. También los límites que les ofrecen orden y estructura, que les hacen sentirse importantes y queridos. 

La mayoría de la población adulta venimos de una infancia en la que ha primado el autoritarismo. Hemos recibido una educación adultocentrista en la que los niños no eran tenidos en cuenta como lo que son, seres amorosos y sabios. Por lo que las normas se imponían gustaran o no y todo era “porque lo digo yo”. 

Por eso al querer llevar a cabo una crianza consciente o respetuosa es fácil caer en el extremo de no poner límites al querer respetar su ser. Sin embargo, así, lejos de ayudarles se les puede perjudicar. 

Los límites en casa de papá y los límites en casa de mamá

Ya que los límites se ponen por los motivos que te he comentado, lo ideal es que en la convivencia como pareja esos límites se hayan puesto de forma conjunta, previa reflexión y las conversaciones pertinentes, y que entonces tras la separación estos se mantengan, pero no siempre es posible ni lo primero ni lo segundo. Lo sé, estoy hablando de un ideal que no sucede aún en la mayoría de las familias.

Mi propuesta es que te tomes la situación de la separación como una oportunidad para parar y revisar los límites que teníais hasta ahora y si los consideras saludables, entonces mantenlos, eso les proporciona la sensación de seguridad al mantenerse el marco que estos ofrecen. Si pueden existir los mismos límites en una casa que en otra sería genial, pero si no lo es, no te agobies, tu poder de acción es limitado. 

Te animo a que si son diferentes en una casa y en otra, o si hay cambios respecto a los que existían antes y los que existen ahora, te sientes a hablarlo con tus peques. Puede ser un gran momento para hablar de límites y normas.

Las normas son más flexibles y varían de una familia a otra porque se ponen para favorecer la convivencia en el espacio común. Por ejemplo, hay familias que tienen permitido saltar en el sofá mientras que para otras no lo está, o familias en cuyas casas se entra sin zapatos mientras que en otras se anda con estos puestos.

 Según crezcan tus peques y cambien vuestras circunstancias, las normas variarán, también los límites aunque con menos frecuencia. Te propongo que para establecer las normas les escuches y tengas en cuenta. En la medida en la que participen en la toma de decisiones de las mismas, se responsabilizarán en su cumplimiento con más facilidad, desde la conexión es más fácil que cumplan con los límites y normas. Llegar a acuerdos siempre ayuda y favorece el sentimiento de pertenencia, aunque hay que tener en cuenta siempre la edad de tus peques. Llegar a acuerdos en la etapa 0-3 es imposible, mientras que en la etapa 6-12 es fácil y muy enriquecedor para toda la familia. 

Te confieso que a mí me encantan los momentos de reuniones familiares, especialmente porque cuando quieren cambiar una norma sus propuestas son geniales, casi siempre son mejores que las que yo tenía previstas. Creo que las madres y padres tenemos la oportunidad de aprender mucho de nuestros pequeños, solo necesitan que les demos la oportunidad de expresarse.

Como te decía, lo ideal es que los límites sean los mismos y las normas similares en las dos casas en las que viven, pero también es verdad que saben distinguir qué límites y normas hay en cada casa y pueden adaptarse. Te animo a que si sabes que son diferentes en cada hogar, que lo tengas en cuenta y te pongas en sus zapatos a la hora de transmitírselas, y puedas entender la frustración u otras emociones que les genere la situación hasta adaptarse a las diferencias entre cada casa. 

Ahora bien, si además de variar de una casa a otra, en la tuya varían los límites y normas según el día y según como te encuentres, eso ya es el lío de los líos para tus peques y te lo harán saber a través de su comportamiento.

El límite no puede ser arbitrario, sino que tiene que estar pensado y reflexionado y transmitirlo con firmeza, desde la tranquilidad de que es por su bien. Será precisamente desde esa tranquilidad desde donde podrás sostener su reacción ante el desacuerdo con el mismo. 

¿Cómo te llevas tú con los límites? ¿Te sientes cómoda? ¿Te es más fácil ponerse a tus peques o a tus iguales?

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CUANDO PAPÁ SE VA DE CASA

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

cuando papá se va de casa

Cuando papá (o mamá) se va de casa puede ser uno de los momentos más difíciles en el proceso de separación, cuando uno de los dos abandona el que hasta ese momento ha sido la vivienda familiar. En una separación consciente es importante tener en cuenta que en muchas ocasiones los niños y niñas es en este momento cuando toman conciencia del cambio que supone la separación de papá y mamá.

Sé que puede ser un momento duro para todas las partes, pero recuerda que quienes menos recursos tienen son tus peques y cuidarles a ellos y ellas en este momento, puede facilitarles el proceso de adaptación a la nueva estructura familiar. 

Según la edad que tengan, en el momento de contarles que os separáis entenderán con mayor o menor precisión los cambios que eso va a suponer en su vida. Este, cuando papá se va de casa es cuando se materializa el primer gran cambio, por ello te propongo preparar y cuidar bien este momento, y de eso es de lo que hoy quiero hablarte.

Soy consciente de que no siempre es así y que a veces quien se va de casa es mamá, incluso en otras ocasiones son los dos, tanto papá como mamá porque quienes se quedan ocupando el domicilio familiar son los hijos e hijas y son la madre y el padre quienes cambian de vivienda. Sin embargo, hasta la fecha la norma general es que es papá el que se va de casa. 

Cuestiones a tener en cuenta: 

  • Prepararles previamente para el momento en el que papá se va de casa puede ayudarles mucho. Por un lado porque van haciéndose a la idea y tienen tiempo para preguntar lo que necesiten según les surjan las dudas, así como compartir contigo las inquietudes ante los cambios que se avecinen. Y por otro lado, al decírselo con tiempo se les puede incluir de alguna manera en la búsqueda de la nueva casa o enseñarles la nueva vivienda cuando la hayan encontrado. E incluso si ellos participan de alguna manera en la decoración haciendo dibujos y manualidades que se puedan poner en sitios oportunos para ello, permite que se vayan familiarizando desde el principio con el que va a ser también su hogar.  Si no es una casa nueva sino la de los abuelos, puede preparar la que durante el tiempo que sea va a ser su habitación.
  • Los rituales son símbolos que marcan un acontecimiento y ayudan a hacer el tránsito de una etapa a otra, especialmente a los niños y niñas, pues entienden mejor el lenguaje simbólico que el verbal. Por ello te propongo que hagas un rito de paso para transitar el cambio de estructura familiar que se estáis viviendo. Eso ayudará a tus peques a cerrar una etapa y abrir la que se inicia. Lo puedes hacer tú sola con tus peques o si vuestra relación lo permite, hacerlo de forma conjunta con tu ex pareja.  
separación consciente

El rito puede ser de invención propia, y si en la creación del mismo participan los niños y niñas será incluso mejor. La cuestión es hacer algo que simbolice el cierre de una etapa desde el agradecimiento y la apertura a la nueva que iniciáis. Puede ser, por ejemplo, una carta escrita por todos (con palabras o dibujos, según las edades) donde dejéis plasmado lo que agradecéis de la etapa que cerráis, la quemáis y dejáis volar las cenizas y cogéis un folio en blanco que simbolice la nueva etapa con sus nuevas aventuras y oportunidades que vais a vivir y lo enterráis en una maceta con una planta que vais a ir regando y cuidando. 

Hay muchas posibilidades de rituales, solo necesitas una pizca de creatividad. No es necesario buscar algo extravagante; menos es más. Lo importante no es lo que hagas, sino el sentido de lo que vais a hacer. El sentido se lo dais vosotros y es ahí donde está el valor, es un momento para agradecer la etapa que habéis vivido y cerráis y la que se abre con nuevas oportunidades y aventuras que os quedan por vivir. 

Si vuestra relación de padre y madre lo permite, sería ideal que el ritual lo hagáis conjuntamente. Para los hijos e hijas esto sería muy reparador, pues por mucho dolor o tristeza que sientan, se sentirán más tranquilos desde el primer momento de sentir que mamá y papá son esa fortaleza, ese equipo que necesitan que sigáis siendo. Y es que podéis dejar de ser pareja, pero siempre seréis padre y madre de vuestras criaturas.

Por el contrario, si el otro progenitor no está por ahora disponible para ser esa fortaleza contigo, que tú lo seas para tus peques es reparador también. Recuerda para llevar a cabo una separación consciente con tener a uno de los dos disponibles para ello es suficiente, porque solo tú ya eres el 50% y eso emocionalmente ya es mucho más que la mitad. 

  • Que quien deja la casa no se presente ante los peques como víctima, ya que eso no favorecerá que se sientan libres de expresarse emocionalmente tal y como se sientan en ese instante. Además, colocarse en la posición de víctima entraña el peligro de que tus peques ocupen el lugar de cuidadores, cuando les corresponde sentirse cuidados y no al contrario, pues en ese caso estarían asumiendo el peso de una responsabilidad que ni es suya ni les hace bien. 

Es importante permitirles que se expresen emocionalmente como sientan, para ello te propongo que esa despedida no sea excesivamente rápida, sino que permita algunas palabras de consuelo más allá de un simple adiós. Recuerda que transitar las emociones es sanador y muy importante para favorecer una óptima adaptación a la nueva estructura familiar.

cuando uno de los dos abandona el domicilio familiar
  • El papel de quien se queda es el de acompañar y consolar en caso necesario, permitiendo que los hijos e hijas expresen libremente sus emociones. Se les hace más fácil si saben a dónde va el progenitor que se va de casa, visualizar dónde va a estar les aporta cierta tranquilidad. Por ello si previamente se ha podido preparar el momento no tiene por qué ser desagradable, pueden llegar a vivirlo con cierta naturalidad. Va a depender mucho de la edad y del cómo haya sido el proceso de la separación hasta el momento. 
  • Contarles cuándo estarán con papá y cuándo con mamá les aporta tranquilidad y seguridad. Al principio les puede parecer un poco lioso, es normal, por eso es importante que les respondas tantas veces como pregunten. Cuanto más pequeños sean, más veces preguntarán, pues es una de las formas que tienen para integrar la información, escucharla una y otra vez de forma repetida. 

Ahora bien, para ponérselo, y entonces ponértelo fácil, te recomiendo que hagas algún tipo de calendario que le ayude a visualizar la información. Y ponlo en algún lugar visible de vuestra casa, para que así pueda acudir a él tantas veces como lo necesiten. 

Te explico dos tipos de calendarios que podéis hacer como actividad que les servirá tanto para integrar la información y ayudarles así a que adquieran seguridad ante la nueva situación de tener dos viviendas, como ritual de paso. Te daba antes una idea como ejemplo y hacer estos calendarios es otra idea también como ritual. 

  • Calendario mensual: a mí me gusta el calendario que se hace con pinzas de la ropa, pues además de ser muy visual, es una manualidad que podéis hacer conjuntamente. Además, mientras lo hacéis le puedes contar acerca de los días que estará con papá y los que estará con mamá, por lo que estarán activos ambos hemisferios cerebrales, lo cual facilita la integración de la información que están recibiendo en ese momento. 
cuando papá se va de casa

Necesitas tantas pinzas de la ropa como días tiene el año, 12 colores de pintura (una por mes) y un cordel en el que ir enganchando cada pinza que esté pintada. 

Las pinzas se pintan solo por un lado porque la idea es que según va pasando cada día, se le dé la vuelta a la pinza. De esta forma se ve a simple vista qué día es. 

Una vez pintadas y colgadas todas las pinzas se señalan los días especiales,  como cumpleaños, vacaciones o los días que se pasan con papá o mamá poniendo en las pinzas (días) correspondientes algo que lo señale como una foto del cumpleañero, el dibujo de un árbol de Navidad… así tienen la imagen visual de los días que quedan para estar con el otro progenitor.

La forma de señalar cuándo estará con mamá y cuándo con papá puede ser con la pegatina de una estrella los días de mamá y con la pegatina de un círculo con papá, por ejemplo (pegatina mejor que pintado para que te sirva de un año para otro…). 

  • Calendario semanal: es más sencillo e igualmente válido. Tú conoces mejor que nadie a tu peque y vuestras circunstancias, por lo que nadie mejor que tú para valorar cuál es mejor opción en vuestra casa. O tal vez quieras hacer los dos. 
separación consciente

Este se hace en papel o cartulina y rotuladores o lápices. Se dibujan seis líneas para que queden siete huecos. En cada día, según la edad con palabras y/o dibujos, se señalan las rutinas habituales, por ejemplo, de lunes a viernes el dibujo de una escuela por la mañana, el momento del almuerzo y las rutinas habituales de cada día de la semana (si existen, sino se deja sin señalar). Y por colores se diferencia los días que están con mamá y los días que están con papá. 

Se puede hacer un solo calendario semanal o dos para señalar los dos tipos de semana que existen en su vida, pues en los casos en los que pasan la semana completa con uno y después con el otro, puede ser más fácil que tengan visible los dos tipos de semana.  

La idea de los calendarios como ritual es que mientras los hacéis podáis ir agradeciendo la etapa que cerráis, les vayas explicando, puedan ir preguntando, comentando las nuevas aventuras y oportunidades que la etapa nueva pueden traer… De esta forma, al estar activos ambos hemisferios integran la información con más facilidad.

Se trata de crear una herramienta adaptada a sus edades para proporcionarles la información de su día a día en relación a sus cuidadores. En un momento en el que su estructura de familia como la conocían hasta ese momento, cambia drásticamente es normal que les surjan miedos e inseguridades. Por ello te traigo estas herramientas, para ayudarles a tener la información clara y así generarles seguridad y confianza, que es lo que necesitan en todo momento para su desarrollo, especialmente en momentos de cambios como es la separación o cuando papá se va de casa. 

Recomendaciones para los primeros encuentros.

Una vez que las dos viviendas ya se han establecido y comienzan a irse con papá o mamá según corresponda, no les suele resultar fácil la situación. Pero esto es así hasta que la adaptación ya es un hecho. Y es que despedirse de mamá para irse con papá, y viceversa, supone muchas veces un momento desagradable. En ese momento la culpa suele aparecer por la puerta grande de los peques, porque por un lado sienten alegría por ver al otro progenitor y por otro, tristeza de tener que decir adiós al que se queda. 

Para llevar a cabo una separación consciente es bueno que cuides aspectos como el hecho de decirles que les vas a echar de menos, pues al decirle «te voy a echar de menos», puedes estar poniéndolo más difícil. Y a su regreso no les digas que les has echado de menos, pues sentirán que al irse tú no te quedas bien, y justamente lo que necesitan de ti es, entre otras cosas, saber que te quedas bien aunque te quedes sola. En azul tienes el post en el que te hablo en más profundidad sobre ello.

Y en este vídeo te cuento una anécdota con mi hijo mayor, con 7 años recién cumplidos, en el que me decía lo que yo debía decirle a una mamá que sufría porque no sabía si su hijo estaría bien con su padre, porque tal vez la echaba mucho de menos. Mi peque mayor, que tiene la experiencia de ser hijo de padres separados, me decía lo que necesitaba saber ese niño para estar bien con su padre aunque eche de menos a su madre. 

Este conflicto de emociones deriva muchas veces en culpa, especialmente en los primeros encuentros. Tenerlo en cuenta es importante para poder ayudarles y poner palabras a lo que puedan estar sintiendo, así como validarles lo que está sintiendo.

cuando papá se va de casa

Para que esto sea posible, para poder tranquilizar a tus peques en este momento, es imprescindible que te coloques en el rol de madre (o padre) y no entres, desde el miedo, en competiciones sobre a quién quieren más los hijos e hijas. Pues puede llegar a ser muy tentador pensar que quiere más por aquel por el que llora, y esto no es así. Este es un pensamiento que nace del niño o la niña interior de quien lo piensa. Por eso es importante tratar de ver y entender el comportamiento de tus hijos desde la persona adulta que eres. 

Es a partir de estos primeros encuentros cuando los menores comienzan a asimilar lo que supone la separación o divorcio de sus padres: renunciar a estar con los dos al mismo tiempo. Por lo tanto, que lloren cuando se van a ir con su padre no tiene por qué significar que no quieren ir con él, sino que el despedirse de mamá les resulta muy difícil y están mostrando una resistencia a la situación que les toca vivir. Durante ese tiempo es muy importante brindarles la atención que necesitan y permitirles que expresen lo que sienten.

Para poder ser el sostén que necesitan que seas es importante que les escuches desde tu lugar de adulta y no desde tus heridas. Con esto no quiero decirte que tapes todo el dolor o emociones encontradas que tú estés viviendo y hagas como si nada, en absoluto, eso enferma y hace que el dolor lejos de desaparecer se perpetúe en el tiempo. Pero sí que tú tienes más recursos para obtener ayuda, puedes sostenerte en familia, amistades o profesionales, para así poder hacer de sostén para tus peques, pues su recurso eres tú. 

Y no puedo terminar este post sin mandarte un abrazo enorme y decirte que todo pasa, que esto también pasará y que me tienes aquí al otro lado de la pantalla para leerte o escucharte si quieres comentarme algo.

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