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LAS VACACIONES DE VERANO COMO PADRES SEPARADOS

Escrito por Rocío y Miguel Ángel 4 comentarios

Llega el verano y con él las vacaciones de veranos de nuestros hijos e hijas, pero claro, no nuestras vacaciones. Toca hacer malabares para conciliar y toca también gestionar más tiempo sin nuestros hijos, y más tiempo con ellos… 

A veces se hace bola el tiempo sin ellos y también más tiempo con ellos, depende mucho de la realidad de cada persona. 

Queremos ayudarte a que como madre separada y padre separado puedas afrontar mejor el verano y disfrutar, tanto cuando estás sin ellos como cuando están contigo. 

Prepara el terreno a tus hijos

Para que tú estés bien y con más tranquilidad sabemos que necesitas saber que tus peques van a estar bien sin ti, por eso te ofrecemos distintos recursos que puedes llevar a cabo con ellos y ellas: 

  • El hilo invisible y su pulsera. Cuéntales el cuento de El hilo invisible y después coge tres hilos de algodón de tres colores que elija cada peque y mientras le haces una trenza a cada uno y cada una, cuéntales todas las muestras de cariño que metes en ella: los besos, abrazos, te quiero, costillitas… de cada día que van a estar sin ti. 

Al terminar átasela a la muñeca y hazle saber que si se le cae o pierde es porque se ha vaciado de todos los cariñitos y le harás una nueva a su vuelta. 

  • Objeto anclaje. Dale un objeto que identifique contigo como una pulsera, un pañuelo, una felpa… para que se lo lleve y te lo devuelva a su vuelta.

Eso sí, que sea un objeto que no suponga un drama para ti si lo pierde y no vuelve.

Ese objeto no solo le ayudará como la pulsera a que sigues cerca suya aunque no te pueda ver ni tocar, sino que además le recuerda que regresará contigo. Este es un gran recurso cuando son especialmente pequeños y no tienen integrado el concepto del tiempo.

  • Un diario. Ve con él o ella a escoger un cuaderno y estuche específico para esta ocasión y anímale a que cada vez que se acuerde de ti te haga un dibujo. Así podrá darle salida a lo que siente y hacerlo en conexión contigo. Y a su vuelta, si le apetece, que te los enseñe y que te cuente qué es cada dibujo y qué sentía mientras lo hacía.

Si no le apetece dibujar y prefiere escribir es otra gran opción, y ya después elegirá compartirlo o no contigo. Ambas opciones son válidas y deben ser respetadas.

  • Las llamadas. No todos los peques y adolescentes reaccionan bien a las llamadas porque no a todos les resulta agradable. Muchas veces porque están distraídos jugando y no quieren cortar el juego, y en otras ocasiones porque les conecta con la añoranza echarte de menos y prefieren no hablar para evitar la añoranza. 

En caso de que lo lleven bien, hazles saber (si tu ex lo favorece) que pueden llamarte cuando lo necesiten e incluso podéis pactar vídeo llamadas.

Estos son recursos que a ellos sin duda les puede ayudar a estar tantos días sin ti y a ti te dará tranquilidad al saber que les estás ayudando y que, efectivamente, hay algo que puedes hacer para facilitarles este tiempo. 

Aunque es importante que seas consciente que en verano hay muchísimas distracciones con tantos planes y gente alrededor, lo que hace que los días se les pase volando entre tantos estímulos. 

Para el momento de la despedida. 

Es importante que haya una anticipación previa en la que les expliques cuándo comienza el cambio de organización por el fin del curso escolar y cómo será esa organización estival. 

Les ayuda mucho tener un calendario que de forma visual les ayude a integrar la información. Para ello te proponemos que utilices dos colores, uno para los días que estarán con papá y otro para los días que estarán con mamá. De esta forma identificará con facilidad los tiempos con cada uno. 

Anticípale el día antes y unas horas antes de que se vaya lo que va a suceder y trata de hacerlo desde un lugar lo más neutral posible, pues se trata de ejercer de cerebro auxiliar ofreciéndole una información que puede ayudarle a evitar el factor sorpresa. 

Atiende el dolor o desasosiego que esto puede generar en ti pero no lo proyectes en tus hijos. Si ellos muestran tristeza o enfado porque no se quieren ir, valídales su emoción sin añadir tu propia carga emocional. 

Y ten en cuenta que a veces su resistencia no es porque no quieran ir con el otro progenitor, sino porque no se quieren separar de ti. 

Es importante que haya espacio para lo que ellos expresen, sea la emoción que sea pero no es necesario que os quedéis enganchados en estas emociones.

Pues dando cabida a su realidad emocional, también podéis, antes del momento de la despedida, jugar al escondite, al pilla pilla, hacer guerra de cojines, haceros cosquillas… para conectar entre vosotros desde la alegría. 

Tristeza y alegría pueden convivir y es mucho más agradable despediros desde el honrar y celebrar lo vivido juntos los días anteriores.

Y MUY IMPORTANTE, al despedirte no les digas que les echarás de menos, necesitan saber que al irse tú vas a estar bien. Aquí en este post de Instagram explicábamos hace tiempo con más detalle por qué es mejor omitir el “te voy a echar de menos”. 

Diles que les quieres, que les amas, pero no que no estarás bien sin ellos, que es lo que esconde esta frase. 

Y transmíteles, no solo con palabras, sino especialmente desde tu sentir, permiso para disfrutar estando lejos de ti. 

Prepárate tú también

Estar muy presente con ellos los días previos ayuda mucho, por ello te animamos a que reduzcas la inercia de la velocidad del día a día y elimines el ruido de los “tengo que” para postponer lo máximo posible a cuando estés sin ellos. 

Así podrás ocuparte de los importante: de disfrutar de tus criaturas y ellas de ti. 

Por ello reduce mucho la vida social. Especialmente en verano es muy fácil tener mil planes, sin embargo entre tantas actividades y gente, es fácil que al pasarse los días tengas la sensación de no haber estado con tus peques. Y a ellos puede sucederles lo mismo.

Ten presente que menos es más. No necesitan que te conviertas en su animadora, necesitan sentirte disponible y presente. 

En nuestro caso cuando los días antes de su partida hemos disfrutado mucho en familia, notamos que llevamos mucho mejor la ausencia de nuestros hijos, mientras que cuando “nos pilla” el toro y se van habiendo pasado los días previos ajetreados con mil quehaceres y planes, llevamos peor su ausencia y el tiempo sin ellos se nos hace más largo y pesado. 

Y antes de que se vayan, o el primer día de su partida, puedes hacer una lista de todas las cosas que tienes pendientes y que nunca tienes tiempo para hacer. 

Ahora es tu momento, aprovéchalo ya sea descansando y haciendo nada, saliendo o ocupándote de la logística de casa. 

Cuídate y póntelo fácil, no seas exigente contigo y si necesitas estar tirada en el sofá llorando hazlo, pero si lo que te viene bien es salir y distraerte hazlo, decide por ti atendiendo lo que realmente deseas hacer. Porque no haya nada que tengas que hacer realmente, sino que puedes elegir qué quieres hacer. 

Y muy importante también: date permiso para disfrutar, no hay ningún luto que debas guardar y tampoco eres menos madre por disfrutar y divertirte cuando estás sin tus hijos. Más bien todo lo contrario, gracias a que te ocupes de ti y te des lo que necesitas, podrás disfrutar más de ellos cuando regresen, pues le podrás ofrecer una versión de ti aún mejor. 

Cuando regresan de haber estado sin ti 

Es normal que a su vuelta estén como descolocados e irritables, incluso que se muestren enfadados contigo. No te lo tomes como algo personal y entiende que es su forma de decirte «te he echado de menos» y de contarte el revuelo emocional que han vivido. 

Están soltando todo lo que no pudieron expresarte en la distancia física. 

Hasta las 48 horas después de su vuelta, evita llenar vuestra agenda con mil planes y vida social. 

Te necesitan a ti para autorregularse. Si de estar varios días sin ti, rápidamente pasan a estar contigo junto a muchas más personas y actividades, tardarán mucho más en adaptarse al cambio de estar ahora contigo. 

Olvídate de los compromisos, lo importante sois tú y tus hijos, los demás pueden esperar, y si no les gusta esperar ese no es tu problema, tú tienes algo mucho más importante de lo que ocuparte: de la adaptación de tus hijos a volver a estar contigo. 

Con la agenda por delante mira cómo puedes hacer para que los primeros y últimos días contigo os podéis llenar de vuestra presencia, eso os lo pondrá mucho más fácil.

Y si durante las vacaciones vais a estar mucho tiempo con gente, escápate para tener ratitos de exclusividad con cada peque. Eso es lo que más les nutre a ellos y ya verás como a ti también.

Si sientes que separarte de tus hijos te duele demasiado, si sientes que nos has superado la separación y que aún nos disfrutas de los beneficios que esta situación reporta en tu vida y en la de tus hijos, apúntate al webinar gratuito: Descubre las 5 claves para superar la separación y cuidar a tus hijos en el proceso.

Lograrás sentir en paz con la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien y que tus hijos están felices. Nos vemos dentro, apúntate gratis aquí.

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SEPARADA: UN ACTO DE AMOR HACIA TI Y TUS PEQUES

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Aquí tienes el inicio de Separada: Un acto de amor hacia ti y tus peques. Puedes leer tanto la introducción del libro como el inicio del primer capítulo:

[Leer más…] acerca de SEPARADA: UN ACTO DE AMOR HACIA TI Y TUS PEQUES

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio con hijos, libro separada, madre separada, madres separadas, padres separados, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones, separada

MADRE SEPARADA

Escrito por Rocío y Miguel Ángel Deja un comentario

Me voy a atrever a confesarte un sueño que tuve. Un sueño que ahora entiendo cómo no entendí hace años, cuando lo tuve y que marcó el inicio de mi separación.

En aquel momento estaba casada con el padre de mis hijos y estaba embarazada del primero. Él estaba viviendo una situación difícil y puso de manifiesto la posibilidad de separarnos. 

Algo hasta entonces totalmente inimaginable e impensable para mí, yo me había casado con él con la idea de envejecer juntos de la mano. En aquel momento sentí que todo mi mundo se detenía, que alguien le daba al botón de pause para que yo pudiera digerir lo que él me estaba diciendo. 

Sabía y entendía que él estaba viviendo un momento muy complejo y que tal vez mantuviera aquella decisión o tal vez no, pero la cuestión no era esa, sino que se me ponía por delante que esa posibilidad existía en mi vida. 

Aquella noche me fui a dormir con ese pensamiento y me despertó un sueño: 

Yo estaba vestida de novia en una cárcel, estaba en mi celda de barrotes de hierro, como en las películas de Hollywood. Me veía desde fuera y me observaba a mí misma con una media sonrisa. A primera vista, parecía que estaba bien, sin embargo, me reconocía como una zombi. Una zombi bonita, vestida de novia, con una sonrisa perenne, pero… como atontada. 

Realmente quería estar fuera de aquella celda, pero sabía que, como la puerta estaba cerrada yo no podía salir, no debía salir. No estaba bien que yo saliera y por eso la puerta estaba cerrada. Debía permanecer allí. Agarraba los barrotes, pero no con intención de salir, sino admirando la vida fuera de la cárcel. 

Hasta que pasó alguien, era una especie de policía, y me mostró que la puerta estaba abierta dejándome entrever que podía salir cuando quisiera. 

Fue en ese instante el único momento en el que mi sonrisa se desdibujó un poco, solté los barrotes, miré la puerta y muy suavemente la empujé hacia un lado y… voilá! Era ligera y se abría muy fácilmente. Todos mis movimientos eran muy suaves y lentos. Con incredulidad y asombro al mismo tiempo fui a poner un pie fuera de la celda cuando me desperté. Ahí terminó el sueño. 

Aquel sueño me hizo pensar muchísimo, estuve semanas, incluso meses, dándole vueltas. ¿Acaso el hecho de estar casada me hacía sentir en una cárcel? Con el tiempo tomé conciencia de que estaba viviendo una vida basada en lo que después entendí que eran creencias limitantes. 

Me di cuenta de que había asumido que esa era la vida que había elegido y ya no me quedaba otra opción que vivirla, me gustara o no. Total, era lo que yo había escogido en su momento y ya no había otra opción. Como si por el hecho de haber tomado una decisión en un momento dado, ya me tuviera que aguantar el resto de mi vida.

Ahora aquello me parece una barbaridad. Pasados los años me impresiona cómo había asumido, por una elección que me valía en un momento dado, que ya me tenía que aguantar. Ahora me parece tan absurdo como pretender que el zapato que me compré con 15 años me siga valiendo a los 36 años porque sigo calzando el mismo número de pie… Pues no, las personas no solo cambiamos por fuera, también, y mucho, por dentro. La vida, la naturaleza, las personas, las relaciones… son cíclicas y estamos en constante evolución. 

Como te decía, aquel sueño vino a mostrarme algo de lo que yo no era consciente: la resignación en la que vivía y que tenía en mi mano la posibilidad de elegir salir de esa forma de vida, que podía elegir otra forma de estar en la vida y que se acercara más a vivir que a sobrevivir. 

Recuerdo perfectamente los dos días posteriores a aquel sueño, estaba asombrada, miraba todo con ojos nuevos. Observaba como una niña acabada de nacer cada detalle de la vida, de las personas, del comportamiento de estas y de mí misma. Mi cuerpo hacía las cosas de siempre, mientras mi mente estaba en modo observación al 100%. 

En aquel momento me dije que iba a acompañar a mi entonces marido durante el proceso en el que él estaba hasta donde él me dejara. Yo no sentía la necesidad de separarme, ahora bien, no quería vivir en una cárcel. Quería que, hiciera lo que hiciese, fuera desde la libertad; es decir, en lugar de vivir desde el «tengo que», vivir cada momento desde el «elijo que». 

Después de aquellos primeros días tras el sueño, pude comenzar a tomar conciencia de la cantidad de juicios que yo tenía sobre la separación y de lo mucho que me limitaban aquellas creencias y etiquetas en torno al divorcio. Me dije que las iría deshaciendo una a una hasta sentirme libre de ellas y así elegir desde la libertad y bienestar, no desde lo que se suponía que tenía que hacer. Ahora sé que lo que pretendía era mantener una relación basada en el amor y no en el miedo a la separación, pero para poder discernir si lo que nos unía, o al menos a mí a él era el miedo o el amor, necesitaba mirar de frente cada una de mis creencias limitantes y transformarlas, algo que me llevó su tiempo, más del necesario porque lo hice en soledad y absoluto silencio. 

Este es un fragmento del libro Separada (Ed. Destino – Plantea) que está en preventa y que ya puedes encargar en tu librería más cercana o comprar on line.

Madre separada  

Jamás pensé que yo sería madre separada y cargar con aquella etiqueta me parecía un horror, tanto por mí como mujer como por mis hijos. Sin embargo hoy tengo una visión 100% distinta y aunque me separé del padre de mis hijos, no soy madre separada ni mujer separada, soy madre y mujer. Punto. 

Y es que el hecho de que te separes significa que has finalizado la relación con el padre (o madre) de tus peques. Ya está.  Sin embargo esta etiqueta pesa mucho porque carga con un gran estigma social y pareciera que por estar separada/o eres menos madre o padre. 

A veces son los juicios que emitimos antes de vivir una situación como la separación, lo nos cae encima como una losa, pues aquello que dijimos de tal o cual persona se vuelve en contra nuestra.

Es importante que tengas en cuenta que dejas de ser pareja de esa persona, es decir, te separas en un momento determinado de tu vida, después tu vida continúa. No eres una mujer separada de por vida.  Deshacerte de esta etiqueta para que deje de acompañarte cada día de tu vida es importante para avanzar y vivir la vida plena y llena de amor y paz que te gustaría vivir.

Yo misma para salir de aquella cárcel mental y del estigma de ser madre separada necesité transitar cada una de las creencias limitantes y juicios que hay en torno a una separación o divorcio con hijos en común. 

Y es que gran parte de la dificultad que encierra superar la separación tiene que ver con la carga juiciosa que rodea esta situación, no con el hecho en sí. Precisamente eso es lo que sigue a este fragmento en el libro Separada, pues no es posible aliviar la carga de culpa ni la sensación de fracaso sin liberarnos de cada creencia y juicio ante esta situación. 

Una de las cosas que más se dañan ante una separación es la autoestima y una de las formas de comenzar a recuperarla es poner la perspectiva a lo que hemos vivido o estamos viviendo. 

De hecho, muchas veces hay quienes habiendo travesado el duelo de la separación sienten que años después siguen sin sentirse del todo a gusto con sus vidas y sienten cierto vacío e insuficiencia. De una manera inconsciente se hace una relación entre ser madre separada y el hecho de estar ya defectuosa. Es algo horrible y muy injusto, sin embargo, aún permanece en el inconsciente colectivo y eso de una manera más liviana o menos llega.

Por ello la primera parte del libro es tan importante, para que estés en el punto en que estés del proceso: en la duda, en la decisión recién tomada, en mitad del proceso o teniendo este muy avanzado, pueda ayudarte a liberarte del ruido mental para quedarte con tu voz interna de verdad. Esa que es tuya y te pertenece en lugar de la voz juiciosa de la sociedad o esa que has construido a través de la educación recibida y el contexto en el que has crecido. 

A continuación tienes el índice de Separada, para que puedas hacerte una idea del contenido que vas a encontrar a lo largo de las 288 páginas del libro.

Ya puedes encargarlo en tu librería de confianza o comprarlo on line. 

Separada es una caricia para el alma, es un “te entiendo” y te va a reportar mucho alivio, descanso y la guía que necesitas para resolver todas las dudas que te invaden. 

Y comprarlo ahora en preventa es un apoyo a nuestro mensaje, es un gesto que te agradecemos porque es lo que nos permitirá llegar a más personas cuando el 15 de febrero esté disponible a la venta en todas las librerías. 

Así que encárgalo ya en tu librería más cercana o cómpralo aquí on line. 

 

Publicado en: Separaciones Conscientes Etiquetado como: divorcio, divorcio con hijos, madre separada, madres separadas, Separación, separación con hijos, separación consciente, separaciones, separada

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