Ritos de paso: una herramienta para integrar el divorcio
Ante la separación lo que más preocupa cuando hay hijos comunes es que estos estén bien, que puedan ser felices “pese a la separación” como nos dicen muchas veces en las sesiones y que se adapten a la nueva estructura familiar.
La separación es un cambio más en la vida y la vida está repleta de estos. En ocasiones un divorcio se hace más difícil por los juicios y etiquetas que les ponemos. Sin embargo, como todo cambio, sí requiere un período de adaptación y es éste el que hay que cuidar especialmente para favorecer la integración de la separación.
Integrar la separación es lo que permite vivir en el presente, en el Aquí y Ahora en cuerpo y mente. De lo contrario nuestro cuerpo puede estar en el presente pero nuestra mente en el pasado, y a las criaturas esta circunstancia les genera inseguridad, miedo y entonces conductas disfuncionales.
Hay distintas maneras de integrar la información, como por ejemplo la repetición reiterada de la misma, pero hay otra que puede ser más eficiente, como son los rituales. Los ritos de paso de una etapa a otra permiten que el cerebro lleve al inconsciente la información a través de lo simbólico y es así como puede darse la integración con relativa facilidad.
En occidente hemos perdido muchos ritos y denostado el valor de los rituales, cuando por tratarse de algo simbólico el valor que tienen es muy grande y favorece, por ejemplo, integrar el momento en el que estamos, la etapa en la que vivimos en este caso, como familia.
Los rituales son símbolos que marcan un acontecimiento y ayudan a hacer el tránsito de una etapa a otra, especialmente a los niños y niñas, pues entienden mejor el lenguaje simbólico que el verbal, especialmente en la primera y segunda infancia. Aunque es algo que beneficia a todo el mundo, también a adolescentes y personas adultas, así que si estáis en el proceso de separación o ya se consumó pero sientes que la adaptación no está terminada, te recomiendo que lleves a cabo uno.
El rito lo puedes hacer tú sola con tus hijos o si vuestra relación lo permite, hacerlo de forma conjunta con tu expareja. Puede ser de invención propia y si en la creación del mismo participan tus peques será incluso mejor. La cuestión es hacer algo que simbolice la despedida agradecida a lo vivido hasta el momento para honrar la etapa que ha terminado y darle la bienvenida a la nueva.
Yo te voy a contar algunas ideas, pero son solo eso, ideas, no tienes que hacerlo tal cual para que funcione, más bien utiliza la siguiente información como inspiración y confía en ti, déjate llevar y hazlo a tu manera o mejor aún, a vuestra manera. Ten en cuenta la edad de tus hijos/as y sus intereses.
Calendarios
Saber cuándo están contigo y cuando con tu ex pareja les da seguridad y confianza, les ofrece la sensación de estabilidad que aportan las estructuras, por ello además de ser un recurso muy bueno para ofrecerles todo esto, podéis utilizarlo como rito de paso en su elaboración.
Calendario mensual
Podéis hacer un calendario casero que se hace con pinzas de la ropa, pues además de ser muy visual, es una manualidad que podéis hacer conjuntamente.
Necesitas tantas pinzas de la ropa como días tiene el año, 12 colores de pintura (una por mes) y un cordel en el que ir enganchando cada pinza que esté pintada.
Las pinzas se pintan solo por un lado porque la idea es que según va pasando cada día, se le dé la vuelta a esta. Así se ve a simple vista qué día es, pues los días ya vividos (pasado) están dados la vuelta por la cara marrón de la pinza y los que están por vivir (futuro) están por la cara de su color.
Una vez pintadas y colgadas todas las pinzas se señalan los días especiales, como cumpleaños, vacaciones o los días que se pasan con papá o mamá poniendo en las pinzas (días) correspondientes algo que lo señale, como una foto del cumpleañero, el dibujo de un árbol de Navidad… Así tienen la imagen visual de los días que quedan para estar con el otro progenitor.
Los días que están con mamá pueden aparecer con la pegatina de una estrella, y con papá con la pegatina de un círculo (pegatina mejor que pintado para que el calendario te sirva de un año para otro…).
Calendario semanal
Es más sencillo e igualmente válido. Se hace en material tipo folio o cartulina y con rotuladores o lápices. Se dibujan seis líneas para que queden siete huecos. En cada día, según la edad con palabras y/o dibujos, se señalan las rutinas habituales; por ejemplo, de lunes a viernes el dibujo de una escuela por la mañana, la comida al mediodía y las rutinas habituales de cada día de la semana (si existen, si no, se deja sin señalar). Con colores se diferencian los días que están con mamá y los días que están con papá.
Se puede hacer un solo calendario semanal o dos para señalar los dos tipos de semana que existen en su vida, pues en los casos en los que pasan la semana completa con uno y después con el otro puede ser más fácil que tengan visible ambos tipos de semana.
La idea de los calendarios como ritual es que mientras los hacéis, les vayas explicando, puedan ir preguntando, podáis ir agradeciendo la etapa que cerráis, comentando las nuevas aventuras y oportunidades que la etapa nueva puede traer… De esta forma, al estar activos ambos hemisferios integran la información con más facilidad.
Mural
En dos cartulinas grandes, dibujad o plasmad con palabras momentos vividos hasta ahora que agradecéis y según vais dibujando y/o escribiendo, id comentando desde el agradecimiento cada situación. Una vez terminado ese mural, coged otra cartulina del mismo tamaño y le dibujáis un marco a la cartulina, nada más, pues ahí iréis plasmando, como en la anterior, las aventuras de la nueva etapa que vais agradeciendo.
Al terminar colgáis ambas cartulinas en la pared, la primera queda debajo y la segunda encima para poder plasmar en ella las nuevas aventuras. Las podéis colgar en la vivienda habitual de vuestros hijos o en ambas casas porque dupliquéis el ritual. Esto depende de la situación de cada familia.
La planta familiar
Otra opción es hacer lo mismo en folios en lugar de en cartulinas y, al terminar, el folio donde queda plasmado el agradecimiento por lo vivido se dobla tantas veces como se pueda para que quede pequeño y encima, envolviéndolo, se dobla el segundo.
Cogéis una maceta, tierra y el esqueje de una planta que tengáis en casa tipo suculenta o un poto porque son fuertes y difíciles de matar. Ese esqueje lo plantáis en la maceta nueva poniendo en el fondo de la maceta los folios con la conciencia de que la tierra todo lo transforma. Así vais regando y cuidando esta planta que surge de una anterior que ya teníais, como símbolo del cuidado que ponéis a vuestra familia que se está transformando.
Como ves hay muchas posibilidades de rituales, solo necesitas una pizca de creatividad, no es necesario buscar algo extravagante: menos es más. Lo importante no es lo que hagáis, sino el sentido de lo que vais a hacer y este se lo dais vosotros, es ahí donde está el valor. Se trata de un momento para agradecer la etapa que habéis vivido y cerráis y la que se abre con nuevas oportunidades y aventuras que os quedan por vivir.
Si vuestra relación como madre y padre lo permite, sería ideal que el ritual lo hicierais conjuntamente. Para tus criaturas esto puede ser muy reparador, pues podrán sentir la tranquilidad que les proporciona saber que mamá y papá sois ese equipo que necesitan que sigáis siendo, y es que podéis dejar de ser pareja, pero siempre seréis su madre y su padre. Pero si no es posible no fuerces la situación, la realidad de cada familia es la que es, no te fustigues por no llegar a lo ideal, céntrate en lo que está en tu mano hacer.
Recuerda que la separación puede ser una oportunidad para una vida mejor, y que no se trata de que rehagas tu vida, sino de que tu vida está evolucionando y vuestra familia transformándose como en el rito de la planta se puede apreciar visualmente, y es que cuando la relación de pareja termina la familia no se rompe, sino que cambia de molde.
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