Aquí tienes el inicio de Separada: Un acto de amor hacia ti y tus peques. Puedes leer tanto la introducción del libro como el inicio del primer capítulo:
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MADRE SEPARADA
Me voy a atrever a confesarte un sueño que tuve. Un sueño que ahora entiendo cómo no entendí hace años, cuando lo tuve y que marcó el inicio de mi separación.
En aquel momento estaba casada con el padre de mis hijos y estaba embarazada del primero. Él estaba viviendo una situación difícil y puso de manifiesto la posibilidad de separarnos.
Algo hasta entonces totalmente inimaginable e impensable para mí, yo me había casado con él con la idea de envejecer juntos de la mano. En aquel momento sentí que todo mi mundo se detenía, que alguien le daba al botón de pause para que yo pudiera digerir lo que él me estaba diciendo.
Sabía y entendía que él estaba viviendo un momento muy complejo y que tal vez mantuviera aquella decisión o tal vez no, pero la cuestión no era esa, sino que se me ponía por delante que esa posibilidad existía en mi vida.
Aquella noche me fui a dormir con ese pensamiento y me despertó un sueño:
Yo estaba vestida de novia en una cárcel, estaba en mi celda de barrotes de hierro, como en las películas de Hollywood. Me veía desde fuera y me observaba a mí misma con una media sonrisa. A primera vista, parecía que estaba bien, sin embargo, me reconocía como una zombi. Una zombi bonita, vestida de novia, con una sonrisa perenne, pero… como atontada.
Realmente quería estar fuera de aquella celda, pero sabía que, como la puerta estaba cerrada yo no podía salir, no debía salir. No estaba bien que yo saliera y por eso la puerta estaba cerrada. Debía permanecer allí. Agarraba los barrotes, pero no con intención de salir, sino admirando la vida fuera de la cárcel.
Hasta que pasó alguien, era una especie de policía, y me mostró que la puerta estaba abierta dejándome entrever que podía salir cuando quisiera.
Fue en ese instante el único momento en el que mi sonrisa se desdibujó un poco, solté los barrotes, miré la puerta y muy suavemente la empujé hacia un lado y… voilá! Era ligera y se abría muy fácilmente. Todos mis movimientos eran muy suaves y lentos. Con incredulidad y asombro al mismo tiempo fui a poner un pie fuera de la celda cuando me desperté. Ahí terminó el sueño.
Aquel sueño me hizo pensar muchísimo, estuve semanas, incluso meses, dándole vueltas. ¿Acaso el hecho de estar casada me hacía sentir en una cárcel? Con el tiempo tomé conciencia de que estaba viviendo una vida basada en lo que después entendí que eran creencias limitantes.
Me di cuenta de que había asumido que esa era la vida que había elegido y ya no me quedaba otra opción que vivirla, me gustara o no. Total, era lo que yo había escogido en su momento y ya no había otra opción. Como si por el hecho de haber tomado una decisión en un momento dado, ya me tuviera que aguantar el resto de mi vida.
Ahora aquello me parece una barbaridad. Pasados los años me impresiona cómo había asumido, por una elección que me valía en un momento dado, que ya me tenía que aguantar. Ahora me parece tan absurdo como pretender que el zapato que me compré con 15 años me siga valiendo a los 36 años porque sigo calzando el mismo número de pie… Pues no, las personas no solo cambiamos por fuera, también, y mucho, por dentro. La vida, la naturaleza, las personas, las relaciones… son cíclicas y estamos en constante evolución.
Como te decía, aquel sueño vino a mostrarme algo de lo que yo no era consciente: la resignación en la que vivía y que tenía en mi mano la posibilidad de elegir salir de esa forma de vida, que podía elegir otra forma de estar en la vida y que se acercara más a vivir que a sobrevivir.
Recuerdo perfectamente los dos días posteriores a aquel sueño, estaba asombrada, miraba todo con ojos nuevos. Observaba como una niña acabada de nacer cada detalle de la vida, de las personas, del comportamiento de estas y de mí misma. Mi cuerpo hacía las cosas de siempre, mientras mi mente estaba en modo observación al 100%.
En aquel momento me dije que iba a acompañar a mi entonces marido durante el proceso en el que él estaba hasta donde él me dejara. Yo no sentía la necesidad de separarme, ahora bien, no quería vivir en una cárcel. Quería que, hiciera lo que hiciese, fuera desde la libertad; es decir, en lugar de vivir desde el «tengo que», vivir cada momento desde el «elijo que».
Después de aquellos primeros días tras el sueño, pude comenzar a tomar conciencia de la cantidad de juicios que yo tenía sobre la separación y de lo mucho que me limitaban aquellas creencias y etiquetas en torno al divorcio. Me dije que las iría deshaciendo una a una hasta sentirme libre de ellas y así elegir desde la libertad y bienestar, no desde lo que se suponía que tenía que hacer. Ahora sé que lo que pretendía era mantener una relación basada en el amor y no en el miedo a la separación, pero para poder discernir si lo que nos unía, o al menos a mí a él era el miedo o el amor, necesitaba mirar de frente cada una de mis creencias limitantes y transformarlas, algo que me llevó su tiempo, más del necesario porque lo hice en soledad y absoluto silencio.
Este es un fragmento del libro Separada (Ed. Destino – Plantea) que está en preventa y que ya puedes encargar en tu librería más cercana o comprar on line.
Madre separada
Jamás pensé que yo sería madre separada y cargar con aquella etiqueta me parecía un horror, tanto por mí como mujer como por mis hijos. Sin embargo hoy tengo una visión 100% distinta y aunque me separé del padre de mis hijos, no soy madre separada ni mujer separada, soy madre y mujer. Punto.
Y es que el hecho de que te separes significa que has finalizado la relación con el padre (o madre) de tus peques. Ya está. Sin embargo esta etiqueta pesa mucho porque carga con un gran estigma social y pareciera que por estar separada/o eres menos madre o padre.
A veces son los juicios que emitimos antes de vivir una situación como la separación, lo nos cae encima como una losa, pues aquello que dijimos de tal o cual persona se vuelve en contra nuestra.
Es importante que tengas en cuenta que dejas de ser pareja de esa persona, es decir, te separas en un momento determinado de tu vida, después tu vida continúa. No eres una mujer separada de por vida. Deshacerte de esta etiqueta para que deje de acompañarte cada día de tu vida es importante para avanzar y vivir la vida plena y llena de amor y paz que te gustaría vivir.
Yo misma para salir de aquella cárcel mental y del estigma de ser madre separada necesité transitar cada una de las creencias limitantes y juicios que hay en torno a una separación o divorcio con hijos en común.
Y es que gran parte de la dificultad que encierra superar la separación tiene que ver con la carga juiciosa que rodea esta situación, no con el hecho en sí. Precisamente eso es lo que sigue a este fragmento en el libro Separada, pues no es posible aliviar la carga de culpa ni la sensación de fracaso sin liberarnos de cada creencia y juicio ante esta situación.
Una de las cosas que más se dañan ante una separación es la autoestima y una de las formas de comenzar a recuperarla es poner la perspectiva a lo que hemos vivido o estamos viviendo.
De hecho, muchas veces hay quienes habiendo travesado el duelo de la separación sienten que años después siguen sin sentirse del todo a gusto con sus vidas y sienten cierto vacío e insuficiencia. De una manera inconsciente se hace una relación entre ser madre separada y el hecho de estar ya defectuosa. Es algo horrible y muy injusto, sin embargo, aún permanece en el inconsciente colectivo y eso de una manera más liviana o menos llega.
Por ello la primera parte del libro es tan importante, para que estés en el punto en que estés del proceso: en la duda, en la decisión recién tomada, en mitad del proceso o teniendo este muy avanzado, pueda ayudarte a liberarte del ruido mental para quedarte con tu voz interna de verdad. Esa que es tuya y te pertenece en lugar de la voz juiciosa de la sociedad o esa que has construido a través de la educación recibida y el contexto en el que has crecido.
A continuación tienes el índice de Separada, para que puedas hacerte una idea del contenido que vas a encontrar a lo largo de las 288 páginas del libro.
Ya puedes encargarlo en tu librería de confianza o comprarlo on line.
Separada es una caricia para el alma, es un “te entiendo” y te va a reportar mucho alivio, descanso y la guía que necesitas para resolver todas las dudas que te invaden.
Y comprarlo ahora en preventa es un apoyo a nuestro mensaje, es un gesto que te agradecemos porque es lo que nos permitirá llegar a más personas cuando el 15 de febrero esté disponible a la venta en todas las librerías.
Así que encárgalo ya en tu librería más cercana o cómpralo aquí on line.
NO QUIERO QUE MIS HIJOS SUFRAN CON LA SEPARACIÓN
Cómo evitar el sufrimiento de los hijos en la separación
Una de las razones más habituales por las que se alarga y procrastina el momento de la separación es precisamente ésta, no querer que los hijos sufran con la separación. Claro que para no sufrir por este posible sufrimiento de los hijos e hijas, es importante entender algunas cuestiones.
[Leer más…] acerca de NO QUIERO QUE MIS HIJOS SUFRAN CON LA SEPARACIÓNCÓMO SUPERAR LA SEPARACIÓN
Cuando no quieres sufrir por la separación.
Si hay algo que deseamos todos los seres humanos es no sufrir. De hecho, si pudiéramos, elegiríamos no sentir dolor, sin embargo, el dolor es inherente a la vida como lo es la alegría y superar la separación supone atravesar el dolor.
[Leer más…] acerca de CÓMO SUPERAR LA SEPARACIÓNLA CULPA EN EL DIVORCIO
Cómo no sentir culpa tras el divorcio
La fiesta de cumpleaños de mi hijo mayor estaba terminando. Las madres llegaban ya a recoger a sus hijos, cuando las dos últimas se quedaron un rato y pudimos hablar.
Casi no nos conocíamos (soy nueva en el cole de este año) y no sabían que somos familia enlazada, así que sorprendidas me preguntaron casi al unísono “¡¿Estás separada tú también?!”. Ambas lo están y aquello dio lugar a una conversación agradable entre madres separadas. Y yo llegué a una conclusión: quiero volver a escribir sobre de la culpa.
[Leer más…] acerca de LA CULPA EN EL DIVORCIOGUÍA DE SEPARACIÓN CONSCIENTE PARA PROFES
Hace poco, una antigua alumna del Máster en Educación Emocional que yo coordinaba me pidió que escribiera una guía de separación consciente para profes, pues ella, como todo el profesorado en general, se encuentran con muchas familias en proceso de transformación.
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