Cómo gestionar los conflictos por las pantallas cuando hay normas diferentes en casa de papá y en casa de mamá.
No vengo a decirte lo que tienes que hacer ni cuál es la solución. Lo que pretendo con el post de hoy es ayudarte a reflexionar sobre este tema, sobre el del uso de las pantallas en la infancia. Para que así, puedas crear la fórmula y normas que te valgan a ti y tu familia.
Y que, igual que no existimos dos personas idénticas, tampoco dos familias iguales, por eso no hay soluciones únicas y estándares. Lo que sí existen son consecuencias genéricas al uso de las pantallas, y que valorando estas y tu situación, puedes entonces encontrar el equilibrio que le vale a tu familia.
Dicho lo cual, ¿pantallas sí o pantallas no? Depende mucho del para qué y la edad. Y es que no se trata de demonizar las nuevas tecnologías, que han venido para quedarse, sino aprender a utilizarlas.
La dificultad que tenemos las madres y padres de hoy es que este tema nos ha venido un poco grande, pues la mayoría no nos hemos criado con ellas y no sabemos entonces cómo educar al respecto. Además solemos hacer un uso irresponsable de ellas, por lo que les pedimos unos límites y normas que son incoherentes con el uso que hacemos quienes somos su modelo de referencia.
Las dificultades de las pantallas son varias, yo hoy destaco las tres principales para mí:
- Funcionan como anestesia emocional. Este uso está muy propagado entre la población adulta, quienes en muchas ocasiones las usamos como anestesia emocional, para dejar de sentir y evadirnos de nuestras responsabilidades, emociones y preocupaciones. Entonces nos desconectamos de nuestra esencia, de nuestra escucha interna. Cuando en momentos así nuestros peques nos reclaman, nos sienten out, ven nuestro cuerpo pero no nos sienten y por eso nos reclaman de esa forma tan desagradable y molesta, pues buscan nuestra atención como saben y pueden.
Cuando los niños y niñas utilizan también las pantallas así, como tapa emociones, la dificultad es que esto permanezca de forma continua en el tiempo, pues entonces la capacidad de conectar con sus propias necesidades y deseos se reduce muchísimo. Además, que pierden capacidad de conexión contigo y el resto de personas de su entorno.
Las pantallas tapan la sensación de vacío y soledad, por eso no es sano este uso. Porque entonces se perpetúa en el tiempo esta necesidad de buscar tapones exteriores con los que taparlo.
- Son adictivas. Las pantallas enganchan, no es tan fácil decidir un tiempo de uso y cumplirlo. ¿Te ha pasado alguna vez abrir alguna red social “un momentito” que termina por convertirse en una hora o más? El nivel de adicción y excitación que producen las pantallas en el cerebro es muy alto, y por eso enganchan. Por lo cual es fácil que ante un momento de aburrimiento o de no saber qué hacer, piensen rápidamente en la pantalla y sea lo que deseen hacer. Igual que puede pasarte a ti o a mí si no hacemos un consumo consciente de estas.
- A costa de. El tiempo en las pantallas, especialmente en la infancia, y aún más en la primera infancia (0-6 años), siempre es a costa de algo. Hay algo que se está perdiendo su desarrollo cerebral mientras están mirando un dispositivo digital. ¿Por qué? Porque en esa etapa su cerebro está en pleno desarrollo y es una esponja, lo absorbe absolutamente todo sin distinguir qué es verdad y qué es ficción (otra de las dificultades de las pantallas). En esa etapa se está construyendo su propia visión del mundo y el ritmo natural del cerebro es muuuuucho más lento que el de las pantallas.
Las pantallas ofrecen una sobreestimulación que perjudica la capacidad de asombrarse a los niños y niñas por las cosas reales del día a día, y pierden entonces interés, motivación e incluso capacidad de ilusionarse. Catherine L´Ecuyer, en su libro Educar en el asombro afirma “cuando presentamos al niño pequeño estímulos externos de manera que estos suplantan su asombro, anulamos su capacidad de motivarse por sí mismo. Al final el niño se apalanca y no es capaz de ilusionarse ni asombrase por nada.Tiene el deseo bloqueado. En algunos casos, su adicción a la sobre estimulación le llevar a buscar sensaciones cada vez más fuertes, a las que también se acostumbra, algo que le llevará una situación de apatía sostenida, de falta de deseo, de aburrimiento”.
Tomás de Aquino decía “el asombro es el deseo para el conocimiento”, y es que el asombro es lo que nos suscita interés a las personas, de la edad que sea, para saber y aprender más.
Creo que la cita inicial del libro Educar en el asombro resume perfectamente la idea que te quiero transmitir:
“Cuando muy niños, no necesitamos cuentos de hadas, sino simplemente cuentos. La vida es de por sí bastante interesante. A un niño de siete años puede emocionarle que Perico, al abrir la puerta, se encuentre con un dragón: pero a un niño de tres años le emociona ya bastante que Perico abra la puerta”.
G-K. Chesterton
Sabiendo esto, entonces las quitamos todas de en medio, ¿no? NO. Desde mi punto de vista no se trata de demonizar las pantallas, sino de conocerlas para hacer un uso responsable de las mismas. La tele, el móvil, la Tablet, redes sociales, videojuegos… no es cuestión de decidir si son algo bueno o malo, sino decidir qué uso le damos para convertirlas en algo beneficioso.
Vaya, que sean una herramienta en lugar de ser esclavos y esclavas de las pantallas.
Por ello, al establecer las normas y límites en tu familia, puedes tener en cuenta lo anterior y lo que te comento a continuación. Aunque antes me gustaría aclarar la diferenciación entre límites, que son los que ponemos para salvaguardar la integridad física y/o emocional, y normas, que son los acuerdo establecidos para favorecer una buena convivencia, equilibrando las necesidades de cada miembro de la familia.
- Revisa qué uso haces tú de las pantallas. Pues recuerda que su aprendizaje es por imitación y tú eres su modelo, junto a su padre/madre, por ello cuida en primer lugar la forma en la que usas tú los dispositivos digitales en casa. La coherencia es fundamental, y si eres coherente con el uso que tú haces y los límites que pongas al respecto, va a ser más fácil que los cumplan.
- Reflexiona acerca de los límites que pones y después establece las normas que en vuestra casa o familia consideras importante atendiendo vuestras necesidades y situación.
- A lo que prohibo, invito. Establece los límites y normas con antelación, no en plena visualización de la pantalla, de esa forma estarás limitando desde la información y conexión. Además, cada vez que haga uso de las pantallas, en ese marco previamente establecido a través de los límites, recuérdaselos. Ten en cuenta que por su poder adictivo, es difícil el momento de apagar la pantalla.
- Acompáñale en el uso. Cuando son más peques, y también no tan peques, las pantallas pueden utilizarse como momento de encuentro familiar. Ya sea viendo una serie o película, que además después puede generar conversación y entonces, conexión emocional.
- Interésate de forma activa por lo que le interesa. Esto es especialmente importante según van creciendo, pues no se trata de abrumarles ni juzgarles, sino interesarnos por lo que les gusta. Es una forma de conectar emocionalmente. Eso sí, dentro de los límites saludables, no todo vale.
- Propuesta y presencia. A veces las pantallas pueden ser la vía de escape a la soledad que sienten, por eso es importante que cuenten con nuestra presencia y tengan a su alcance propuestas de interés, que si son divertidas siempre serán mejores.
No se trata de que las madres y padres nos convirtamos en animadores socioculturales de nuestros peques, no estoy diciendo eso. Pero sí que tengas a mano propuestas que les interesen. Menos es más, y a veces tienen tantos juguetes y amontonados de tal manera, que ni los ven. Eso no es que esté a su alcance.
Si consideras que en casa el uso de las pantallas se te ha ido de las manos o es motivo de conflictos continuos, te animo a que te sientes a reflexionar primero tú en silencio. Después establece el marco de límites que consideras saludable y para terminar siéntate con tus peques para comunicarle lo que has pensado y decidido.
Hazlo desde la honestidad. No nacemos sabiéndolo todo, más bien nada, y las nuevas tecnologías nos vienen grandes, sobre todo por lo mucho y rápido que cambian. Por ello puedes explicarles que no son al 100% buenas y por eso es importante hacer un uso responsable de estas. Igual que cuidas su alimentación y no les llevas todos los días a cualquier restaurante de comida rápida, tampoco les vas a permitir un consumo excesivo.
Puedes comunicarles los límites y establecer las normas de forma conjunta, así les haces partícipes y es mucho más fácil que se responsabilicen de su cumplimiento.
¿Y cuándo en casa de su padre/madre hay otras normas?
Este es otro cantar, y es que, si siendo pareja puede haber discrepancias con los límites, tras un proceso de separación estas pueden ser mayores. O no.
En cualquier caso, si en vuestra relación es viable la comunicación, os animo a que habléis, habléis y habléis para establecer los mismos límites. Eso sería lo ideal y os facilitaría mucho la vida.
Ahora bien, esto no es siempre posible. De ser así, informa a tus peques de los límites y normas en tu casa, haciéndole saber que sabes que en su otra casa, en casa de papá (o mamá) es diferente. Y mantente firme en los límites en tu casa, pues de esa forma aprende a distinguir que en casa de papá son de una manera y en casa de mamá de otra.
Si siempre es igual en casa de papá y siempre es igual en casa de mamá, no es tanto lío, aprenden rápidamente esa diferenciación. Cuando son más peques esto es más fácil, con la llegada de la adolescencia puede ser motivo de conflictos con más facilidad.
Pero no te agobies si aún te quedan años para la adolescencia y ahora mismo vuestra comunicación no es fluida, pues vuestra relación como madre y padre no es perenne en la forma actual, va creciendo y evolucionando según lo hagáis cada cual individualmente.
Y recuerda, no está en tu mano cambiarlo a él o ella, ni es algo que te corresponda hacer. Tu campo de acción es lo que está de piel para dentro en vuestra relación, y lo demás, suéltalo y confía. Te dejo este post de Instagram en el que hablo de esto, por si te ayuda.
Algunas recomendaciones
Como te decía al inicio, creo que no hay medidas estándares en el uso de las pantallas. Yo sí creo que cuanto más tarde mejor, pues no hay una necesidad real en los primeros años de vida. La demanda se da más bien por imitación.
Por ello, en caso de hacer uso de las pantallas en la etapa infantil y/o primaria, te propongo algunas recomendaciones, por si te sirven:
- Cuida el contenido. Evita aquel que contenga violencia y sexo.
- Evita el uso de dispositivos digitales mientras estáis comiendo. Incluso en un bar. Para los momentos de espera puede llevar su mochila con cuaderno o algún juguete con el que se pueda distraer. Y elige lugares donde los niños y niñas no se vivan como un incordio. Igual cuando toca esperar en el médico o en cualquier otro momento.
- Establece un horario con principio y final, para ello los relojes con alarma funcionan muy bien para que sea un elemento externo el que recuerde el límite. O establecer un tiempo definido para el visionado con “uno o dos capítulos”, o el tiempo de una película o de una partida o las que sean; si se trata de un videojuego.
- No lo utilices para calmar una emoción. Para calmarse, te necesita a ti con presencia, no una pantalla.
- Evita utilizarlas como premio o castigo.
- Observa sus reacciones previas y posteriores al uso de las pantallas, pues no a todos y todas les afectan de la misma manera.
- También puedes valorar la hora del día que le viene mejor, pues no es muy conveniente ni al inicio ni al final. Pero cada peque y cada situación vital es diferente. Por eso éstas son solo unas recomendaciones por si te sirven.
Y por últimas te recomiendo un libro en este sentido que me gusta mucho y que ya te he citado antes, Educar en el asombro, de Catherine L´Ecuyer, y para tus peques y para ti. Desconectados, de Miriam Tirado, que también tiene recomendaciones al final del mismo. La historia que cuenta me parece muy bonita y real y que puede ayudar a muchas familias. Para ese momento de explicarle las nuevas normas y límites en casa, puede ser muy útil apoyarte en la lectura de este cuento.
¿Qué te ha parecido el post de hoy? ¿Te ha ayudado? ¿Cómo llevas en casa el tema de las pantallas?
Sara dice
Hola Rocío, gracias por el post, lo veo muy necesario a día de hoy.
Además de los libros recomendados, también me gustó mucho Educar en la realidad, de la misma autora, Catherine.
Un saludo
Rocío López dice
Gracias Sara por la recomendación, me lo apunto porque lo conozco pero no me lo he leído 😊. Un abrazo!