Separarte y pretender tener una buena relación con tu ex es muy lícito, pero no siempre es posible, o al menos no siempre es posible que esta sea como tú deseas desde el inicio. Sobre todo, porque tú solo puedes controlar tu parte, todo lo demás es ajeno a ti y lo más sano es que sueltes y confíes.
En las separaciones conscientes, cuando la ex pareja no está por la labor de la misma, se suele repetir un mismo error: el de la complacencia, el de pasar por encima de las necesidades propias en pro de una buena relación. Sin embargo, esto no ayuda, no es el camino para construir una buena relación como ex parejas.
Comencemos por el principio
Ante la ruptura conyugal los menores necesitan que ambos sigáis ejerciendo la responsabilidad parental que os corresponde. Y es que ya no sois pareja, pero siempre vais a seguir siendo el padre y la madre de vuestras criaturas, siempre.
En el caso de que tu ex no quiera una separación consciente, el hecho de que tú actúes desde la persona adulta que eres y en TODAS las decisiones dejes tus heridas a un lado para poner en el centro de las mismas a vuestros peques, puede aportarles muchísimo beneficio y estabilidad. De esta forma al menos uno de los dos le estará dando lo que necesitan y ofreciéndoles el espacio de seguridad que les hace sentirse bien.
Lo que necesitan sentir tus criaturas es que seguís queriéndoles y cuidándoles, al menos por tu parte. Porque tú ya eres el 50% y eso emocionalmente hablando es mucho más que la mitad. Tú puedes cubrir sus necesidades básicas, como la de protección, confianza y seguridad que les permite sentir el mundo como un lugar seguro en el que pueden confiar. Así como cubrir su necesidad de pertenencia y la de sentirte sentidos. Es decir, sentirse escuchados, vistos, tenidos en cuenta y validados.
Es esto lo que favorece un desarrollo emocional óptimo y sin embargo no siempre las criaturas lo reciben, pero no por el hecho de la separación en sí, en muchísimos casos en los que la pareja sigue adelante con la relación, todas estas necesidades no son cubiertas. Y es que lo que daña no es la separación, sino una mala gestión de la misma. Una falta de cuidado hacia las criaturas en un momento sensible de adaptación, ante el cambio vital en su estructura familiar.
Por ello te animo a que no te obsesiones con lo que hace o deja de hacer tu ex pareja. Lo único que puedes controlar es lo que está de piel para dentro, por lo que elije dónde quieres poner el foco, ¿en tu ex o en ti y lo que sí puedes hacer?
El peligro de que pongas el foco en tu ex es que te desgastes emocionalmente, malgastes energía y entonces no puedas estar realmente disponible y presente con tus criaturas. Es más, si te enganchas en la pelea con tu ex, tus peques se quedarán huérfanos emocionalmente en el proceso de separación.
Al ofrecerles tú el apego seguro que necesitan recibir, podrán integrar el proceso de separación e incluso de una forma casi natural, se puede ir reparando el daño que la otra parte cause en caso de que actúe irresponsablemente.
Por eso, al menos tú, ocupa tu lugar de adulta. Tú tienes más recursos a tu alcance, tienes amistades, familiares y/o profesionales a los que puedes acudir y tus peques te tienen a ti. En este sentido pon atención y cuídate en las relaciones y a quien escuchas y te protejas también en este sentido, pues las personas solemos hablar desde nuestros miedos y experiencias, por lo que es fácil que cuando tú quieres llevar a cabo una separación desde el amor, desde el respeto y con conciencia, otras personas te alienten a entrar en la guerra.
Aunque muy probablemente lo estarán haciendo con su mejor intención, pero eso no te beneficia en absoluto. Por eso es importante que cuides de quién te rodeas y a quién escuchas en los momentos sensibles. Confía en tu intuición, escúchate y da valor a lo que sientes.
Que lo haga diferente a ti no es malo
A veces puede suceder que te frustres porque en cuestiones de crianza no hace las cosas como a ti te gustaría. Bueno, esto sucede no solo en las relaciones de progenitores separados, sino que también se dan estas diferencias en parejas que conviven, que ven la vida y la crianza de formas diferentes. Cada miembro de la pareja es diferente, viene de una historia de vida distinta y vive con un prisma diferente. Lo ideal es hablar, hablar y hablar para reflexionar juntos y establecer así criterios comunes, pero esto es algo que todavía en pocas familias se hace. Pero este es otro tema.
Lo que quiero trasladarte es la idea de que no tiene por qué ser malo que lo haga diferente a ti. Y si hay cuestiones que, sin ser negligentes, hace de manera distinta y por ello no se corresponden a tu ideal, pueden estar bien también. Es como sabe, quiere y puede hacerlo.
Pregúntate, ¿de verdad eso es tan importante? ¿La seguridad de tus peques depende de ello? Si no hay peligro ni negligencia y a día de hoy no hay posibilidad en vuestra relación de comunicaros de forma constructiva y establecer pautas comunes, déjalo estar y ocúpate del poder que tienes en tus manos, que es mucho y muy importante: tu y tu relación con tu peque.
Si en la relación de pareja ejerciste de madre de tu ex, es fácil que ahora sigas ejerciendo el mismo rol. Cuidado. Si lo haces no le estás dejando espacio a que él ejerza su responsabilidad paterna. Y el hecho de que no lo haga como a ti te gustaría que lo hiciera no es excusa para estar encima suya a cada nada que pase.
Desengánchate de poner la mirada y el foco en él y ponlo en ti. Eso es autocuidado también y te permitirá vivir con más calidad en tu día a día y con más presencia hacia tus peques, que es lo que más necesitan de ti.
Tampoco entres en la lucha de egos de a ver quién lo hace mejor, ni juegues a ver quién de los dos es más divertida/o ni a quién quieren más. Te necesitan en tu rol de adulta, que estés en tu centro, desde ahí vas a poder ofrecerles el cuidado y amor que necesitan de ti. Haz tú tu camino y deja que la otra persona haga el suyo. Y recuerda, que la otra persona no ejerza su responsabilidad, no te excluye a ti de la tuya, pues como te decía antes, si tu ex no está disponible de una forma adulta y responsable y tú tampoco, ¿quién ejerce esa responsabilidad con tus peques?
Sé que suena fácil pero que otra cosa es estar en el ajo viviendo determinadas situaciones, lo sé. Por eso te animo a que en caso de que tu ex se comporte como un niño más, que descargue hacia ti su rabia, tú sepas mirar más allá de su comportamiento y entiendas que está actuando desde su dolor y sufrimiento.
Evidentemente tú sentirás el tuyo y tienes la capacidad de no descargar contra él, genial, eso que ganan tus criaturas. Pero si él no puede o no quiere hacerlo de otra manera, te animo a que no te tomes su actitud como algo personal contra ti y que puedas ver más allá de su comportamiento. Es decir, esas formas que pueden herirte hablan de su dolor, muestran su sufrimiento interno, y no es que te odie o te desprecie, sino que más bien, se desprecia a sí mismo y por eso actúa de esa forma. Aunque lo más probable es que no sea consciente de ello.
Por eso desde mi punto de vista la mejor fórmula es aprender a desarrollar una mirada compasiva hacia tu ex. Mirarlo desde el amor, pero no el amor romántico o de pareja, sino el amor de verdad. Ese que es capaz de ver a las personas desde su ser, no desde el personaje desde el que actúa en su día a día o en determinados momentos. Puede ayudarte tener un mantra que repetirte en determinados momentos, como “es su dolor, no va conmigo”.
Esta es una forma de cuidarte y protegerte para que no te afecte demasiado lo que haga o deje de hacer. De la misma manera, siempre que lo consideres, pon los límites que estimes oportunos. Pues porque sepas que está sufriendo no tienes que aguantar según qué cosas. En la medida en la que te ames, te respetes y cuides a ti misma, así podrás amar, respetar y cuidar a otros seres.
Y cuando su dolor y sufrimiento esté en los niveles más altos y entonces trate de hacerte daño a través de tus peques, tu conciencia cobra más importancia que nunca y puedes buscar ayuda para no perder tu norte y poder seguir conectada a ti. Así todo ese ventarrón externo no te sacará de tu centro, al menos no de forma constante.
Para no caer en la lucha de egos con él, lo cual dificultaría mucho la situación, párate a reflexionar desde qué lugar te separas, qué energía quieres cocrear. Una separación es cosa de dos y la energía que hay entre vosotros la creáis con lo que cada cual aporta. En tu mano no está cambiar lo que él cocrea, pero sí está en tu mano elegir lo que tú quieres cocrear.
Tal vez te ayude recordar que del amor con esa persona, fruto de vuestra relación, surgieron tus peques y que sin esa otra persona no estarían aquí. Tal vez esto te ayude a conectar con el amor hacia él y el respeto como padre, pues eso debe estar por encima de vuestros desencuentros.
Y recuerda, la relación que teénis hoy no tiene por qué ser siempre así. Las relaciones están vivas y en constante evolución y crecimiento, como las personas. ¿Cómo te sientes tú en la relación con tu ex?
Carmina dice
Muchas gracias Rocío, me siento muy identificada con todo lo que escribes.Yo llevo divorciada solo 3 meses y he sido yo quien ha tomado la decisión.Ha sido muy meditada, desde la consciencia y desde el amor pero la otra parte está en el miedo.
Me gusta muchísimo todo lo que publicas, mil gracias.
Rocío López de la Chica dice
¡Hola! Me alegra mucho saber que lo que publico te sirve, muchas gracias por tomarte el tiempo de escribir para decírmelo. Te mando un abrazo enorme y mucho amor para esta etapa. Cuídate mucho para mantenerte en tu centro en este momento en el que estáis en carne viva emocional. Lo estás haciendo muy bien, Valiente.