
El hecho de no decirle que le has echado de menos es porque tu peque necesita sentirse libre para amar y disfrutar, y al mismo tiempo necesita saber que tú estás bien. Si cuando está con su padre (o madre) le dices que le echas de menos, lo más probable es que interprete que no estás bien cuando él o ella no está. Eso se traduce en culpa para tu peque.
Si entiende que sin su presencia, tú te quedas mal, se sentirá culpable al estar disfrutando y pasándoselo bien cuando tú no estás presente. De ser así se estará haciendo responsable de algo que no le corresponde: tu bienestar.
Los niños y niñas deben sentir sostén y cuidado por parte de quienes estamos a su cuidado, no les corresponde cuidarnos. Sí amarnos, de hecho necesitan sentirse libres para amar tanto a mamá como a papá aunque ya no convivamos. Recuerda siempre que, sobre todo en la primera infancia, mamá es su diosa y papá es su dios, y aunque entre sí haya enfado o malestar, necesitan sentirse libres para amar a ambos.
Con todo esto lo que quiero decirte es que tu peque necesita sentir lo mucho que le quieres y al mismo tiempo, que está bien que quiera a su padre (o madre) y que es bueno que disfrute mucho aunque tú no estés. Y es que ese es su mayor cometido en la infancia: disfrutar y amar.

Y si hasta ahora le has dicho “te echo de menos” o frases similares, no saques el látigo para fustigarte y sentirte culpable. Casi todo se puede reparar, y es que una de las mejores cosas que vino a darnos a conocer la neurociencia es la neuroplasticidad cerebral. Por lo que puedes sentarte a hablar con tu peque y hacerle saber eso que ahora quieres que tenga claro, como que lo quieres mucho y que aunque se vaya tú estás bien. Además esa vía libre o no libre, de que ame a su padre y disfrute, no depende solo de estas frases relacionadas con el echar de menos, también cuenta, y mucho, la forma en la que tú lo sientas y vivas en tu interior.
Si tú vives como un abandono cada vez que te despides, aunque no le digas “te echaré de menos”, de alguna manera es eso lo que tu peque recibe, y viceversa. Los niños y niñas tienen el mayor radar de autenticidad que existe, y antes que nuestras palabras, reciben lo que les transmitimos. Por lo que no se trata solo de cuidar nuestras palabras, sino lo que sentimos. Porque en nuestra coherencia encuentran paz y en nuestra incoherencia inseguridad.
Que esta información te sirva para sumar y construir, no para fustigarte. En cada momento lo hacemos lo mejor que sabemos y que podemos y como madres y padres vivimos un continuo aprendizaje, no nacemos sabiendo ser madres ni padres, por lo que según vamos aprendiendo, vamos haciéndolo mejor. Esa es la diferencia entre la culpa y la responsabilidad: en la culpa nos quedamos atrapadas, inmovilizadas y fustigándonos en un victimismo continuo, mientras que en la responsabilidad asumimos lo que podemos mejorar para tomar las riendas y rectificar y hacerlo como consideramos mejor.
Mi propuesta en una separación con hijos

Mi propuesta es que cuando te despidas porque se va, lo hagas dejándole el camino libre para disfrutar, aunque tú no estés, es decir, no le digas que le echarás de menos. Y cuando habléis por teléfono no le digas que le echas de menos ni tampoco al volver a verle le digas algo así como “¡cuánto te he echado de menos!”. Se trata de liberarle, de que no le cargues con responsabilidades que no le corresponde, por lo que puedes decirle otras afirmaciones como “¡Qué bien que hayas disfrutado tanto! Tenía muchas ganas de darte un abrazo” o “¡Me encanta verte tan feliz! Tenía muchas ganas de verte”.
Si te paras a ver la diferencia, se trata de matices sutiles, pero uno libera y acerca y el otro carga y aprieta a través de la culpa. Llevar a cabo una separación consciente consiste también en cuidar estos detalles tan sutiles e importantes. Entender cómo funciona la mente de los niños y niñas, así como saber qué necesitan, puede ayudarte a cuidarles más en el proceso. Porque una separación consciente requiere que pongas atención en sus necesidades y permitas que se dé lo que más necesita: amar a su padre y su madre sin conflictos de lealtades.
¿Y qué pasa contigo?
Además de madre eres mujer y tienes vida más allá de tu peque y es bueno que así lo sienta también. Permítete disfrutar también cuando no está contigo, no tienes que estar de luto, no eres peor madre por tener vida más allá de tu maternidad, sino todo lo contrario. Aprovecha ese tiempo para cuidarte y disfrutar de ti y de lo que te gusta hacer. Y es bueno que siendo verdad o no, le transmitas que estás bien cuando no está contigo.
Eso no significa que debas tener una imagen siempre perfecta y estar modo “flower power”, no, en absoluto. La alegría es una de las emociones que existen y de las que más nos gusta sentir, pero no es la única y es fundamental la educación emocional, cuya base comienza por ti. Eres uno de los principales referentes de tu peque, eres su modelo de vida, por lo que, si tú te tragas todo lo que sientes y lo reprimes, aprenderá a hacer lo mismo, a reprimir sus emociones, algo muy perjudicial para la salud tanto física como mental. Por eso te digo que es bueno que te permitas expresarte tal y como te sientes, y si estas triste o enfadada, por ejemplo, no lo ocultes, ahora bien, recuerda siempre que tú eres su sostén, que tu peque no te tiene que cuidar.
Como persona adulta que eres, tú tienes muchos más recursos y puedes acceder a cualquiera de ellos, tu peque te tiene a ti como uno de los dos recursos fundamentales de su vida, por lo que una cosa es que te muestres tal y como te sientes, y otra bien distinta es que te desbordes o desahogues con tu criatura.
En un proceso de separación con hijos afloran muchas emociones y transitarlas es fundamental para que estas no se queden enquistadas, pues cada emoción reprimida es una herida que se queda dentro del cuerpo. Vivimos tratando de evitar el dolor, pero es que el dolor también forma parte de la vida y expresar las emociones que surgan del dolor, cuando éste se da, libera y permite sentir paz.
Tu peque te ama incondicionalmente y si siente que al irse, tú no te quedas bien, puede sentir que cuando se divierte y ama a su padre (o madre) te está traicionando a ti. De ser así, puede sentirse muy culpable. Se dan muchos momentos y formas para mostrarle el camino libre para que disfrute y ame a su padre (o madre) además de a ti. Cada despedida y recibimiento, y en muchos otros momentos en los que habléis, tendrás la oportunidad de decirle y recordarle que cuando se va, tú estás bien y además, te gusta y alegras mucho de que puedan disfrutar tanto con mamá como con papá.
Así se sentirá en paz y con la tranquilidad que necesita al irse. Recuerda siempre que necesita saber que, al irse de tu casa, tú vas a estar bien.
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