Tus peques necesitan que les ayudas a transitar sus emociones, para adaptarse a la nueva estructura familiar tras la separación.
La separación de la pareja conlleva un cambio en la estructura familiar. Es un cambio en la base de la vida de los niños y niñas, y eso puede generar mucha inseguridad y resistencia. Por eso es muy importante la forma en la que les acompañes emocionalmente durante el proceso de separación.
En nuestra infancia no nos enseñaron a transitar las emociones, sino más bien a evitarlas o reprimirlas. Por eso ahora nos cuesta acompañar determinadas emociones de nuestros hijos e hijas.
¿Cuáles son esas emociones que más te cuesta sostener? Pues esas probablemente son las que menos te has permitido o te permites en tu día a día. Generalmente son aquellas que tienen que ver con la rabia y la tristeza. Y estas son dos de las emociones que más afloran en las criaturas durante el proceso de separación.
¿Por qué es tan importante la expresión emocional?
Expresar las emociones que sentimos ante situaciones dolorosas es sanador. La mayoría de personas no estamos acostumbradas a expresarlas, especialmente aquellas que nos incomodan o nos resultan desagradables.
Por eso muchas de nuestras heridas están enquistadas, porque no hemos liberado el dolor que nos causaron a través de la expresión emocional. Y cuando alguien, especialmente nuestros peques, se permiten expresar sus emociones de forma espontánea, nos remueve internamente y lo que nos nace es acallarlas para que las repriman. Pero eso, lejos de hacer que el dolor y la emoción desaparezca, lo que hace es enquistar la herida y perpetuar sus consecuencias.
Por eso, en una separación, la forma en la que les acompañes emocionalmente va a facilitarle la adaptación a la nueva estructura familiar. Y para ello, es importante que tú te permitas transitar cada una de las emociones que sientas.
Recuerda que cada emoción es como una ola, que viene y se va. Entre una ola y otra puede pasar más o menos tiempo, unas olas serán más grandes y otras menos, con más o menos fuerza, pero todas, absolutamente todas, vienen y se van. Pues así son las emociones. Ninguna viene para quedarse.
¿Cómo hago de sostén emocional para mis peques?
Date permiso, surfea la ola y así podrás sostener a tus peques con todo tu ser. Al no tener tus emociones reprimidas, podrás acompañarle en sus emociones. De lo contrario te será más difícil escucharle e identificar lo que le sucede porque proyectarás tus emociones.
Valida lo que siente en cada momento. Tal vez su comportamiento no sea adecuado, pero lo que siente sí que es válido y lícito.
Muéstrate disponible y conecta con lo que está sintiendo. Así te será más fácil encontrar el origen de lo que le sucede.
Pon palabras a lo que está sintiendo. Verbalizar el nudo que puede haber dentro, ayuda a que este se deshaga.
No te olvides de los besos, abrazos y caricias en ese momento.
Habla y explícale pero sin prisas. La mayoría de las veces las personas adultas damos mil explicaciones, tenemos una verborrea muy fácil. Pero en esos momentos las explicaciones pueden sobrar y lo que necesitan es todo lo anterior.
Si estás conectada a ti y a tus peques, vas a saber hasta dónde explicar algo en ese momento o esperar, dejar que saque todo lo que necesita liberar y después, en otro momento, explicarle lo que consideres.
En un proceso de separación, las emociones que más afloran en los hijos e hijas suelen ser:
AÑORANZA
Es una emoción que está muy presente en las vidas de niños y niñas con progenitores separados, pues muy a menudo echan de menos a uno de los dos, ya sea ante un momento de dolor o uno de alegría. Cuando es de dolor, porque el consuelo del otro le falta, no está cuando le gustaría. Y cuando es de alegría, porque le encantaría que le viera consiguiendo tal o cual cosa, o que le viera disfrutando como lo está haciendo en ese instante.
Por eso, como te decía antes, es importante validarles que echen de menos a mamá o a papá, pues así les das permiso para que puedan sentirlo y de alguna forma le estás dejando el camino libre para que sientan amor por la otra persona, que es lo que necesitan.
En este vídeo te cuento una anécdota que viví con mi hijo Unai. Él me decía lo que yo le tenía que contar a una madre, para ayudar a su hijo cuando el peque se acordara de ella, los días que el niño estaba con su padre.
Son las palabras de un niño de 7 años que ya lleva años viviendo con padres separados, por lo que cual es una información muy valiosa, ya que no nace de la teoría, sino de la necesidad que él mismo ha sentido en algunos momentos de su vida.
CULPA
Suele aparecer con frecuencia y es muy importante que le ayudes a mitigarla, pues puede causarles mucho sufrimiento. Esta se hace aún más presente cuando están en la etapa egocéntrica.
Pueden sentir culpa, por ejemplo, por estar pasándoselo muy bien con mamá y no está papá, o al revés. También puede aparecer esta emoción si percibe que hay algún enfado entre vosotros dos y puede sentirse culpable del mismo.
La culpa también puede aparecer al echar de menos al otro progenitor cuando están contigo. O si sienten que estáis enfadados y no pueden amaros a los dos. También pueden sentirse culpables por quereros a los dos, y me atrevo a decir que esta puede ser de las más dolorosas, de las que más les hacen sufrir, pues necesitan sentir libertad para quereros a ambos. Lo contrario les sitúa en conflicto de lealtades, y eso es muy doloroso.
Valídales que sientan culpa y explícales que ese enfado que sientes o que habéis tenido ambos progenitores, no es culpa suya, libérale de esa carga. Si la culpa es porque han disfrutado sin ti o sin su otro progenitor, explícales que no os enfadáis por ello, sino todo lo contrario. Hazles saber que su mayor cometido ahora en la vida es disfrutar. Deséales siempre que disfrute al irse con mamá o papá.
Se dan muchos momentos y formas para mostrarles el camino libre para que disfruten y amen a su padre/madre, además de a ti. Cada despedida y recibimiento, y en muchos otros momentos en los que habléis, tendrás la oportunidad de decirles y recordarles que cuando se van, tú estás bien y te gusta y que te alegras mucho de que puedan disfrutar tanto con mamá como con papá.
Necesitan saber que al irse de tu casa, tú vas a estar bien. Te recuerdo este post en el que te explico el porqué no te recomiendo que le digas que le echas de menos o que le has echado de menos.
ENFADO
Se da a partir de la insatisfacción de no poder estar con ambos progenitores, de que la situación cambie sin que ellos y ellas quieran que así sea. También puede darse por sentir culpa, pues esta la expresan muchas veces a través del enfado. O pueden darse enfados por sentir que no pueden expresar lo que de verdad sienten o piensan.
La dificultad mayor de esta emoción es que suele proyectarse hacia uno de los progenitores, en ese caso ten siempre presente que no es algo personal hacia ti o su padre/madre, no personalices el enfado. Si lo personalizas puedes vivir la situación con algunas emociones encontradas y acompañarles en su emoción se te va a hacer mucho más complicado.
Tal vez te resulte más difícil validarles esta emoción que algunas de las anteriores, y es que la rabia es una de las que más, o la que más energía tiene y es una de las emociones más reprimidas, por eso es de las que más nos mueven en nuestro interior.
Es importante que ante su expresión de la rabia, mantengas el doble foco, uno en ti para mantenerte en tu centro de adulto/a que eres y otro en tu hijo/a para acompañarle como necesita. Es importante que dentro de los límites sanos, pueda expresar el enfado que siente. E igual que con el resto de emociones, explícale, ponle palabras a su enfado y ayuda a poner orden interior.
TRISTEZA
Estar sin papá o sin mamá les genera en muchas ocasiones mucha tristeza. El cambio, muy probablemente sea a mejor, pero eso tus peques no pueden saberlo aún, no pueden sentirlo. Viven el Aquí y el Ahora, el presente es lo que tienen y el ahora puede que les duela y sientan pena porque su estructura familiar, esa que han tenido siempre hasta ahora, cambia significativamente.
Valídales que se sientan tristes, permíteles que lloren y que expresen cómo se sienten, y que lo hagan como saben y pueden según el momento. Hazlo sin proyectar tu propio dolor o tristeza, pues en ese momento tú eres su sostén.
MIEDO
Lo sienten por la inseguridad que les genera la nueva situación. Su inseguridad viene sobre todo porque hay uno que ya no está. Hasta el momento de la separación su estructura familiar ha sido la que ha sido y es lo que conocían, ahora se enfrentan a una estructura nueva que les es desconocida.
Una vez más valídale lo que siente y hablad de esos miedos y de cómo no tiene que ser fácil estar siempre sin mamá o sin papá y además cambiando de casa. Esta situación no es cómoda y proporciona inseguridad, por lo que cuanto más espacio para que puedan expresar sus necesidades y miedos, mucho mejor.
Todas estas emociones no siempre lo expresan con palabras, sino también a través de sus conductas. Ante un proceso como es la separación o divorcio, se hace más importante que nunca que les escuches con los oídos, y sobre todo con el corazón. Es decir, mucha observación para poder saber dónde están, o al menos, por dónde andan más o menos. Y es que expresar verbalmente cómo se sienten, no siempre les resulta fácil, y según sean más pequeños, más difícil les es, por ello muchas veces expresarán su malestar a través de su comportamiento, más que con sus palabras.
Recuerda la imagen del iceberg. La parte que asoma por encima del agua es su comportamiento, que está expresando alguna necesidad que no se ve. Ve a la raíz, atiéndeles desde la conexión con tus peques, como te decía al inicio.
¿Cómo llevas eso de acompañar a tus peques emocionalmente? ¿Te remueve mucho? ¿Y en el proceso de separación se te hace más fácil o más difícil? Te leo en los comentarios 😊
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